El repentino sonido del vehículo hizo que el silencio en la habitación se volviera aún más opresivo. Amber, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, quedó inmóvil, aguzando sus sentidos en busca de cualquier indicio que confirmara sus temores. Escuchó atentamente, pero aparte de su propia respiración entrecortada, no percibió más sonidos. La incertidumbre la mantenía en vilo, y su mente trabajaba a toda velocidad, tratando de descifrar quién o qué podría estar detrás de todo.
Finalmente, con pasos temblorosos, decidió que no podía quedarse allí sin saber qué estaba ocurriendo. Se levantó de la cama que Jack le había cedido con precaución y se acercó a la puerta con cautela.
La puerta se abrió con cuidado, y Amber se asomó hacia el pasillo oscuro de la cabaña. Su mirada estaba llena de miedo y determinación. Sus sentidos estaban alerta, y cualquier sombra o movimiento podría ser la clave para entender lo que estaba sucediendo.
Su mente seguía buscando respuestas, culpables o razones para ese repentino frenazo del automóvil a las afueras de la cabaña. El escalofrío que recorría su espalda no la abandonaba, y el miedo seguía latente.
Descendió las escaleras con cautela, cada escalón crujía bajo su peso. Finalmente, alcanzó la planta baja y se encontró con la figura de Jack, su anfitrión, durmiendo en el suelo. El hombre parecía estar en un sueño profundo, ajeno al ruido del vehículo y al estado de alerta de Amber. La joven se quedó mirándolo por un momento, preguntándose si debía despertarlo o investigar más a fondo lo que había sucedido. La incertidumbre y el miedo seguían rondándola, pero su determinación la impulsaba a descubrir la verdad detrás de ese misterioso incidente.
La postura del hombre daba a pensar que estuvo gran parte de la noche haciendo vigilancia por si algún peligro se aproximaba. Con aún dolor en su muslo, hizo el esfuerzo de llegar hasta la ubicación del aún dormido sujeto. Lo agitó bruscamente para despertarlo, logrando su cometido en cuestión de segundos.
—¿Qué sucede? —dijo Jack, todavía adormilado.
—¡Están aquí! —exclamó ella, aterrorizada—. Por favor, no dejes que me lleven.
—¿Quiénes? —preguntó sin entender la reacción de la chica. Quizás un mal sueño era el causante de su preocupación.
La chica respiraba con dificultad, tratando de calmarse lo suficiente para explicar la situación. Jack se dio cuenta de que estaba realmente asustada y decidió que necesitaba tomar medidas rápidamente.
—Son los hombres que me persiguen. Creo que me han encontrado.
—No te preocupes, te protegeré —dijo Jack con determinación, cayendo en cuenta de lo que sucedía.
Sabía que tenía que hacer algo para proteger a la chica, pero se preguntaba cómo podría enfrentar a los hombres que estaban afuera, si era que realmente los había. Intentaba ocultar su inquietud y tranquilizo a la rubia que seguía exaltada.
—De acuerdo, ve a la habitación y enciérrate allí. Yo me encargaré de ellos. —planeó en voz baja, intentando calmarla.
La chica asintió con la cabeza y se dirigió a la habitación. El hombre la siguió de cerca, asegurándose de que llegara a su destino. Una vez que ella estaba dentro, se dirigió hacia la puerta principal con precaución.
El hombre se daba cuenta de que la situación se estaba poniendo peligrosa. Observó por la ventana y vio una camioneta afuera de la cabaña, de la cual descendieron tres sujetos armados con pasamontañas. Dos de ellos llevaban ametralladoras y el tercero, que parecía ser el jefe, sostenía una pistola.
—¡Qué carajos! —exclamó en voz baja, impresionado por la presencia de los bandidos.
Los sujetos se acercaban a la cabaña con cautela, intentando no hacer ruido. Seguían en búsqueda de la chica, que creían que estaba ahí dentro, no tenían intención de dejarla escapar. El líder del grupo se detuvo frente a la puerta y se giró hacia sus hombres. Les dio una señal y estos asintieron con la cabeza, listos para cualquier escenario.
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Sentido Mortal
HorrorEn un mundo donde la extinción humana se volvió inevitable, y donde la vida misma se ha convertido en una lucha desesperada por la supervivencia, los sentidos humanos han sido llevados al límite. La destrucción y el caos reinan, mientras que el mied...