Destiny II

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0.4.1

El sudor escurría por toda su espina dorsal y su vista nublada por la bruma de sus sentidos intentaba enfocar la figura que tenía frente a él. El príncipe... El príncipe de la casa azul.

"A-alteza yo..."

La cara de Jimin era un absoluto poema, realmente no se explicaba con claridad qué estaba pasando. Aunque en realidad si que lo hacía, conocía exactamente aquél cuadro; los síntomas, el vergonzoso comportamiento, retorcerse entre las sábanas intentando saciar la sed de su lobo. Lo sabía, frente a Jimin yacía un omega en celo, un omega cómo él. Sin embargo, era extraño, nunca había conocido a uno y mucho menos en la corte, no cuando ser un omega era traición.

Por ello no se explicaba la naturaleza de JungKook ¿Cómo es que podía ser un soldado? No, más increíble aún ¿Cómo podía ser el soldado personal del príncipe heredero? ¡Aún peor! ¡¿Cómo ocultaba lo que era?! Es decir, él también lo ocultaba, por el momento toda la corte seguía pensando que Jimin tenía 17 años y que aún faltaba un tiempo para su presentación de casta. Pero la realidad era todo lo contrario.

"S-supres-sores..." Susurró aún perdido en el celo.

Claro, por eso estaba ahí. El menor había sospechado de JungKook cuando lo encontró en el área de supresores. Si fuera otra persona le hubiera creído, pero él no, él conocía esa sección de la enfermería como la palma de su mano. Estaba acostumbrado a utilizarlos todo el tiempo, de todo tipo; supresores de olor, de feromonas, pastillas, jabones, inyecciones... Todo. No podía darse el lujo de ser descubierto.

Por eso mismo notó que faltaban medicamentos, sin embargo, Jimin no esperaba encontrarse tal escena como esa. Solo tenía curiosidad de porque un supuesto beta tendría que robar supresores, hasta que los quejidos de JungKook llegaron a sus oídos y sin pensarlo, sintió un impulso guiado por sus instintos. Debía ayudarlo.

"Esto detendrá tu celo, pero es demasiado fuerte, JungKook" El pelinegro alzó la vista hacía Jimin, quien le mostraba una jeringa con un líquido transparente en ella. Se limitó a asentir con desesperación.

"P-por favor..." Rogó con la fuerza de voluntad que le quedaba. Estaba ardiendo.

El menor no lo pensó por mucho tiempo y sin más, acercó la aguja de la jeringa y con precisión atravesó la piel del brazo contrario, empujando el líquido por sus venas tan rápido cómo pudo y sacando la inyección casi de inmediato. JungKook sintió el líquido quemar la piel de su brazo y abrió su boca para soltar un grito que fue ahogado por las manos de Jimin. Dolía, era como si peleara contra su propio cuerpo.

JungKook pensó en su gente, mientras sus gritos fallecían dentro de su garganta y sus ojos se llenaban de lágrimas, mientras que el dolor se mitigaba con cada segundo, JungKook solo podía pensar en su gente, todo lo hacía por ellos, por los omegas, porque no podía permitir que su casta padeciera un dolor cómo aquél por una naturaleza que no podían controlar. Y con aquél pensamiento, se desvaneció en un profundo sueño velado por un ángel guardián quién derramó una lágrima sobre su mejilla.

"Lo siento." susurró el menor.

[...]

Despertó, sus ojos se abrieron a la par que su cuerpo se incorporaba con agilidad en la cama. La habitación se encontraba vacía y un rayo de luz se alzaba con lentitud anunciando el incio de un nuevo día. Era una mañana fría y silenciosa, sin embargo, bastó con unos minutos para que el ruido de los sirvientes comenzara a apoderarse de todo el lugar.

La cabeza de JungKook daba vueltas y punzaba con insistencia mientras se levantaba de la cama con cuidado. Sus pies descalzos tocaron el suelo helado y un escalofrío cosquilleó por todo su cuerpo, estremeciendolo al tiempo en que los recuerdos de la noche anterior lo sacudían. "Mierda..." Susurró para sí mismo. "No, no, no..."

Soldier, king | taekook omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora