five.

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En la vuelta a la escuela, Getou no habló mucho, seguía evitando escupir flores al tener a Gojo a menos de cinco metros de él. El último nombrado notaba que estaba algo callado, pero no quiso molestarlo, continua con su postura de ''Si él no me lo dice, no debo apresurarlo'' respecto al estado anímico y físico de Suguru. Creía que estaba haciendo lo correcto, sin conocer que su amigo estaba muriendo poco a poco, y la causa era un enamoramiento hacia él. No se lo puede culpar, él tampoco se imagina que el de pelo negro sienta atracción hacia los hombres, mil veces menos a él. Ciertas veces han bromeado con cosas al respecto pero no son más que eso, bromas, no pasan de ese límite.

Cuando llegaron, ambos bajaron del carro y se dirigieron hacia sus cuartos, todavía sin haber lanzado una palabra en todo el viaje de vuelta. Se despidieron con un adiós, para cada uno retirarse a su habitación, Gojo se encontraba confuso, no sabía que hacer con el estado de su amigo, ¿Debía interferir o quedarse quieto?

Suguru, de mientras, se hallaba nuevamente en su cama, recostado y padeciendo esas cuchilladas en su amor, lamentaba haber desarrollado ese romance por su compañero, no porque el otro sea malo, no, sino porque ahora no sabía que hacer. Estaba tan asustado para confesarse como para operarse y eliminar todo afecto que tiene por Satoru. ¿Estaba prefiriendo morir a que extinguir su pasión? Tal vez.

No quiso pensar más en el tema, odiaba sentirse sucio por la palabra gay resonando en su consciencia, sigue sin aceptarlo, temía ser maltratado por simplemente sentir cosas que ni él había planeado, no es como si pudiera elegirlo, no era su culpa. Optó por dormir una siesta, como casi siempre hacía para evitar este martirio que se alojaba en él.

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Despertó en la madrugada, su corazón gritaba de agonía más que nunca, las flores crecían más y más, lo estaban tragando de a poco. Alcanzó a estirar su brazo a la mesa de noche cerca de su cama donde dejaba sus pertenencias para agarrar su celular y marcarle a Shoko, apenas pudo decirle un par de palabras sin emitir un sonido de dolor. Su amiga, preocupada, entendió lo que pasaba aunque Getou no haya podido ni formar una oración, comprendía que su amor no dejaba de florecer y necesitaba ayuda.

Al par de minutos, la chica llegó a la habitación del joven, abrió la puerta abruptamente para hallar a su amigo en el suelo vomitando flores llenas de sangre y pétalos volando por el lugar, decorando la habitación de una manera sombría pero a la vez bella. Esta se acercó rápidamente y sostuvo a Suguru en brazos, no sabía que hacer en esta situación, pero no quería que estuviera solo. Saco su móvil del bolsillo con urgencia y marcó a otro compañero, Nanami Kento, pidiéndole con desesperación que consiga una ambulancia para el chico que estaba muriendo en sus manos. Ella pudo haber llamado a emergencias, sí, pero marcó el primer número que salió en su lista de contactos y tampoco tenía la capacidad de comunicar bien lo que pasaba a la línea de paramédicos, así que llamar a Kento fue la mejor idea que se le ocurrió en segundos.

Cuando los trabajadores del hospital llegaron, entraron de manera directa con una camilla y su kit de emergencia, por si necesitaban realizar algo crucial. Subieron a Getou a la camilla, se encargaron de brindarle oxígeno y se lo llevaron a la ambulancia, en ella también subieron Shoko y el profesor Masamichi, que obvio se enteró de la situación, fue quien consiguió los médicos de confianza de la institución (después de todo médicos normales no podían acceder así de simple y esto era situación de urgencia) y debía haber un adulto responsable por lo que también es una de las razones por las que subió. Fue trasladado a una sala médica donde revisaron que tanto ya creció el tallo de las flores en su pecho y si podía seguir así o era necesario operarlo.

Para la suerte de Suguru, estaba grave pero no fue necesario operarlo, aunque se le recomendó de una manera muy importante que debía operarse o iba a morir, pero eso quedaba en decisión suya. Él escuchó todo atentamente y por su mente cruzaba si Satoru se habrá enterado con todo el escándalo, no quería que Gojo llegara y le preguntara quien es la persona que causó su enfermedad, porque no sería capaz de decirle que era él.

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Los días pasaban y pasaban, Getou se mantenía a un ritmo estable pero se tenía presente que estaba en riesgo, también, el albino se enteró, pero nuevamente, siguió con la postura de no meterse, el pelinegro lo agradecía en su interior pero Satoru se sentía como un idiota por no interponerse en la situación y hacer algo al respecto.

Entre tanto, Suguru pensaba cómo deshacerse de este sentimiento, sabía que la operación era lo único que podría 'curarlo' pero no iba a tomar esa opción, por lo que empezó a buscar una nueva que quizás se desconocía. Su mente empezó a decirse que tal vez si se alejaba de Satoru, todo se irá porque no habría manera de que su amor aumente si no tenía al causante cerca, ¿No?, sonaba lógico para él.

Solo se estaba sentenciando a muerte.

Solo se estaba sentenciando a muerte

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𝐋𝐚𝐬 𝐅𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐍𝐨 𝐒𝐚𝐛𝐞𝐧 𝐑𝐢𝐜𝐨 - 𝘚𝘢𝘵𝘰𝘚𝘶𝘨𝘶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora