La habitación estaba sumida en un silencio tenso y cargado, ambos yacían en la cama, sus cuerpos desnudos cubiertos solo por las sábanas arrugadas, un recordatorio físico de la pasión que habían compartido, los dos respiraban agitadamente, sus cuerpos aún se recuperaban del fervor de su encuentro.
La atmósfera estaba saturada de emociones, una mezcla de pasión, deseo y ansiedad, no sabían qué decir, cómo abordar lo que había sucedido, se sentían vulnerables, expuestos y, al mismo tiempo, saciados de una pasión que habían reprimido durante mucho tiempo.
Nathalie tiene la vista clavada en el techo, siente la mirada del hombre pero se niega a mirarlo, sus dedos se deslizan hacia su cuello, donde las marcas apasionadas y rojas del encuentro previo quedaron marcadas en su piel.
-¿Te lastime? –Gabriel está siendo amable, ella soportaría doleres mucho menos placenteros qué ese.
-Estoy bien –Susurra–, no espere que esto sucediera.
-Dijiste que querías… –Ella conocía a Gabriel como la palma de su mano, podía leerlo sin problemas, en ese momento siente que está con un extraño.
-No me refiero a eso, ¿A que viniste realmente Gabriel?
-A verte. –Nathalie finalmente gira su rostro, buscando los ojos del hombre, sus miradas se cruzan, una intensa conexión de miles de preguntas sin respuestas.
-Eso no es una respuesta clara. –Acerca más su rostro, buscando una respuesta en su mirada, sin embargo en los ojos de Gabriel, no se vislumbra ni un rastro de arrepentimiento.
-Pase mucho tiempo rogando y suplicando al destino qué te trajera de vuelta a mí, ahora que ha sucedido me he portado como un idiota. –Acerca su mano al rostro de Nathalie, acariciando su mejilla con ternura.
–Tienes tus razones para estar molesto. –Ella cede a la caricia del hombre con una entrega que va más allá de lo físico.
-Puede ser, lo cierto es que odiarte era más sencillo que extrañarte –La mirada del diseñador la llena de calor, de una sensación de ser amada y deseada–, y me has hecho tanta falta.
La intensidad del momento se mezcla con los recuerdos de un pasado donde también se amaron con la misma pasión. No son los mismos que en aquel entonces, la vida los ha transformado, los ha moldeado, pero en ese instante, en esa habitación, pareciera que el tiempo se detiene.
-Dime una cosa, ¿Realmente nunca volviste por mi culpa? –La pregunta parece dolerle a Gabriel.
-No, es decir… –Pasa su lengua por sus labios antes de hablar–. No eras solo tú, también estaba mi madre, prácticamente huí de ella y nunca quise volver a verla.
-Sé a la perfección lo que sentiste, huí de mi padre hasta que murió y vivíamos en la misma ciudad. –La friedad de las palabras de Gabriel no sorprenden a Nathalie, siempre se ha referido con sumo desprecio a su progenitor.
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Los acordes de nuestro ayer ‖Gabenath‖
Fanfiction𝐏𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬 𝐚𝐝𝐮𝐥𝐭𝐨𝐬 (+𝟏𝟖) Dos almas que una vez estuvieron entrelazadas caminan ahora por senderos separados, el tiempo y las circunstancias los llevaron por caminos divergentes. Gabriel y Nathalie podrán mirar hacia el futuro y en...