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Adrián. Adrián. Adrián. Adrián.

Daba vueltas en el baño sin detenerme ¿era el de verdad?

Era un fantasma idiota

Frunci el ceño levemente y tuve ganas de pegar mi cabeza contra la pared. El chico con el cual hice amistad en una cita a ciegas, estaba en mi instituto. O yo estaba en el de el ¡Que posibilidades había de que eso fuera real!, se oprimió el pecho ante tal pensamiento

–Estoy paranoico –susurre, llevé mi mano al pecho. –estoy muy paranoico.

La botella de agua se me resbaló entre las manos en cuanto intenté destaparla, derramando el agua a su alrededor

–¡Mierda! –me agaché para recogerla.

Nesecitas calmarte. Vamos con ven a la cafetería.

Respire profundo mientras asentí. Deje la botella en mi mochila y salí del baño a pasos rápidos

Deslice los pies sobre la cerámica. Salte y baja las escaleras en un ágil desliz, esquive a las personas como si de pósters de luz o paredes se tratarán.

Frene de golpe sobre la puerta de la cafeteria emitiendo un agudo ruido con los zapatos. Respire profundo y alce la cabeza. Mire fijamente la puerta que tenía al frente; «¿Estará acá?» habría montones de chicas acá.

Pase la punta de mi lengua sobre el labio inferior. «Solo es un extraño –me dije. –no me hará daño» obtuve algo de valor y entre al lugar, estaba tan inundado de personas que llegaba a parecer un centro comercial. Distintas mesas con distintos tipos de grupos, «en ninguno de ellos pertenezco yo»

Tuve que cerrar la mano en un duro puño para darme más valor

Mire en todas partes buscando a mi hermano con la mirada:

Ben se encontraba en una de las mesas con Diore.

Se comen más entre ellos, que ellos lo que hay en la bandeja.

Sin embargo no pude acercarme, fue mero instinto lo que ocasionó que me detuviera, tenía miedo pero no sabía el porqué. Di la vuelta y salí del lugar, ¿hacia a donde me dirigía? Respire profundo dejando que el aire invadiera mis pulmones

Baje la mirada hasta mi reloj: 11:34

Faltaban tres minutos para salir, no habría problema si me fuera antes de la hora

Los porteros estaban en hora del almuerzo y no se darían cuenta de que un estudiante se les había escapado. No era un lugar con la mayor seguridad estudiantil pero, era complicado salir. Para mí suerte, sería sencillo.

[.....]

Era... se sentía como un gran vuelco en el pecho, resultaba vacío y frágil

Tomo un sorbo de café y dejé la taza sobre la mesa

Juego con la esquina del suéter, me dejo llevar por mis pensamientos.

Me encontraba bloqueado y con la mirada perdida en el humo que salía del café, varios chicos salían de sus clases platicando y riendo, cargando con paraguas, mochilas y más cosas

«Si Isha estuviera aquí...»

El dolor se hizo presente en mi pecho ante aquel pensamiento. Soné el cuello y estire los brazos, tome las taza entre mis manos y me llevé otro sorbo a los labios. Preferí quedarme en la parte de afuera de la cafetería me gustaba sentirme relajado con el viendo jugando con mi pelo,

Tal vez un díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora