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Estaba recostado sobre la pared de aquel mugroso sótano en el cuál se encontraban las jaulas, en ese momento todos esperaban por Seungmin ya que habían sido convocados a una reunión y ahora esperaban para oír lo que tenía por decir el moreno, pero...

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Estaba recostado sobre la pared de aquel mugroso sótano en el cuál se encontraban las jaulas, en ese momento todos esperaban por Seungmin ya que habían sido convocados a una reunión y ahora esperaban para oír lo que tenía por decir el moreno, pero justo minutos antes de que el hombre llegara, dos de las chicas del casino habían decidido que era buena idea comenzar una discusión, mientras Jisung solo observaba en silencio cómo la tensión comenzaba a formarse en el ambiente cómo una gruesa cortina de humo; ambas femeninas se gritaban entre sí, rivalizándose por alguna razón que para Jisung no tenía absolutamente nada de sentido, sin embargo, las peleas entre los chicos y chicas del casino no eran nada extraño, más bien resultaba cosa de todos los días.

— ¡No tienes ningún derecho de criticarme! ¡Todos aquí estamos en la misma posición! —espetó una de las involucradas. Por un lado la pequeña pelirroja tenía razón, nadie allí era más que nadie, al fin y al cabo todos eran la misma basura que no servía para nada más que complacer a los asquerosos hombres que frecuentaban el lugar.

— ¡¿Si todos estamos en la misma posición entonces por qué yo duermo en las asquerosas jaulas cada noche mientras tú duermes en las habitaciones?! —Jisung rodó los ojos con burla, observando como Felix se acercaba discretamente a su lado, con su cabello ahora azul cayendo por su frente con delicadeza.

— ¿Ahora por qué discuten? —preguntó el peliazul mirando al par de chicas que parecían estar a punto de lanzarse a los golpes.

—Lo de siempre, el nadie-es-mejor-que-nadie de todos los días —respondió Jisung encogiéndose de hombros al mismo tiempo que pasaba una mano por su melena roja antes de volver a hablar—. Sólo espero que dejen de gritarse antes de que llegue Seungmin o se llevaran una buena golpiza.

Felix asintió en acuerdo sin apartar la vista de las chicas al igual que el resto de las personas allí, quienes miraban la situación de lejos no queriendo involucrarse y ganarse un lío por culpa de unas perras inconformes.

— ¡Odio este maldito lugar! —El grito de la chica rubia los tomó por sorpresa a todos, en especial a Jisung quién había estado luchando por no quebrar el último nudo de paciencia que le quedaba.

— ¡¿Quieren callarse?! ¡Cuando entenderán que sus malditos espectáculos solo harán que se ganen unos buenos golpes para sus asquerosos rostros! —escupió Jisung con rabia haciendo que todos retrocedieran un paso, hasta la chica pelirroja se hizo a un lado haciendo que la rubia quedara frente a él.

— ¡Para ti es fácil decirlo! ¡Eres quién tiene más privilegios aquí y no haces nada que nosotros no hagamos! —La rubia lo observó furiosa y el pelirrojo no pudo callar la risa que brotó de su garganta.

— ¿Qué no hago nada, dices? ¡¿Acaso sabes toda la mierda que he tenido que soportar para llegar aquí?! ¡Llevo años viviendo en este maldito lugar y me las he arreglado para sobrevivir hasta el momento! —Jisung apretó sus puños con rabia contenida, los ojos de la chica se abrieron con sorpresa, continuó—. Sí tú estuvieses en mi lugar y hubieses tenido que soportar lo que yo he soportado, te aseguro que no hubieses durado con vida más de dos días ni mucho menos estarías quejándote tanto. Aquí nadie tiene ningún privilegio, esto no es un maldito palacio, así que deja tus malditos delirios de perra real y cierra la boca.

Poker Face | HyunsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora