A pesar de la abrumadora escena de caos que los rodeaba, Amber recuerdo que este tipo de panorama ya era común en el nuevo mundo, donde la civilización había colapsado y la supervivencia era la prioridad.
Consciente de la gravedad de su situación, decidió que era momento de enfocarse en lo que realmente importa: su propia supervivencia.
—Quizás deberíamos buscar algo de comida —propusó la chica, sintiendo un fuerte revuelo en su estómago que indicaba que su hambre es urgente.
—Muero de hambre —agregó Jack con una mueca cansada, corroborando la necesidad que ambos sentían.
Allí se encontraban, en medio de la desolación, solos y hambrientos. En este mundo apocalíptico, tener suficiente comida era vital para enfrentar los desafíos que podían surgir. La escasez de alimento en una situación de supervivencia no era una condición ideal, el hambre podía nublar el pensamiento claro, debilitar el cuerpo y colocar a las personas en situaciones desesperadas.
En una lucha por sobrevivir, la necesidad de comida puede llevar a decisiones impulsivas y arriesgadas, impulsadas por el deseo primal de satisfacer una necesidad básica. La sensación de debilidad en el estómago puede empujar a cometer errores que podrían poner en peligro sus vidas.
Y sabían que el peligro acechaba en todas partes, las criaturas que ahora dominaban el mundo estaban cazando, luchando por su propio sustento, al igual que ellos. La falta de alimento no solo los hacía vulnerables frente a los no vivos, sino que también puede debilitar sus capacidades físicas y mentales, poniéndolos en desventaja frente a los desafíos que enfrentaban.
Con este recordatorio en mente, comprendieron que necesitaban encontrar comida lo antes posible. Sin embargo, también eran conscientes de que debían ser cautelosos y estratégicos en su búsqueda, considerando tanto su propia seguridad como su supervivencia a largo plazo en este mundo cambiado.
—¿Crees que puedas aguantar hasta que caiga la noche? —Jack preguntó a su compañera, evaluando su resistencia ante la urgencia del hambre.
Con su experiencia en este nuevo mundo, el hombre había aprendido que la noche tenía sus propias ventajas. La tranquilidad y la oscuridad eran aliados en el arte del sigilo, pero también sabia que, además de las errantes, debían cuidarse de los sobrevivientes, que eran igual de peligrosos.
—Está bien —aceptó la rubia con dudas, pero al ver la determinación y la estrategia de Jack en sus ojos, comprendió que era lo más sensato.
Mientras buscaban refugio temporal, observan que la ciudad en la que se encontraban no era muy diferente de las anteriores antes visitadas. Todas tenían el mismo patrón, vehículos destrozados y estrellados contra edificios, maleza tomando el control y árboles brotando en lugares inesperados. La escena era un testimonio silencioso de como la naturaleza implacable había reclamado la civilización abandonada.
Un silencio absoluto reino, como si la propia ciudad sostuviera su aliento en este mundo postapocalíptico. El aroma peculiar de la descomposición y la muerte floto en el aire, un recordatorio constante de la fragilidad de la vida.
Finalmente, encontraron un lugar modesto donde podrían descansar y recobrar fuerzas, al menos por un tiempo. Se dejaron caer exhaustos, conscientes de que el descanso era crucial para su supervivencia continua en este nuevo y despiadado mundo.
El descanso de Amber se vio interrumpido por una pesadilla que la atrapo en un torbellino de miedo e incertidumbre. En su sueño, se encontraba en un mundo caótico, acechado por saqueadores despiadados que la perseguían sin parar.
La sensación de vulnerabilidad la oprimió mientras intentaba huir, pero sus perseguidores se acercaban cada vez más, riendo siniestramente, sentía su corazón latir en su pecho, su respiración era agitada, pero su cuerpo parecía pesado y lento, como si estuviera atrapada.
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Sentido Mortal
TerrorEn un mundo donde la extinción humana se volvió inevitable, y donde la vida misma se ha convertido en una lucha desesperada por la supervivencia, los sentidos humanos han sido llevados al límite. La destrucción y el caos reinan, mientras que el mied...