CAPÍTULO 5

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Tae y YoonGi habían disfrutado de su noche de películas, sin embargo, el desvelo se miraba en sus ojos y su apariencia un tanto demacrada. Ambos llegaban arrastrando los pies sobre el pavimento de la escuela, uno a lado del otro, venían sosteniéndose como si hubieran bebido mil litros de alcohol y sin querer estaban siendo el centro de atención pues muy rara vez se les veía fuera de la línea que siempre mantenían.

Si recordamos, ambos creían que no movían ni una pelota, sin embargo ambos eran portadores de muchas personas que les interesaban sus cueritos, e aquí el hecho de que nunca pasaran desapercibidos y las pocas veces que se les miraba un cambio, era para el goce de sus conquistados.

YoonGi llevaba una camisa blanca de manga larga, sin embargo la tenía arremangada hasta los codos dejando ver su manga oscura que llevaba debajo, era una playera de cuello alto que solo dejaba en más evidencia su blanquecina piel, su corbata estaba desarreglada y prácticamente suelta, sus pantalones anchos color negro hacían contraste a sus converse del mismo color, se veía magnífico pesé a cargar un rostro muerto de emociones. Por su lado, Tae contaba con una sudadera negra y un pants azul oscuro que combinaba con sus tenis blancos; sus rulitos estaban despeinados y sueltos, flotaban con el viento y le daban la apariencia de un perfecto doncel.

- Cariño, debo partir - expresó con exageración el pálido cuando llegaron al punto de despedida.
- No, no te vayas, podemos hacerlo juntos - TaeHyung dramatizo y enseguida YoonGi le siguió el juego al comprender.
- No puedo, tus padres nunca lo aceptarían - cubrió su rostro fingiendo dolor.
- Podemos escaparnos, ellos nunca se enterarian - rogó aferrándose al brazo que buscaba alejarse.
- Pero aún tienes un futuro muy brillante por delate, sin mi a tu lado-
- ¡No! Sin ti mi vida no sería lo mismo - cubrió su rostro y comenzó a hipar avisando de un "llanto".
- Debo partir - se soltó y se dio la vuelta sin avanzar.
- ¡No! ¡Margarito! ¡No me dejes! Yo...

Para este momento, las personas a su alrededor ya estaban sonriendo ante la escena, no era extraño verlos actuar y aunque ellos pensarán que estan siendo discretos, la realidad era otra.

- ¿Tu qué? - "Margarito" giró el rostro.
- Yo... estoy embarazado - YoonGi abrió los ojos de más sin esperar aquello, las personas que observaban la escena también, creyendo pronto que era demasiado como para una broma.
- Es mentira yo...
- Y son 8 - entonces YoonGi sonrió y regreso los pasos que se había alejado antes de tomar el rostro de Tae y apretar sus mejillas.
- Más tarde te veo. Compraré el almuerzo así que asegurate de esperarme donde siempre - Tae sonrió dando por finalizada su pequeña obra y asintió.
- Entonces bye, Gi - puchereo.
- Cuida de tla, cua, che, rigo, berto, coma, dre y ja - enumeró antes de ver al doncel alejarse con una sonrisa y avanzar a su destino.

Cuando Tae se perdió de la visión de su amigo, fue que YoonGi se percató de la atención que tenía y que probablemente habían tenido los dos, sintiéndose avergonzado, bajo el rostro al sentirlo caliente, siempre que estaba con TaeHyung olvidaba que debía cuidar su reputación. Ignoró pronto las miradas y se retiró del lugar hasta sus propias clases.

Cuando Tae estuvo fuera de su salón, se percató que prácticamente estaba vacío por lo que con timidez, avanzó hasta uno de sus compañeros y pregunto, pues ya era algo tarde como para que el salón estuviera así.

- D-disculpa, ¿habrá clases? - cuestionó a la chica quien le miró antes de responder con una sonrisa amable.
- Oh, el profesor dijo que no creía poder llegar ya que había mucho tráfico. Tenemos estas dos horas libres - expresó con amabilidad.
- Ya veo. Gracias - agradeció y se dispuso a mirar afuera, serían dos horas así que, sin YoonGi, ¿porqué no salir a caminar?

Entonces Tae salió del salón y se dispuso a andar por el campus, quizás luego iría a la biblioteca pero por ahora iría a desayunar algo.

Mientras se encontraba bajo un árbol luego de comprar un pequeño pan y una malteada para desayunar, TaeHyung miraba el despejado cielo y se preguntaba una vez más por JungKook, quien luego de verlo en la fila, esté incluso se cambió de puesto al notarlo ahí.
Tae no entendía y por mucho que se preguntará, no entendía que había logrado cambiar al mayor, había pasado de ser el chico más dulce y tierno con él, a ser un vil hijo de puta, sin razón, JungKook nunca le había dado una explicación y aquello lo debastaba, ¿había hecho algo? ¿Reveló un secreto? ¿Rompió su peluche favorito o su consola? ¿Qué había hecho? Sabía que las cosas no cambiarían por mucho que lo intentará, JungKook lo quería lejos y él no iba a rogar y a humillarse por su atención.
YoonGi le había dicho mil veces que saliera con alguien más, que conociera más gente y que se enamorará, que olvidará al pedazo de escroto (a palabras de Yoon). Que se atreviera a vivir y que aceptará que el chico al que un día imagino como esposo, jamás volvería a ser el de antes, el chico estaba aferrado a mantenerlo lejos, ¿porqué esperar que las cosas cambiarán?
Pero no era tan fácil, JungKook y él habían sido como la uña y mugre prácticamente desde que nacieron, su relación era tan íntima como la de él y Min, tan cercana, envidiable y hermosa, sería como pedirle que de un día a otro se alejará de YoonGi y que este lo tratará como peste luego de todo lo vívido, sin embargo, seguía sin ser lo mismo. JungKook nació y vivió con él casi toda su vida hasta que a los 16 años tuvo que viajar, Tae tenía 21, habían pasado solo 5 años, no puedes esperar que borré 16 años así de la nada. Seguía viéndolo, sabía de él, era como seguir juntos pero al mismo tiempo a distancia.

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