Harry es bueno mintiendo, la mitad de las personas se dejan convencer con unos ojos tiernos y su típico tono de voz tranquilo y seguro.
Regulus no es nada de eso.
Es como si ninguna de sus palabras entrara en su cabeza.
No le cree todas las excusas que ha inventado sobre aquella estúpida poción prohibida. Ni tampoco le cree cuando le dice que está bien y no es necesario que lo revise.
Se siente atrapado, no sabe que hacer para escapar de eso. Merlín, ni siquiera sabe que dirá cuando vea su chequeo.
Y hablando de eso...
—Mhmm. Hay algo raro aquí —le dice, como si no pudiera descifrar que es pero supiera que es malo. Comienza a contener la respiración desde el momento en que lo ve—. Hagamos algo, serás sincero conmigo, y veremos que hacer. ¿Cómo te has sentido en estos últimos, que, meses, años?
—No se de que hablas.
—¿Por qué parece que estás apunto de llorar? —le pregunta, el entrecejo fruncido y la mirada preocupada.
—Dijiste que tengo algo malo, es normal que me asuste —excusa, limpiando disimuladamente las palmas de sus manos. Está sudando de lo nervioso que se encuentra.
Si Regulus se entera estará en problemas.
Si estuviera en casa se habría quedado encerrado con la excusa de querer descansar. Tendría más pociones para tomar y disimular como se siente.
No estaría pasando por esto.
—Uhm, ¿que te parece si te hago un par de estudios para descartar algunas cosas? —pregunta, intentando no asustarlo esta vez.
Harry quiere golpearlo, borrarle la memoria y salir corriendo a llorar—. ¿Que se supone que tengo? —pregunta en cambio, intentando hacerse una idea de lo que sea que noto.
—No lo se. Tienes muchos síntomas pero no... no tienen sentido. Es como si tu cuerpo estuviera luchando contra algo que- como si... —niega cuando la idea llega a su cabeza—. Como si tuvieras-
El ojiverde lo nota en el segundo que pasa.
Debió imaginarlo, no debió de salir de su habitación ese día. No debió confiarse con él cerca.
El leyó su informe cuando lo sacó.
Si bien Regulus trabaja de diferentes cosas una de sus principales especializaciones son las investigaciones. Investiga temas de interés, de esos de lo que casi nadie habla.
Cuando tenía 6 sacó su primer informe a la luz. Hablo sobre los hombres lobo y como había encontrado un hechizo y poción de retención y fusión. Algo sobre qué el lobo no gobernará la mente.
Cuando tenía 9 sacó uno similar pero hablando de vampiros.
A los 13 hablo sobre las maldiciones y como contrarrestarlas.
Hace un año hablo sobre los rotos.
Harry evitó verlo cuando estuvo de visita para el festejo, porque temía que notara alguno de los síntomas en el.
Lo había olvidado por completo, pero ahora...
No era posible, ¿verdad? Llevaban días ahí, Regulus solo estaba intentando descifrar lo que tenía de alguna manera.
No cree lo que él cree que cree, ¿no?
¿No?
—¿Sabes algo de tu alma gemela, Harry? —pregunta, acariciando su rodilla como si intentara encontrar las palabras correctas.
Siente que su boca se seca y un nudo aparece en su garganta—. No tanto como me gustaría.
—¿Y que tal está tu marca? ¿Luce sana?
Finge pensarlo—. Bueno, no luce diferente a como es.
—¿Me dejarías verla? Solo para asegurarme de que no tenga algo raro.
Quiere llorar mucho.
—No.
—¿Por qué no? —pregunta, ladeando la cabeza intentando lucir indefenso.
Como cuando un doctor trata con un niño y no quiere que le tema.
—Está en... un lugar privado. No me siento cómodo con que la veas —excusa, frunciéndole el entrecejo.
Por lo menos lo rojo de su rostro al evitar llorar podrá hacerse pasar como un sonrojo avergonzado. O eso esperaba.
—Oh, eso es lo de menos. Puedes confiar en mi, ética de médico, ¿no? —le sonríe.
Harry sabe que sospecha más de lo que es capaz de admitir, por el simple tono suave, por la forma en que lo ve...
No puede soportarlo.
—No me mires así, no te atrevas a mirarme de esa forma —le dice, levantándose de su lugar.
—¿De que forma hablas?
—¡Con compasión! No me mires con lastima, no me mires como si estuvieras viéndome morir —lo apunta, molesto y herido.
No puede ocultar algo que ya ha sido descubierto. Puede mentirle de mil maneras, pero no evadir la verdad absoluta.
Pasan largos segundo en silencio.
Regulus parece digerir lo que aquello significa.
—¿Tus padres no lo saben? —le pregunta, suspirando y cambiando su rostro de forma que no pueda saber lo que piensa.
—¿Crees que si lo supieran estaríamos de vacaciones y no en un hospital? ¿Que mamá estaría riendo y no llorando? ¿Que papá estaría aquí y no viajando para encontrar una solución?
—¿Cómo ninguno lo ha descubierto aún?
—Papá lo hizo una vez... bueno, casi lo hace.
—¿Y le mentiste?
—Borre su memoria cuando se descuidó.
—Harry...
—No quiero que pasen los últimos años de mi vida sufriendo al saber que me perderán, ¿es egoísta querer verlos felices mientras pueda? —le pregunta, molesto y triste.
No quiere llorar frente a Regulus, de todas las personas.
—¿Y no lo es el que no les permitas tener conocimiento de cómo estás, de cómo te sientes? ¿El que no puedan estar para ti?
—No lo entenderías.
—Debes decirles —camina hacia el, cómo si quisiera hacerlo entender.
—No es tu decisión si lo hago o no —le recuerda—. Estoy viviendo mi duelo, si moriré lo haré a mi modo.
Regulus cierra los ojos con fuerza, saliendo de la habitación dando un portazo.
Solo cuando está seguro de que nadie vendrá se deja caer en el suelo, llorando a mares y sintiendo que todo se salía de sus manos.
Nunca se siente más roto que cuando las personas pueden notar sus bordes quebrarse y separarse. Cuando pueden ver qué tan cerca está de caer.
_______________
Hay muchas cosas que no me gustan de la versión anterior, pero uno de ellos es los huecos de trama que deje.
¿No notaban los síntomas en diagnósticos? ¿Qué un médico no sea consciente de una condición tan famosa y temida?
ESTÁS LEYENDO
Roto.
FanfictionCada mago la obtiene en sus primeros años de vida, una marca gemela que te lleva a una persona perfecta para ti, que está destinada a ti. Todo mago sin excepción alguna la obtiene, a menos que... Estés roto.