𝟎𝟐. 𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐚𝐧𝐝 𝐜𝐡𝐨𝐢𝐜𝐞

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La noche había sido perfecta, Daemon y ella se habían unido

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La noche había sido perfecta, Daemon y ella se habían unido. Después décadas volvió a sentir su toque, como lo había anhelado. Cuando al fin despertó noto que estaba sola en la cama, no había ningún rastro de Daemon en la habitación.

Quizás había sido ingenua como en su vida pasada, su tío la había utilizado y abandonado como en aquella noche, solo que esta vez él había tomado su virtud.
Ni siquiera había notado que vestía un camisón y se encontraba limpia. Su mente se estaba llenando de malos pensamientos y solo quería llorar. Pero no lloraría aquí, se iba ir a su habitación no le iba a dar el gusto a su tío.

Se dirigía a donde estaba la puerta del pasadizo de Maegor, pero este fue abierto dejando ver a su tío.

— Veo que ya despertaste, mi bello dragón — dijo Daemon.

— Déjame pasar — ordenó Rhaenyra.

— ¿Estás enojada? — preguntó Daemon.

— No — respondió. — Solo quítate.

Por supuesto que su sobrina estaba enojada, pensó Daemon. — No te voy dejar ir, Rhaenyra, a menos que me digas que te molesta.

— ¡ME DEJASTE SOLA! — gritó Rhaenyra.

— ¡Calma!

— ¡No! — respondió Rhaenyra. — Pensé que estarías a mi lado al despertar, pero me dejaste sola — ni siquiera podía ver a los ojos a su tío, pero la obligo a mirarlo.

— Mírame Rhaenyra — ordenó Daemon. — Jamás te dejaría sola, nunca lo haría mi bello dragón preferiría morir que abandonarte — limpiaba sus lágrimas, no quería llorar, pero ya era demasiado tarde. — No permitas que nadie llene tus ojos de lágrimas, mi bello dragón — la miro. — Ni siquiera yo.

— Pensé que me habías abandonado... — dijo Rhaenyra. — Que solo sería una más del montón...

— Mi dulce Rhaenyra tú no eres del montón — respondió. — Eres la mujer más bella del mundo, eres mi amada sobrina, mi bello dragón, tú y yo estamos destinados a arder juntos.

— Avy jorrāelan.

Daemon se quedó callado ante esas palabras de Rhaenyra, no tuvo tiempo de responder. Rhaenyra al ver que su tío se quedó callado, se alejó de él.

— No tienes que decir... - no pudo terminar de hablar, porque su tío la había besado.

La estaba besando con tanto fervor que solo quería que el tiempo se detuviera para poder seguir besado a su tío hasta que estuviera satisfecha, pero eso jamás pasaría porque ella jamás se cansaría de besar a su Daemon.

— Avy jorrāelan.

Rhaenyra se llenó de felicidad al escuchar esas palabras, su tío la amaba. Solo se abrazaron después de aquel beso.

DRAGONS & DESTINYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora