Solo hablemos de grande a pequeño

-¿Porqué tengo que estar aquí?-

-¡¿Por qué diablos me tienes que levantar así?!- Grito el liten con una cara desconcertada y un tanto aturdido. La humana lo miro con desdén y lo puso en el centro de su palma, y sin ningún aviso lo apretó fuertemente sacando un grito de Tom como si fuera un juguete .

-Cuida tu lenguaje- Giro su mirada para evitar ver la reacción del pequeño. Entró a su casa, la cual realmente estaba bastante desordenada, había varias cajas en algunos lados y el lugar no tenia ninguna decoración. 

Erika subió las escaleras, dirigiéndose a su cuarto, con un leve suspiro abrió la puerta y se dirigió a su cama, aventando su mochila a una esquina de su habitación y tirando al liten sin mayor preocupación a su cama. Ella se sentó en una esquina de su cama y procedió a acostarse mirando al techo. Tom la vio de lejos y, aunque un poco aturdido por la caída, camino hacia ella lentamente hasta llegar al rostro de la chica. Con un tanto de duda pero con cierta confianza toco su mejilla un par de veces para llamar su atención - ¿Qué quieres?- respondió la humana volteando su cabeza hacia donde esta el liten, tumbándolo en el proceso - U-Um bueno, el problema es que, tengo un poco de hambre. . . tendrá comida que me pueda dar?- Con ligera timidez volteo a ver los ojos de la humana que se encontraban relativamente cerca de el.

Unos segundos después Erika se volvió a sentar y tomo a Tom en sus manos - ¿Qué acaso no te llenaste con el chocolate que te di?- Alego Erika -Un chocolate no me va a llenar, aunque si me dio energía, P-Pero aun así necesito comida!- Como si de un niño se tratase siguió pidiendo comida. Erika lo volteo a ver y lentamente se le formo una sonrisa burlona mientras el liten solo la veía y de igual manera se le iba generando un cierto nerviosismo al ver su cara.

-Ugh que malagradecida mascota eres- Ella lo vio, y se llegaba a notar lo que Tom pensaba, la intriga y el miedo que lentamente se le iba formando al liten -Pero sabes, tienes razón, tengo hambre y necesito un snack. . . Y creo que encontré el perfecto snack~ - Acercando su mano donde  se encontraba Tom a su boca,  generando terror en la pequeña criatura. Con un leve movimiento de muñeca tiro al liten dentro de su boca. Soltando un grito que pronto fue sofocado, Tom cayo sobre la lengua de la humana, no había demasiado espacio ahí adentro y aun así su lengua tenia espacio suficiente para poder jugar con el, lamiéndolo de pies a cabeza dejándolo completamente empapado de saliva y dejando a Tom ciertamente asqueado aunque el miedo era mas grande que el asco en este momento.

Por fuera de la boca de Erika solo se podían escuchar ligeros quejidos que venían por parte de Tom. La chica parecía estar disfrutando la situación y seguía jugueteando con el liten dentro de su boca. A pesar de que esta clase de cosas no le causen placer a Erika, realmente le parece divertido ver o sentir como reaccionan los litens en situaciones como estas. Erika no era ajena a los litens, ella ya había tenido varios desde pequeña y poco a poco le empezó a gustar tratarlos peor de lo que inicialmente los trataba. Antes era algo leve, tal vez un par de burlas mas seguido o aplastarlos de alguna forma leve pero un día se excedió con uno de ellos y el pequeño termino pereciendo, aun así después de aquel acontecimiento ella siguió tratando mal a los litens pero evito tener uno como mascota ya que aquel liten que ella mato le había tomado cierto aprecio.

Tom seguía sufriendo dentro de la boca de Erika, moviéndose lo mas posible para intentar salir de ahí, aunque la saliva impedía que hiciera movimientos muy bruscos. Para seguir jugando con el liten, Erika abrió levemente su boca para que el liten intentara salir, Tom claramente desesperado vio aquello como la única forma de escapar y con esfuerzo saco la parte superior de su cuerpo antes de que Erika súbitamente juntara sus labios y empezara a succionar a Tom devuelta como si de un espagueti se tratase. 

-AGH BASTA!!- Tratando de salir una vez mas sin ningún éxito, la única respuesta que tuvo fue una ligera risa burlona por parte de Erika hasta que finalmente lo escupiera encima de su escritorio.