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No sé en qué momento, todo se volvió tan complicado y un desastre, una plebeya como yo nunca podría estar con un noble como el, pero aún así.

Me creí poder vivir en un cuento de color de rosa, cuando regrese a la realidad era por qué estaba embarazada de dos o mas semanas, ¿Ahora que hago?.

Me acerque a la mansión de los Trovi, todos me veían extrañados, una plebeya en una mansión enorme de nobles, buscando a la señora de la casa y pidiendo una audiencia con ella.

— bien niña, ¿En qué puedo ayudarte hoy? Pediste una audiencia - hablo seria la duquesa
— bueno...yo, mi señora, quiero pedir su ayuda, más bien su consejo - pedí bajando la cabeza
— está bien, te escucho - hablo sonriendo
— vera estoy embarazada...creo que de dos semanas, pero el padre de mi hijo es un noble de alto rango - hable temblando mientras seguía viendo el suelo - ¿Qué puedo hacer?
— busca al padre, dile la verdad, no le mientas, no escondas a tu hijo debe ser responsable - hablo la duquesa - ¿Quieres algo más cariño?
— si, podría regalarme ¿Papel y tinta? Escribiré una carta para el padre de mi hijo

La duquesa estaba emocionada por contar esto con sus amigas, todas aquellas que tuvieran un hijo varón se verían asustadas o incluso preocupadas, ella no debía preocuparse su hijo se fue tres semanas antes de que esto pasará a la frontera, era libre de pecado.

Cuando observo a la joven terminar de escribir por un momento se detuvo a observarla, tenía rasgos delicados y finos, la piel clara como la nieve, ojos de un tono azulado muy hipnotizantes, como dos gemas brillando en la oscuridad y su cabello sedoso de un azul rey.

— disculpa jovencita, ¿Como te llamas? Tu rostro - pregunto la duquesa con curiosidad
— ...no tengo nombre, el padre de mi bebé me llamo (.           ) aunque no se que significa pero es bonito - hablo sonriendo mientras sellaba la carta e hizo una reverencia - agradezco mucho su consejo y lo seguiré

Salió de la mansión con la carta en mano, la llevo a su pecho viendo el suelo, la mandaría o no, ¿Pero y si la rechazaba? No quería saber que sentía eso y menos en público.

Observo el dinero en su mano, quizás... ¿Puedes salir del imperio? Si, de todos modos no tienes mucha ropa, no tienes familia ya que todos murieron a manos de unos nobles desquiciados.

Tardaste en llegar al puerto, cuando llegaste observaste los barcos que estaban por partir unos con un destino más lejos que el anterior, al final observaste un barco hermoso y con una tripulación enorme.

¿Un noble irá en este barco? Me da miedo preguntar pero, si no salgo ahora...no se que podrían hacerme si descubren la verdad - pensaste mientras veía la zona donde estaban los mensajeros
— Disculpe señorita, ¿Va a subir a este barco? - pregunto un hombre que estaba a tu espalda
— yo...no he preguntado el boleto - hablaste viendo el suelo - parece un hombre de alto rango, ¿Será el dueño? No debo de adelantar las cosas, pero si lo es, me preguntó si me dejara abordar a cambio de mis ahorros para irme - pensaste mientras veías al hombre que no despejó la vista de tí - ¿Me podría decir el precio?
— si, son 1,400 el boleto - hablo serio, te tensaste te faltaban 100 para poder subir a bordo
— entiendo, muchas gracias - estabas dispuesta a irte y buscar otro lugar que estuviera lejos
— pero, podríamos hacer una excepción, 1,200 ¿Le parece bien? - hablo sonriendo amable
— ¿L-lo dice de verdad? - preguntaste con una sonrisa feliz, el asíntio - s-si ¡Subiré a bordo he iré por mi boleto!

Corriste al lugar donde pagaban los boletos, te respetaron el precio, pero antes pediste que entregarán una carta a la frontera y ahí se fueron tus ahorros. Subiste a bordo con el hombre a tu lado, pronto comenzarás una nueva vida, con tu hija o hijo a tu lado, trataría de darle solo lo mejor.

Bastardo (Kosair Trovi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora