Han Jisung es un desgraciado, o al menos así lo ha creído desde que era pequeño; encerrarado en el famoso casino "Trébol" en la ciudad de las Vegas desde que tenía Tan sólo quince años, vendido por sus propios padres, pero dentro de aquél lugar nada...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las horas habían pasado volando y con la llegada del famoso aniversario la tensión era cada vez más palpable en el casino, todos iban de aquí para allá totalmente concentrados en sus respectivas actividades, pese a que aún era temprano para que el casino abriera eso solo aumentaba los nervios de todos.
Jisung se encontraba en la oficina del Jóker siendo maquillado y peinado, y a decir verdad se sentía más como una prostituta que como una celebridad, o quizá las dos en una.
Llevaba puesto un traje blanco y zapatos negros que más tarde tendría que cambiar por zapatos de tacón de aguja, lo especial es que no llevaba ninguna camisa, solo el saco siendo abrochado con el botón del medio, dejando ver la mayor parte su pecho y abdomen.
El resto de los chicos y chicas se encontraban siendo arreglados también, pero en otro lugar acerca del cuál Jisung no estaba informado, su corazón latía con violencia al mismo tiempo que sentía su estómago contraerse dolorosamente causándole arcadas, sus manos sudaban y no estaba del todo consciente de lo que pasaba a su alrededor.
—Recuerda J, debes dar lo mejor de ti, hoy es la primera noche de nuestro aniversario y la más importante —Seungmin habló con calma paseándose por la oficina hasta acercarse a Jisung—... Arruínalo tan solo un poco y te juro que limpiare el escenario contigo.
El hombre tomó su mandíbula entre su dedo índice y pulgar ejerciendo presión de manera brusca, logrando que la maquilladora dejara su trabajo para que el pelirrojo pudiera mirar a su jefe quien lo observaba en señal de advertencia, Jisung apretó los labios y asintió lentamente haciendo que el hombre lo soltara.
—Y-Yo... lo haré bien... —Jisung habló bajito pero lo suficientemente alto como para que Jóker lo escuchara.
—Lo sé, bebé. Y si eres bueno tendrás una recompensa. —La sonrisa que esbozó el hombre le causó escalofríos, pero sólo se limitó a asentir nuevamente.
Una vez la maquilladora terminó con su trabajo Jisung se levantó y se quedó de pie en medio de la habitación, con la cabeza gacha esperando que Seungmin se acercara o le indicara que podía irse. El hombre se acercó con lentitud, alzando su mentón con los dedos y lo examinó lentamente, mientras que el pelirrojo evitó a toda costa el contacto visual tratando de no sentirse más nervioso. Aquel hombre lo asustaba de sobremanera.
—Ah... Eres tan hermoso, Jisung —El mencionado se sorprendió un poco al ser llamado por su nombre—. Sabía que serías una gran inversión. Ya puedes irte.
Jisung asintió lentamente y el hombre le dio un pequeño beso en los labios antes de soltarlo, trató de no hacer ningún gesto y lo logró, luego sólo salió de la habitación sintiéndose un poco más aliviado al estar lejos.
Caminó por el pasillo, observando a todos los chicos y chicas casi corriendo por el lugar, totalmente maquillados y con hermosos trajes y disfraces, había mucho brillo, lentejuelas y sombras brillantes para ojos, si el casino de por sí, era llamativo y colorido, la semana de aniversario lo era aún más.
