CAPÍTULO 4

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Jueves por la mañana y prácticamente ya había pasado una semana de la boda. Para su buena suerte, las cosas seguían igual y no había sucedido una imperturbabilidad en su rutinaria vida, a excepción de su mudanza.

YoonGi iba todos los días por él y ingresaban juntos a la escuela, pasaban sus descansos juntos, cuando se cruzaban, y finalmente regresaban al apartamento de Tae, juntos.
Era una buena rutina pues afortunadamente no tenía muchos trabajos, comía y dormía bien y por su puesto, tenía buena compañía. Sin embargo, TaeHyung había tenido la tonta esperanza de que algo realmente cambiará, pero no, aquello no sucedió. JungKook seguía sin voltear a verlo e incluso parecía ser evitado más que apropósito y era frustrate, en muchos sentidos.

¿Porqué no podía sacarlo de su mente y corazón? ¿Porqué aún se aferraba a un sentimiento que jamás sería correspondido? Habían pasado años desde que JungKook lo alejó, ¿porqué insistía en amarlo y esperar algo a cambio? Era estúpido y lo sabía, sin embargo, la idea de la boda solo fue un golpe más a su nulo intento por finalmente soltarlo. Estaba jodido y lo sabía; gracias al falso matrimonio, sentía que la fidelidad y la atención eran primordiales porqué, ¿cómo hacerle entender a tu corazón enamorado que todo era una farsa? Una vil y cruel mentira del destino que lo había unido al hombre que amaba.

TaeHyung suspiró y se miró al espejo, el agua recorría sus hermosas facciones. Tomó su cepillo arreglando sus castaños rulos luego de dejar atrás su inspección, secó lo que lo quedaba de agua; tomó su bálsamo de naranja y lo colocó en sus esponjosos labios. Se miró una última vez y sonrió satisfecho con su resultado.

Antes de bajar, tomó su móvil, su mochila; pasó frente al espejo de cuerpo completo y miró su apariencia, sus pantalones café pastel, su camisa suelta, su reloj de mano, y sus lentes de pasta fina, se veía hermoso.

Tae no necesitaba esperar o mandar mensaje, pues en cuanto daban las 7, sabía que YoonGi estaría fuera de su apartamento, listo para llevarlo a la escuela.

Cerró bien la puerta y al dar la vuelta, en efecto, Min YoonGi estaba tras de él.

- ¿Nos vamos? - Tae asintió y bajaron hasta aquel auto tan fino que Min había comenzado a usar a inicios de semana y que rápidamente había captado la atención de todos pues era un auto difícil de conseguir y era uno muy caro.

Ambos subieron y como de rutina, prendieron el auto y comenzarón su viaje de karaoke hasta cierta distancia de la escuela para evitar más miradas.

Una vez llegaron, Tae automáticamente lo buscó con la mirada y era obvió que no lo vería pero ya era algo sistemico.

- Deja de hacer eso, tienes a este papasote frente a ti y buscas otros cueros, cariño, voy a pensar que ya no me amas - YoonGi habló y aunque ambos sonreían, Tae sabía que Min hablaba enserio y ya lo había regañado en más de una ocasión.

El castaño agachó la cabeza sonrojado de la vergüenza y tomó el brazo de su amigo.

- Perdón Gigi - expresó haciéndo al mencionado, suspirar, detestaba que su amigo estuviera así pero también debía hacerlo entender.
- Bien - simplemente dijo y jaló al menor de la cintura para ambos ingresar.

Cuando estuvieron en su límite y debían separarse, ambos se despidieron con un pequeño besito en sus mejillas y se alejaron por su propio rumbo.

Mientras tanto, unos metros atrás, ingresaba JungKook, JiMin (su mejor amigo) y su amada Elizabeth. El trío ingresaba en aquella formación preferentemente para evitar la cercanía entre JungKook y la chica pues había sido una clara petición de sus padres pues de ser el caso de que alguien supiera del matrimonio de él y Kim, obviamente cuestionarian y muchas cosas podrían pasar de ser el caso.

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