cap. 7 Enfrentando...

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Los jóvenes se dieron cuenta de que estaban en peligro, y que debían escapar de la trampa del Charro Negro. Leo tomó la iniciativa y le dijo al fantasma con valentía:

- Señor Cortés, usted no es el verdadero Hernán Cortés, sino una ilusión creada por el Charro Negro. Usted no quiere reclamar lo que le pertenece, sino separarnos a nosotros dos. Usted no es nuestro amigo, sino nuestro enemigo. Y nosotros no le tenemos miedo, sino que le vamos a enfrentar.

- ¿Qué dices, muchacho? - se sorprendió el fantasma con ira - ¿Cómo te atreves a insultarme así? ¿Cómo te atreves a desafiar mi autoridad? ¿Cómo te atreves a resistir mi voluntad? Yo soy Hernán Cortés, el conquistador de México, el fundador de la Nueva España, el héroe de la historia. Y tú eres un simple niño, que no sabe lo que dice.

- No, usted no es Hernán Cortés, sino una mentira - insistió Leo con coraje - Usted es una mentira que vamos a desenmascarar. Usted es una mentira que vamos a derrotar. Usted es una mentira que vamos a olvidar.

- ¡Basta ya! - gritó el fantasma con furia - ¡No me hagas enojar más! ¡No me obligues a castigarte! ¡No me obligues a separarte de tu amada!

El fantasma extendió su mano y lanzó un rayo de energía oscura hacia Leo y Xóchitl, tratando de separarlos. Pero los jóvenes se abrazaron con fuerza y resistieron el ataque. Se miraron con amor y confianza, y se dijeron con ternura:

- Te quiero.

- Yo también te quiero.

Los jóvenes sintieron que su amor era más fuerte que el odio del fantasma, y que podían superar cualquier obstáculo. Juntos, se prepararon para luchar contra el fantasma y contra el Charro Negro.

Los jóvenes se enfrentaron al fantasma de Hernán Cortés, que los atacaba con su energía oscura. El fantasma estaba furioso y frustrado, porque no podía separarlos ni vencerlos. El fantasma sabía que su tiempo se acababa, y que pronto tendría que rendir cuentas al Charro Negro.

- ¡Malditos niños! - exclamó el fantasma con odio - ¡No saben con quién se están metiendo! ¡No saben lo que les espera! ¡No saben lo que el Charro Negro les hará!

- ¿El Charro Negro? - preguntó Leo con intriga - ¿Qué tiene que ver él con todo esto?

- Él tiene que ver con todo - respondió el fantasma con miedo - Él es el que me ha traído aquí, y él es el que me ha encargado una misión. Una misión que no he podido cumplir.

- ¿Qué misión es esa? - preguntó Xóchitl con curiosidad.

- Esa misión es separarlos a ustedes dos - repitió el fantasma con temor - Separarlos a ustedes dos, que son los elegidos para salvar al mundo de las fuerzas oscuras. Separarlos a ustedes dos, que se aman con un amor puro e inquebrantable. Separarlos a ustedes dos, que son la esperanza de la humanidad.

- ¿Y por qué quiere separarnos? - preguntó Leo con confusión.

- Porque los odia - respondió el fantasma con angustia - Los odia porque son buenos y él es malo. Los odia porque son felices y él es infeliz. Los odia porque son libres y él es esclavo.

- ¿Esclavo de qué? - preguntó Xóchitl con compasión.

- Esclavo de su propio destino - dijo el fantasma con tristeza - Un destino que lo condena a vivir en el inframundo, sin luz ni amor. Un destino que lo obliga a hacer el mal, sin piedad ni remordimiento. Un destino que lo aleja de la vida, sin esperanza ni redención.

Los jóvenes se sintieron conmovidos por las palabras del fantasma, y comprendieron que él no era realmente su enemigo, sino una víctima del Charro Negro. El Charro Negro lo había usado como un instrumento para sus fines maléficos, y lo había engañado con falsas promesas. El Charro Negro era el verdadero culpable de todo, y debían detenerlo.

- Señor Cortés, usted no tiene que hacerle caso al Charro Negro - le dijo Leo con bondad - Usted puede liberarse de su influencia, y elegir su propio camino. Usted puede arrepentirse de sus errores, y pedir perdón por sus ofensas. Usted puede descansar en paz, y dejar este mundo en paz.

- ¿De verdad crees eso? - preguntó el fantasma con duda.

- Sí, lo creo - afirmó Leo con sinceridad.

- Yo también lo creo - dijo Xóchitl con dulzura.

Los jóvenes le sonrieron al fantasma con amistad y le tendieron sus manos. El fantasma los miró con sorpresa y emoción. Sintió algo que hacía mucho tiempo que no sentía: gratitud.

- Gracias, niños - les dijo el fantasma con voz suave - Gracias por su bondad y su comprensión. Gracias por su ayuda y su perdón. Gracias por su amistad y su amor.

El fantasma tomó las manos de los jóvenes y sintió una sensación de paz y alivio. Sintió que su alma se liberaba del Charro Negro y se elevaba hacia la luz. Sintió que su cuerpo se desvanecía y se convertía en polvo. Sintió que su historia terminaba y comenzaba otra nueva.

Pero, eso era lo poco que le les deparaba a esta pareja, el Charro Negro estaba preparando un mejor plan para separarlos y poder vengarse para cumplir sus planes malévolos...

Fin 1era temporada.



Bueno pues aquí termina la primera temporada o parte de esta historia, pronto haré la segunda.

Que les vaya bien en lo que hagan 👍

Te amo y mas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora