seven.

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La alerta ya se había dado hace un par de días, pero el paradero del muchacho seguía siendo desconocido. Satoru pasaba horas dando vueltas por los alrededores intentando ver aunque sea una mínima señal de su mejor amigo, pero no había nada, ni el viento lograba canturrear al tono de su voz, ni una silueta era similar a la del chico, no se encontraba por ningún lugar. Parecía que se lo había tragado la tierra y cualquier cosa respecto a él se esfumó.

Gojo sentía un gran pesar en su corazón, estaba preocupado a gran escala por su amigo, cada hora que pasaba, esa preocupación crecía más y más. Cómo no estar alterado por la situación cuando se largó tan de repente y, para colmo, estando gravemente enfermo. La mente del albino le jugaba en su contra, haciéndole pensar en que es muy probable que el otro este tirado, muerto, en algún lado sin poder ser hallado, temía que el padecimiento le arrebatara la vida.

Siguió recorriendo cada sitio que se le cruzaba por la cabeza, necesitaba dar con el paradero del ajeno y quedarse tranquilo con que estaba bien y, sobre todo, vivo. Cada vez se repetía con mayor intensidad ese pequeño pero gran porcentaje de que Getou ya este muerto, en cualquier momento iba a entrar en pánico. Revisó de pies a cabeza todos los parajes que pensó que podría encontrarse el chico, pero nada, no se cruzaba ni siquiera con un rastro de sus movimientos ¿Dónde diablos se hallaba Suguru?

Decidió ir al parque a despejarse un poco, ya había recorrido varias zonas y se encontraba algo fatigado, no por falta de resistencia física, sino mentalmente, todo le estaba afectando de una manera impresionante, nunca en su vida tuvo una emoción familiar, es extraño para él, pero tenía sentido porque después de todo era su mejor amigo quien desapareció.

Mejor amigo...

¿Veía a Suguru con una mirada de mejores amigos, o sentía algo más?

Llevaba un tiempo preguntándose aquello, notó que su cuerpo y mente reaccionaban de una forma distinta que al resto de las personas cuando se trataba del pelinegro, notaba como sus manos sudaban, su voz se afinaba,  la sonrisa nerviosa se le escapaba, y una que otra vez llegó a sonrojarse por situaciones en las que se acortaba bastante la distancia entre ellos. Además, pensar en el de ojos color sol, alteraba de cierta forma la química de su cerebro, no llegaba a pensar de manera correcta y se volvía una máquina de momentos ficticios de ellos dos conviviendo de una manera que era más que amistad.

No quería creerlo pero se enamoró de Suguru, y lo sabía perfectamente.

Ha vivido sentimientos algo semejantes a los que Getou hace nacer en él, pero, esta vez son más claros, más fuertes, concisos, como si estuviera en el pico de la vida. Estaba sintiendo amor, el cual era real y sincero por primera vez, entendía que iba más allá que cualquier otro que pudo haber sentido en su vida, ninguno llegaba a compararse con este, es un tipo de amor incondicional, porque él podría y amará a Suguru no importe qué, para él era perfecto. 

Ahora su mente lo bombardeaba de pensamientos negativos, diciéndose a sí mismo por qué no le dijo a su compañero como se sentía antes de todo esto, por qué nunca se sentó a hablarlo con alguien más que no sea su propia voz, por qué no actuó antes de que esto estuviera sucediendo.

Lo que estuvo frenándolo a confesarse todo este tiempo fue ver como Getou tenía Hanahaki, indicándole que seguro le gustaba alguien más y que fue rechazado, tampoco creía que este sintiera un tipo de atracción física y/o romántica hacia un hombre, él en específico. Sabía que alguien más se alojaba en el corazón del pelinegro y eso lo lastimaba.

Ugh.

Ahí van de vuelta, los pétalos junto a la tos. Estaba cansado de esto y más de ocultarlo.

-

Llegó al parque y tomó asiento en una de las bancas, su cerebro aún mantenía todos los pensamientos sobre aquel muchacho, lo estaba enfermando, literalmente. Volvió a taparse la boca para toser y largar otras hojas de las flores que empezaron a crecer en él, no recuerda ni cuando fue. Al terminar de toser, las apretó con rabia y las tiró a un lado del asiento, estaba frustrado, no podía creer que llegó a este punto. A un punto de no retorno en que las flores comenzaron a apoderarse de sus pulmones y perdió a la persona que hacía que florezcan. Nada tenía sentido.

Se quedó un tiempo, sentado y pensando en lo que estaba viviendo, esta crueldad del mundo en que se debía sufrir por amor, ¿Qué tenía en la cabeza Dios o quien fuere cuando creó esta basura? ¿Desde cuando el amor debía ser doloroso?, maldijo que no haya otra cura que las operaciones, ¿Por qué se debía eliminar los sentimientos junto con las flores?, era injusto, no quería y no iba a perder el amor por Suguru, su corazón sentía que eran tal para cual y no iba a permitir que una operación se deshiciera de ello. ¿Por qué no se empeñaban en encontrar otra solución a esta enfermedad?, una solución que permita seguir amando pero sin la agonía de tener plantas creciendo lentamente a medida que caes más por la otra persona para terminar muriendo si no salían bien las cosas.

Esa lluvia de pensamientos le hizo perder la noción del tiempo, no se había dado cuenta de que el Sol se empezó a marchar para dar paso a las estrellas y a la Luna brillante. Se paró para emprender viaje hasta la academia y poder dormir para el otro día seguir buscando, no pensaba comer, no tenía apetito desde que Getou se marchó. Cuando dio el primer paso, sintió algo vibrar en su bolsillo, metió su mano para tomar el móvil y chequearlo. Estaba recibiendo una llamada de Shoko.

Contestó sin ánimos y casi refunfuñando, no tenía ni ganas de hablar con su amiga. Pero se le pasó cuando escuchó la voz de esta y el mensaje que le dijo, sus ojos de cielo se abrieron de par en par, su boca formuló una mueca de una mezcla entre sorpresa con shock, y su corazón latió con tanta potencia que podía sentir que se le iba a escapar o lo iba a vomitar junto el resto de sus órganos.

- Satoru, lo encontraron. Encontraron a Suguru.- Fueron las palabras que movieron el mundo entero de Gojo.

- Fueron las palabras que movieron el mundo entero de Gojo

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Nota:

Holasss, súper normal yo actualizando a las cinco y media de la madrugada AHSDJHASD me acabo de ver La La Land por segunda vez con mi mejor amiga y terminamos llorando mares, luego de esa lloradera, me llegó inspiración para escribir entonces acá estoy con el séptimo capítulo omg JHADJSHA

Este capítulo se dio a ver qué es lo que piensa Satoru de Suguru y si le corresponde, ya saben que también le gusta :D  espero les haya gustado, byee !! 

𝐋𝐚𝐬 𝐅𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐍𝐨 𝐒𝐚𝐛𝐞𝐧 𝐑𝐢𝐜𝐨 - 𝘚𝘢𝘵𝘰𝘚𝘶𝘨𝘶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora