Capítulo 115. Chartreu, Parte XIII

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Lo que planeó ahora se construyó después de descubrir que el Príncipe estaba interesado en Julietta. Sin embargo, incluso si el Príncipe estuviera interesado en Julietta, ella no podía estar segura de cuánto interés tenía él.

En cualquier caso, los dados ya estaban tirados. Se enteró de los planes del duque de Kiellini y sacó sus cartas con Simone para protegerse a ella y a Julietta. Ella no podía parar ahora.

¡Si quería vivir, tenía que atacar primero! Esa era la teoría de Maribel.

La sensación que tenía cada vez que había una emergencia le aconsejaba subirse a la rueda del destino y correr todos los riesgos pues los dados del destino ya habían sido tirados y la rueda había comenzado a girar.

Maribel se puso el vestido más oscuro y decente y se borró el mucho maquillaje. Luego, se soltó el pelo y simplemente lo tejió en una larga trenza.

Mirando su figura en el espejo, agarró un pañuelo empapado en agua y salió de su residencia para dirigirse al asiento VIP del segundo piso.

"Dios mío, Maribel. Te ves increíble hoy".

"Bienvenido, Su Alteza. Lamento verte así".

Killian ocultó su repentina e incontrolable risa ante el pobre aspecto de Maribel, que mostraba lo que había pasado hoy con todo su cuerpo.

Se había apartado de la actuación habitual, pero últimamente pasaba a menudo por el Teatro Eileen. Ella debe haber sido consciente de algo y jugó su carta de triunfo ya que él la llamó abiertamente. Preguntó con una mirada seria, pensando que ella no era normal, "Vine corriendo con una noticia muy sorprendente y, a juzgar por tu apariencia, creo que ya lo sabías".

Con voz temblorosa, Maribel respondió con lágrimas a las palabras del Príncipe.

"He esperado con impaciencia a que regresaras. Es absurdo para mí, el líder de la compañía, pedirle al noble Príncipe que se reúna conmigo".

"¿Qué ibas a hacer si no terminaba visitándote?"

"Me preguntaba si debería preguntarle a la persona que me enviaste. Pero me temo que es una cuestión de precaución, así que he estado esperando que me visiten el marqués Oswald o el marqués Rhodius", dijo Maribel con voz temblorosa.

"Veo." Killian le hizo un gesto a Maribel para que se sentara frente a él. "Creo que será mejor que nos sentemos, porque va a llevar mucho tiempo".

Killian le dijo directamente a Maribel mientras ella se sentaba, aún presionando sus ojos con su pañuelo.

"¿De quién es el plan?"

Los gestos de Maribel cesaron. Killian parecía relajado y cruzó las piernas. Después de un momento de silencio, abrió la boca.

"No crees que fui yo a quien se le ocurrió, ¿verdad?"

"Bien." Killian solo se rió.

"El duque de Kiellini vino a verme hace dos meses. Necesitaba una niña de la misma edad que Lady Kiellini, que tuviera cabello rubio y ojos verdes".

"Julietta estaba apta para ello".

"Sí, era la apariencia más similar que he conocido".

"El cargo de hacerse pasar por una mujer noble es la muerte". Las insensibles palabras de Killian inmediatamente hicieron que Maribel bajara de su silla y la hiciera arrodillarse en el suelo.

"Su Alteza, por favor perdóneme. No podía desobedecer la petición del duque de Kiellini. Desde el momento en que escuché eso, no tuve testamento".

"¿Por qué Julieta? Si hubieras estado buscando a alguien similar, podrías haber encontrado muchos".

Julietta's Dressup [El disfraz de Julietta] COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora