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El reloj apenas marcaba las diez de la noche. Usualmente, en un viernes, esa hora representaba el inicio de una larga noche para algunos, mientras que para otros ya significaba el final de un largo día. Estos últimos estarían buscando desesperadamente llegar a sus casas para meterse en sus camas y tomar un buen y merecido descanso.

Para Joe, esta noche resultaba ser la más larga que había tenido en las últimas semanas. Claro que el hecho de que su ex casi algo hubiera publicado fotos con su al parecer nueva novia oficial no había sido precisamente una gran noticia para ella. Esto, sumado al hecho de que sus supuestas amigas habían estado demasiado ocupadas tratando de conocer a la nueva novia de Dean como para molestarse en siquiera enviarle un mensaje para ver si estaba bien.

Vaya grupo de imbéciles.

Se suponía que en su grupo de cuatro amigas, cinco contándola a ella, todas se apoyaban mutuamente. De hecho, cuando las demás ni siquiera tenían un conocimiento profundo de Dean más allá de lo que Joe les contaba, todas la animaban a hablarle y a salir con él.

Joe había conocido a Dean en un show de talentos en el que ambos coincidieron. Él tocó junto con su banda y ella había presentado una pieza de danza acrobática. A pesar de que sus categorías eran distintas, los dos ganaron el primer lugar, y fue ahí donde todo comenzó. Joe había estado muy emocionada al contarle a Rebeca, Stella, Sharon y Gabriela sobre su nuevo y desbloqueado enamoramiento.  Ellas habían respondido con chillidos y sonidos propios de adolescentes de 14 años cuando descubren el interés amoroso de su amiga, olvidando que todas tenían entre 20 y 22 años. Su euforia nacía del hecho de que Joe rara vez lograba generar interés en alguien, y que ahora apareciera un sujeto en escena era casi tan extraño como algún cometa que pasa por la Tierra cada 100 años.

Aunque al inicio Joe solo había establecido un contacto para generar amistad porque no buscaba algo más allá de eso fue cuestión de meses para darse cuenta de lo especial más allá de la amistad que resultaba ser Dean. Salían de vez en cuando, hablaban todos los días por texto y se daban pequeños presentes de cosas que les recordaba al otro. Para Joe había resultado ser toda una experiencia ya que nunca se había encontrado así misma siendo extremadamente dulce o suave. 

No era un secreto que Joe podía tener el tacto de una roca en algunas ocasiones o la sensibilidad de un reptil, pero no llegaba al punto de ser alguien a quien clasificarías como una mala persona. Su amistad con Dean había empezado increíblemente perfecta, pero cuando las cosas comenzaron a tornarse un poco más de mariposas y corazones, los dos tuvieron una conversación donde acordaron comenzar a conocerse en "ese" sentido.

Jodido, jodido, jodido error.

Joe decidió dejarse llevar, comenzó a ver nuevos aspectos de Dean y ciertamente los disfrutó. Era un chico atento, detallista, un buen buen chico con cualidades de un buen novio. Claro que, en este punto, Joe ya había hablado un poco más sobre Dean con su grupo de amigas para posteriormente presentarlo y ver cómo todas quedaban encantadas con él.

Por jodido que fuera admitirlo, Dean en el tema de amistad era un amigo asquerosamente increíble, y el cuarteto de imbéciles lo había comprobado de primera mano. Dada la confianza que sostenía la relación de amistad entre las cinco, a Joe por ningún momento se le ocurrió que pudieran existir algunas banderas rojas. Es que joder, era sencillamente estúpido siquiera pensarlo, porque nunca habían tenido problemas con eso.

Claro que, para todo hay una primera vez.

Joe realmente quisiera decir que no noto el cambio en Dean pero claramente fue todo lo contrario, para ella no era nuevo que la gente ignorara lo observadora que podía ser, lo altamente detallista que era y eso fue lo que precisamente le activo las alarmas.

Margarita Sunrise.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora