Prólogo.

161 18 41
                                    

Un jóven de apróximadamente 15 años de edad paseaba por el bosque, recolectando unas cuantas flores, lucía completamente normal: Cabello castaño, mejillas regordetas, nariz respingada y ojos heterocromaticos que resaltaban bastante en él.

Iba acompañado de su mejor amigo, un chico rubio de cabello largo, tenía unos ojos azules y su belleza era bastante obvia, aunque también su vestimenta no era la mejor del pueblo, parecía alguien de pocos recursos.

Ambos caminaban, cada uno llevaba una canasta, el castaño recolectaba algunas frutas que le había pedido su madre para la merienda, y el rubio buscaba flores para hacer un ramo de flores para su amado 'casi algo'

-Joder, Kenny, deberías buscar comida o ir a trabajar, a ver si así mejoras tu estado económico-Habló el castaño, ciertamente de una manera engreída.

-¿Crees que estas flores le gustarían a Stan?-Preguntó el rubio, sonriente, mostrándole un par de 'Liliums' ignorando por completo el comentario de mal gusto de su acompañante-Me importa una mierda tu caballeroso novio marica-Kenny frunció el seño-Vamos, eres un amargado. Deberías salir con más gente, ya te lo he dicho-Intentó tocarlo pero su acompañante se negó, el rubio suspiró.

-Cartman, no puedes estar dolido toda la vida por Heidi-Explicó Kenny, ya sin mucha paciencia, sabía que ese era un tema delicado para el castaño-¿Eso es un reto? Ja, seguro que gano-Dijo sarcástico, inclinándose para recoger unas bayas de un arbusto.

-¿Que quieres que haga? ¿Que me busque un 'amor prohibido' como el tuyo y tu novio hippie?-Agregó el castaño con disgusto, en ningún momento de su charla había volteado para ver al de ojos azules-Eres un aburrido, hay más cosas además de estar en casa, comer y cocinar ¿Lo sabes?-Dijo el rubio, ciertamente ofendido por el comentario del castaño-Además, tengo que admitir que estar con Stan a escondidas es caliente, muy sexy-Admitió el pobre, sonriendo inconscientemente. Cartman hizo una mueca de asco al oír a Kenny decir ese tipo de obsenidades.

-¿Quieres saber mi opinión? Eres una puta, solo eso-Bufó con cansancio, aguantar a Kenny era más difícil de lo que aparentaba. Cartman no quería un amor de fantasía, quería ser un gran chef en un futuro, el mejor del pueblo. Tenía unos grandes dotes de cocina, aunque a veces se obsesionaba demasiado con ser el mejor.

Kenny guardo silencio, cuando Cartman estaba como una chica menstruando, era mejor dejarlo en paz. Solo seguía sus pasos, recolectando flores mientras el castaño iba a su propio paso, tuvo que correr un poco para alcanzarlo.

-Cambiando de tema, oí que los rey y la reina tenían planeado casar al principe-Al heterocromatico le sorprendió esa información-¿Qué? ¿No tiene como 16 o algo? Ni siquiera es mayor de edad-Dijo impactado, nunca creyó que para la familia real fuera tan importante el matrimonio como para tener que presionarlo de tal modo.

-Sí, es una mierda-Respondió el pobre, aún siguiendo los pasos de su compañero, Cartman se quedó pensativo por unos segundos, cada vez se iban adentrando más al bosque, sin darse cuenta ya estaba atardeciendo. Luego de una larga caminata ambos quedaron rendidos, se sentaron en la hierba, apoyados en un tronco.

-¿No deberías volver a casa?-Cuestionó el rubio, recibiendo un par de segundos de silencio de parte del castaño-No quiero volver-Dijo con simpleza, cruzandose de brazos y frunciendo el seño inconscientemente, Kenny había notado que Cartman no había estado muy cómodo con su hogar últimamente, pero parecía ser un tema delicado, por lo que no se atrevía a preguntar nada.

-Mhh... Esta bien, amigo, aunque yo ya debo irme. Mañana tengo trabajo-Dijo, poniéndose de pie y mirando a su mejor amigo, le dedicó una cálida sonrisa-Por favor, cuídate. No te quedes tan tarde, no quiero que seas castigado-Se arrodilló frente a él, revolviendo sus cabellos castaño de una manera juguetona, recibiendo una ligera risa de parte del heterocromatico.

-No te preocupes, Kinny. Ya vete a casa-Le devolvió la sonrisa, y así el rubio fue desapareciendo se su vista. Cartman se talló los ojos, soltando un largo suspiro cansado, pronto sentía ganas de llorar. Se acercó al lago para lavar su cara, no iba a dejar que sus sentimientos le ganaran, no hoy.

Sin embargo, miró sus manos y luego alzó la cabeza al otro lado del lago, sin embargo, se sorprendió al encontrarse unos ojos esmeraldas brillando en la oscuridad. Trató de de ponerse de pie pero terminó temblando y pisó una rama, haciéndola crujir. Esto alertó al de ojos verdes, haciéndolo correr.

-¡Hey! ¡No, vuelve!-Dijo Eric, corriendo hacía el cercano puente que había, cruzó hasta el otro lado para seguirlo. No sabía por qué lo hacía, pero si era algún tipo de criatura mística definitivamente quería atraparla. Lo vió a lo lejos lo alcanzó hasta tirarlo al suelo, sobre de él. Al final no era una criatura mística, solo un judío.

Cartman se sintió decepcionado, pero miró más arriba de esos rizos pelirrojos hasta ver una pequeña corona, probablemente de mucho valor. Sonrió victorioso. Definitivamente tenía un gran plan, aunque por desgracia esa cercanía entre ambos le hacía sentir nervios.

Mi Lugar Seguro | Kyman/CartyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora