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–¡¡TOM, BAJA RAPIDO!! –continuo sonando la bocina–. ¡Si no te apuras me iré sin...

Las ventanas del asiento trasero estaban completamente abiertas y, tomando impulso y tirando mi bolso antes logré saltar por la una de las ventanas y entrar. Escuché a mí hermano gritar en cuanto entré.

–List... ¡Auch! –me había golpeado muy fuerte en la costilla. Me dejé caer en los asientos retorciéndome de dolor.

–¡Tom! ¿¡que te pasa!? Me asustaste –tomo lo primero que encontró en el asiento delantero, y me lo tiro–. ¿Te hiciste daño? ¡Idiota! Te vas a morir un día.

Fruncí un poco el ceño dejando de lado lo que me tiro abrazándome a mí mismo. Continuó haciendome reclamos en todo el camino al instituto, me concentre en no prestarle mucha atención.

Me habia golpeando muy fuerte y aún tenía los ojos un poco enrojecidos, estuve toda la noche terminando un trabajo en grupo que, termine haciendo yo pues nunca me contactaron para hacerlo.

Salí del auto con la excusa de que el timbre estaba a punto de sonar, lo cierto es que no aguantaría otro sermon de seguridad de Ben.

Faltaban 10 minutos para mí clase de literatura, así que decidí ir a la cafetería a desayunar. Con toda la presión de Ben no me dio ni tiempo de comer en casa.

Me había dejado caer sobre el asiento buscando mi comida en el bolso y dejándola sobre la mesa. Mire a los lados.y me fijé que había un tumulto de chicas en una esquina «Adrian debe estar junto a su hermano.» le deseaba suerte aunque algo dentro de mi pecho ardía. No tenía la más mínima idea de lo que podía ser, tal vez era saber que podía pasar algo de tiempo junto a él.

Una sonrisa leve se había formado en mis labios, en ese momento estaba un poco desconcertado pues sonreía cuando llegaba a pensar en el.

Llevé el trozo de pollo a la boca mientras pensaba.

«Mañana tendré que ir a casa de mamá.»

A Ben se le presentó un encuentro a los que estaban a punto de graduarse tenían que, organizar las decoraciones, vestuario, música etc. Emma llegaría hoy en la noche y una semana con mamá no sonaba tan tentadora. Pero también implicaba tener un descanso de las tareas y proyectos. Tampoco  es que escuchar a Emma quejándose de toda la semana fuera algo tentador cualquiera de las opciones terminaban igual.

–¡Estuve apunto de sacarme una foto con Alex! –comento una chica frente a mi haciendo un puchero–. Pero la profesora Cawdwell nos alejo a todas. El lado bueno de esto es que si pude sacarme una foto con Adrián.

–Quiero verla –dijo su amiga acercándose para admirar aquella foto–. ¡Dios, que guapo! ¿Crees que pueda sacarme una foto con el luego del almuerzo!

–El instituto no es para fotos, y mucho menos para estudiantes que solo quieren concentrarse en sus estudios. –me sorprendió haber dicho aquello pero no di indicios de ello–. Estoy seguro de que quieren vaguear por allí luego de clases, sin algún tipo de interrupciones.

–¿Y tú quién te crees para decir eso? –dijo la chica mirándome con repudio. No me permitió terminar, ya se habían marchado fuera de la cafetería.

Baje la cabeza llevándome otro trozo de pollo a la boca «Idiota» ¿Por qué dije eso? Es claro que ya estaban acostumbrados a eso. Solo pensaba que hasta ellos podían llegar a cansarse de aquello luego de cierto límite de tiempo.

Dejé la comida a un lado y miré hacia atrás.
Hace poco habían cerrado las instrucciones a los clubes, no tuve la oportunidad de unirme al de música y comenzaba a arrepentirme severamente. Llevé una mano hasta mi cabello «Está un poco más largo». Tal vez lo dejaría así por unos cuantos días. No se notaba tanto aunque, si mamá lo notaba me haría cortarlo de manera inmediata.

Tal vez un díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora