│Capítulo O1│

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𝑆𝑒𝑢́𝑙, 𝐶𝑜𝑟𝑒𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑆𝑢𝑟.

Escuchando la puerta de su habitación ser abierta levantó la cabeza, dejando ver sus hinchados y rojizos ojos, al ver de quien se trataba le restó importancia antes de volver a hundir su rostro en la mullida almohada.

    — Joder Tae ya deja de llorar —dijo su querido primo Hobi— Llevas más de dos días así.

El omega menor no respondió, simplemente ahogó un sollozo en la almohada.

    — Por muy cruel que suene ¿crees que ese imbécil te esta llorando? —el omega mayor negó con la cabeza— Sabes que la respuesta su no, ese imbécil debe estar revolcándose en algún lugar con esa perra.

Taehyung observó a su primo, un puchero se formó en sus rojizos labios, sabía que era cierto, el imbécil de Jung-Suk debe estar en algún lugar haciendo porquerías. Hoseok rápidamente se levantó de la cama, tomando entre sus manos la sábana antes de retirarla del cuerpo de su menor.

    — Ya fue mucha lloradera, no te vas a quedar aquí encerrado llorando por un idiota sin cerebro, levántate de esa cama y ve a darte una ducha —mencionó sonriendo— Te vas a arreglar mucho más bonito que otras veces, esta noche vamos a celebrar por tu libertad.

Sonriendo Hoseok ayudó a su primo a levantarse de la cama, rápidamente lo dirigió hacia el baño para que pudiera asearse.

    — Apresurate, Yoon viene a recogernos pronto —dijo sonriendo antes de cerrar la puerta del baño.

Con bastante energía Hoseok se dirigió hacia el clóset de su primo, no era diferente al suyo así que pronto comenzó a buscarle el mejor atuendo que tuviera para la salida, irían a bailar así que debía ser algo cómodo pero también lindo y sexy, algo que hiciera resaltar aún más las curvas que Taehyung tenía.

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Una hora después se encontraba sentado en una de las mesas de aquella bar/discoteca a la que había ido junto a su primo y la pareja de éste, no estaba nada mal, el ambiente estaba lleno de energía, los jóvenes bailando, otros cuantos bebiendo en sus mesas y otros pocos hablando entre sí mismos, o más bien gritándose para poder escuchar un poco, la música llenaba completamente el lugar mientras que las parpadeantes luces de colores iluminaban levemente el lugar.

Entre sus manos se encontraba su adorado mojito de fresa, estaba completamente fascinado con el delicioso sabor que este tenía, una sonrisa surcó sus labios al ver a su primo dejar todo en la lista de baile junto a su pareja, su mirada intentó observar a detalle el lugar pero fue imposible ante la falta de iluminación, sin embargo, a inos cuantos metros de su mesa se encontraba un alfa bastante atractivo, su aura y sus oscuros ojos hicieron temblar sus piernas aún estando sentado, sus músculos resaltaban de su ropa completamente oscura, ahora la oscuridad del lugar no era un problema, su respiración se cortó cuando vio su brazo completamente tatuado, estaba completamente seguro de lo alto que era ese alfa, estaba seguro que llevaba al metro ochenta, la boca se le hizo agua cuando sus miradas conectaron y él surcó una coqueta y sexy sonrisa de lado.

Ese alfa no era ninguna broma para nadie.

Con una delicada sonrisa observó a el alfa, sin mentir era el más guapo que alguna vez en su vida vio, el alfa que físicamente cualquier omega quisiera tener, sin dudarlo comenzó a coquetear discretamente con el alfa, él no era de los que hicieran aquello pero simplemente no pudo evitarlo. No entendía porque lo estaba haciendo, en primer lugar era un completo desconocido que podría ser un secuestrador o vendedor de órganos y en segundo lugar hace unos días había terminado una relación de tres años, pero ahí estaba él, dedicándole coquetas sonrisas que eran correspondidas por el alfa, no lo sabía de donde había sacado la valentía pero culpaba a el alcohol en su sistema.

    — Hola precioso —escuchó un susurró cerca de su oído que logró estremecerlo, su voz era profunda.

Solo se había descuidado un segundo para beber de su mojito cuando el alfa ya estaba sentado a centímetros de él, ahora que lo tenía más cerca y pudo ver sus facciones casi se babea encima. Cejas tupidas y oscuras, ojos grandes y profundos, nariz respingada, pómulos altos y labios gruesos color cereza, un lunar en su labio inferior que lo hacía ver completamente sexy, la mandíbula completamente marcada y una maldita manzana de Adán que lo hipnotizaba cada vez que se movía.

Ese alfa era un completo Adonis.

    — Hola guapo —mencionó sonriendo mientras observaba a el alfa.

    — ¿Te molesta si te acompaño? Veo que estas solo esta noche —le dijo él— No puedo permitir que tan bello ser pase solo el resto de la noche.

Taehyung sonrió observando a el alfa, con coquetería llevó su mano a el muslo del contrario mientras se acercaba a su oído.

    — Me fascina saber que tendré una buena compañia esta noche —dijo sonriendo— Dime ¿qué te hizo terminar aquí?

    — Quiero relajarme, mañana se acaban mis vacaciones y tengo que volver —dijo el alfa— ¿Qué te trajo hasta aquí?

Taehyung sonrió observandolo.

    — Así como tú estoy despidiendo mis vacaciones —dijo sonriendo— ¿Bailas?

El alfa no dudó un segundo en ponerse de pie, y efectivamente, era mucho más grande que Taehyung aunque poco le importaba, así que tomados de las manos se dirigieron a la pista, comenzando a bailar al ritmo de la música. Sus cuerpos estaban totalmente pegados mientras bailaban aún así no había nada de morbo en el baile, aunque si se lo preguntaban la tensión era completamente obvia por lo que decidió ayudar a disolverla un poco.

Haciendo su mayor esfuerzo para darle a entender a el alfa lo que quería terminó por unir sus labios, suspirando con satisfacción al sentir el sabor del whisky y cigarro en la boca del contrario, era como estar en el mismísimo cielo, el alfabeto tenía el control del beso y eso lo hacía sentir mucho más satisfecho que antes, su lengua sin permiso ingresó a la cavidad bucal del alfa, hubo una lucha en la cual el alfa salió victorioso aunque él también ganó al dejarle una mordida en el labio del alfa.

    — ¿Sabes bonito? Le estamos dando un espectáculo a los demás —dijo el alfa al separarse del beso— Vamos a la mesa, ahí estaremos mejor.

Con sus labios adormecidos y su mente en blanco Taehyung no dudó en asentir con la cabeza para así dejarse guiar por el alfa hacia donde estaban antes. Una vez llegaron el alfa tiró con suavidad de su brazo para dejarlo sentado en sus piernas, Taehyung se sintió satisfecho al estar en esa posición.

Pronto un nuevo beso comenzó, una batalla de lenguas y una sinfonía de suspiros entrecortados, todo estaba siendo completamente satisfactorio para ambos, ambos lo estaban disfrutando. La mente del omega seguía en blanco, nunca antes había tenido un beso tan demandante, tan posesivo, tan caliente, era la primera vez y le encantaba, jamás había sido de besarse con cualquiera pero ese alfa no sólo lo había alborotado a él sino a su lobo también, ambos disfrutaban de la primera vez de besarse sin conocerse además estaba seguro que no volvería a ver a ese alfa, así que debía aprovechar esa oportunidad que la vida le había dado.

    — Joder me estoy volviendo loco —murmuró el alfa tirando su cabeza hacia atrás.

Una suave sonrisa se colocó en los labios del omega, sin pensarlo mucho llevó sus labios a la manzana de Adán del alfa para así besarla y lamerla, bajó un poco más y sus labios succionaron la clavícula del alfa, sonrió satisfecho cuado vio una rojiza marca en ese lugar.

    — Un pequeño recuerdo —susurró sonriendo.

Taehyung estaba siendo un completo descarado con ese alfa, nunca había visto esa faceta suya pero con ese alfa la dejaría salir cuantas veces quiera.

𝑃𝑟𝑜𝑓𝑒 𝐽𝑢𝑛𝑔𝑘𝑜𝑜𝑘│𝐾𝑜𝑜𝑘𝑇𝑎𝑒-𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora