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«Una princesa nunca debe perder la cordura» «Una princesa debe ser puntual» «Una princesa debe tener buenos modales».

Las mejillas de Charlotte aún estaban húmedas. Miró a un lado, luego al otro. Estaba sola, con su supuesta tía, súbditos y por supuesto, Jared. Pero ella no pensaba en ese tipo de soledad. Acercó su mano hacia su boca y profirió un fuerte bostezo. Su «instructora» seguía diciendo cosas que Charlotte siquiera escuchaba.

-¿Entendiste?

Alzó la mirada de sus manos, sus ojos se achinaron al recibir un pequeño rayo de sol. Movió sus labios lentamente y de este salió un leve susurro:

-Si.

La señora de cabello rubio asintió e hizo una señal de aprobación. Charlotte bajo la vista hacia el suelo de madera lustrosa. Pronto, se sintieron los pasos salir de la habitación, entonces suspiró de manera efusiva.

-Al fin se fueron.

-Yo sigo aquí.

Charlotte alzó la vista hacia la persona que le hablaba. Se encontró con dos ojos azules, casi celestes parecidos a dos brillantes y hermosas turmalinas paraibas. Sonrió y tomó la mano que este le extendía para que se levantara.

-Jared... ¿No saliste con mi tía?- pregunto extrañada viendo la puerta.

-Creo que la respuesta es algo obvia, Lottie.

Rió mientras negaba con alegría. La puerta se volvió a abrir dejando ver una cabellera de color plateada. Crafmered avanzó hasta ellos, hizo una leve reverencia y se dirigió a Charlotte con una suave y dulce voz;

-Señorita, su padre me dijo que la dirija de vuelta a su habitación.

Charlotte asintió y luego le sonrió de vuelta. Con un rápido movimiento, Jared se irguió y dirigió su mirada hacia Crafmered, ella lo miró de vuelta con una sonrisa.

-Necesito hablar con ella, si no te molesta. Es solo un momento.

Ella pareció dudar un poco y antes de aceptar miró suspicaz hacia los dos lados;

-Esta bien, volveré en unos minutos.

Luego de que las puertas se cerraran y la anciana saliera por estas, Charlotte se tiró sobre el sillón rojo terciopelo donde estaba hace un rato. Inhaló y dejo su cabeza colgando por la parte de atrás del respaldo, miró la pintura de la pared por unos segundos antes de erguirse y mirar curiosa a Jared.

-¿Porque?-fue lo único que logró pronunciar la oji-azul antes de que sus ojos volvieran a llenarse de lágrimas. Apretó los ojos. Jared tomó su mano y la apretujo.

-Una gran oscuridad se acerca, Lottie.

Ella lo miró exasperada pidiendo otra respuesta.

-Eso... no tiene nada que ver conmigo.

Jared negó mientras la comisura superior de su labio se elevaba formando una media sonrisa.

-En eso te equivocas.

Suspiró y miró a lo que se podría llamar su futuro esposo, por el rabillo del ojo. Ahora que lo tenía lo bastante cerca, podía detallarlo. Ojos azules, pero de un azul diferente al de ella; cabello rubio; nariz respingona y labios carnosos. Ahora comprendía el porque las otras suspiraban al verle pasar. Agitó su cabeza, alejando esos pensamientos. Lo último que necesitaba eran dos profundos y misteriosos ojos azules acechándola.

-Jared- susurró mirando el suelo- ¿Qué es lo que se acerca?

Sus azules ojos dejaron de brillar tan intensamente, era como si hubieras tapado la luz que filtraba por los grandes ventanales.

Dangerous Love ➳ [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora