Gojo Satoru y Male!Oc / Male reader (?)
Gojo disfruta mucho la compañía de Yodai.
Es curioso y claro que, tras una rara forma de conocerse, hay buena química entre los dos.
Y a Gojo Satoru le agrada.
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Gojo Satoru, 22 años. 2012
Cansado, palabra perfecta para describir todo lo que lo dominaba, no en el hecho de batallar, simplemente se sentía cansado y ya, ¿está de más decir que desearía tomarse un descanso mental durante todo el tiempo que Yaga esté de director?
Uno menos
Repitió Gojo en su mente, siete maldiciones exorcizadas, no eran la gran cosa, sin embargo, para los demás lo eran y era el deber de el asombroso Gojo Satoru encargarse de ellas. ¿Cuándo será el día de su muerte? ¿Hasta cuántos años vivirá?
No lo sabía, era casi el Dios de este mundo, un ser casi divino. Seguramente viviría lo justo y suficiente, si es que el destino así lo quería.
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Un día normal como hechicero, había sido encargado a lidiar con maldiciones en un edificio en rumbas, claramente no eran del rango que normalmente manejaba, pero estaban causando tantos problemas y no habían más hechiceros de ese nivel disponibles. Llamando a Satoru en su lugar.
Ijichi no estaba libre, así que también se tuvo que encargar de su transporte, aburrido. Al llegar al lugar asignando intentó entretenerse al menos un poco con aquellas maldiciones, podía localizar con sus seis ojos a una maldición más fuerte que las demás, cerca del último piso de la estructura, esa la dejaría para el final.
Tras varios minutos jugueteando e intentando comunicarse con esos desagradables seres, había terminado con los más débiles, ya listo para irse a la mayor de ellas. No tuvo que caminar mucho al ver como aquella maldición se encontraba al final de las escaleras, Satoru sonrió ladeando.
Satoru: Veamos qué puedo hacer contigo. —tronó sus dedos y se acercó a paso lento.
La maldición, sin moverse, escupió desde su asquerosa boca unas bolas de carne hacia el albino, aparentemente era carne humana. No fue problema esquivarlas una por una, era casi un baile entre aquellos ataques tan dinámicos que con cada minuto sacaba ese ser. Por lo visto, la maldición lo había estado estudiando con simpleza mientras se concluía el ataque, Satoru soltó una risa con gracia.
Satoru: Interesante, podremos divertirnos bastante, espero y puedas soportarme.
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