II: Recuerdos

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Kyle solo suspiró, volviendo de su trance. Se puso de pie para volver a su habitación, siempre conseguía salirse con la suya para que no lo atraparan en sus escapes. Era algo matutino, por suerte, nadie nunca sospechaba nada de eso.

Se quitó su ropa, ordenandola cuidadosamente, su ropa era muy escencial, nunca podría pasarle ni la más mínima cosa, ya que era algo bastante importante para su aspecto.

Además, que sus padres gastaban mucho dinero en hacer su ropa, ya que era diseñada especialmente para él. Cosa que le parecía completamente innecesario, pero se quedó callado ante esto obviamente.

Usualmente en las noches Stan solía acompañarlo, a veces incluso se quedaba a dormir en su habitación, pero últimamente había estado bastante distante y eso le hacía sentirse solo.

A veces David lo acompañaba también, pero no era completamente de su agrado. Incluso podría llegar a decir que Craig le caía mejor que él, aunque la presencia del azabache fuera... Inquietante, a veces podía escuchar sus líos amorosos y era como una telenovela, bastante entretenido. Sin embargo, la mayor parte del tiempo era un completo robot, distante y frío, pero al menos se tomaba su trabajo en serio.

Se recostó en su cama, tapando su cuerpo con sábanas limpias, amaba el ambiente tan cómodo que era su cama, era como si ese fuera su verdadero hogar. Se acurrucó para luego dormir plácidamente.

Normalmente no solía soñar, pero esta vez era distinto. Sentía la vista algo borrosa, cuando logró enfocarla notó el ambiente: Era el pueblo, estaba oscuro así que supuso que era de noche.

Había un pequeño niño, su rostro no era visible, parecía un fantasma, parecía perdido. Se acercó a él y tocó su hombro, aunque fue incapaz de hacerlo porque lo traspasó, al parecer solo podía mirarlo.

El niño se sentó en el suelo, eso hizo que Kyle pudiera verlo más detalladamente, era exactamente igual al chico que había visto ese mismo día, sintió un cosquilleo en el estómago.

Se veía tan indefenso y para nada agresivo, incluso le daba algo de pena mirarlo así. Cambiamos de escena, ahora el niño tenía compañía, una niña, esta también tenía un cabello castaño pero más claro y suave. Se acercó más a ellos para ver mejor

—Eres m-muy lindo—Dijo la castaña mientras sus mejillas se teñian de un rojo suave, casí rosa.

El de ojos bicolor la miró, no parecía hablar mucho, bastante tímido—¿En serio crees eso?—Cuestionó, mostrando una pequeña sonrisa inocente.

La niña asintió, tomó una flor del suelo y se la dió a Eric, quien la acepto con mucho gusto.

—¿Cómo te llamas?—Cuestionó el robusto.

—Heidi... Heidi Turner—Respondió, jugando un poco con sus dedos.

Kyle los miró a ambos y se cruzó de brazos, se le hacía raro, recordaba los nombres de algunos ciudadanos pero ella... Era irreconocible.

Los ‘enamorados’ caminaron hasta un pequeño parque, dónde ambos hablaban de cosas que Kyle no lograba entender, se sintió cómo un mal tercio, igual cómo cuando Craig hablaba de Tweek.

Sin embargo ambos acabaron la charla con un pequeño beso, uno inocente y completamente inexperto. Kyle volteó de inmediato la mirada, asqueado, eso logró despertarlo de su raro y aterrador sueño. En ese estaba tan intrigado por averiguar más sobre tal chica.

6:30 A.M

Kyle ya estaba vestido y era hora de ir a desayunar, siempre le gustaba llegar antes de que sirvieran el desayuno, a pesar de tener tiempo libre.

Encontró a su padre sentado en el sofá, leyendo un periódico y no le sorprendió ver al castaño en la portada de este mismo.

—Buenos días, papá—Dijo Kyle captando la atención de Gerald—Buenos días, Kyle—Le devolvió el saludo.

—¿Sabes dónde está mamá?—Preguntó.

—Ella preparando unos planes, una sorpresa para tí—Kyle trató de disimular su gruñido, sin embargo, no lo logró muy bien, pero afortunadamente Gerald no logró escucharlo.

Kyle solo suspiró y volteó la mirada, miró a Ike que también estaba despierto, eso le desconcertó, no estaba de acuerdo en que estuviera despierto tan temprano. Se acercó y lo vió jugar con algunos de sus juguetes.

—Buenos días, Ike—Se sentó a su lado.

Ike volteó a mirarlo y sonrió un poco—Buenos días—

Comenzó una charla tranquila con Ike hasta que llegó su madre y todos se tuvieron que sentar a desayunar.

Kyle se sentó en su asiento habitual, era un mesón bastante grande,  eso le disgustaba un poco. Miró su desayuno: Un cóctel de frutas, algo tranquilo, sin embargo Kyle solo removía las frutas, algo inquieto.

Respiró hondo y metió la comida a su boca, solo miraba su plato, quería acabarlo rápidamente para salir finalmente de allí. Convivir con sus padres a veces era muy... Asfixiante.

—Kyle—Lo llamó Sheila, con voz firme y seria.

—¿Sí, madre?—Respondió Kyle inmediatamente.

—¿Ya has buscado algunas candidatas?—Cuestionó mientras miraba a Kyle fijamente, atenta de cualquier reaccion suya.

—Umm... No he podido, madre, he estado muy ocupado con mis estudios—Kyle se metió un trozo de manzana en la boca, no quería hablar más.

—Recuerda que si no las buscas tú, lo haré yo—Agregó, dando por finalizada la conversación, Kyle no pudo hacer nada más que asentir.

El canadiense notó el desánimo de Kyle, así que le dió un pequeño codazo para captar su atención y le dedicó una corta sonrisa, una forma de decirle que no se preocupe. Eso resultó muy bien para el pelirrojo, que le devolvió la sonrisa cortésmente.

Cuando terminó de comer recogió su plato y lo llevo hasta la cocina, los sirvientes insistieron en lavarlo pero Kyle lo hizo por si solo, no quería hacer trabajar de más a los empleados, en primer lugar, no creía necesario tener sirvientes ya que él podía hacerlo por si solo.

Fue hasta el balcón dónde miró el paisaje, el sol ya había salido, desde ahí podía ver el bosque, sintió tanta calma, pronto recordó a ese chico castaño "¿Qué estaría haciendo ahora?" Se preguntó, aunque sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir una mano en su hombro.

Soltó un grito ahogado del susto, pero suspiró al ver a Stan, quien río un poco al ver la reacción de Kyle.

—¿Qué haces aquí? Creí que estabas enfermo—Inició el pecoso, mirándolo con el ceño fruncido, algo molesto por el susto.

—Como tú dijiste: Estaba—Respondió el azabache—Además no puedo faltar mucho al trabajo, lo sabes—Agregó, poniéndose a su lado, mirando el paisaje.

Kyle solo lo miró un poco y luego desvío la mirada.

—¿Cómo va todo con Wendy?—Preguntó, tratando de buscar algún tema de conversación—Ugh, de lo peor—Respondió Stan, fastidiado.

—Realmente odio este compromiso—Stan frunció levemente el ceño, quería cortar con Wendy de una vez por todas, pero no quería afrontar a sus padres.

El pelirrojo lo miró con pena, solo pudo darle algunas palmaditas para consolarlo.

El resto de la tarde solo charlaron, bromearon pero sobre todo se desahogaron entre sí, que los hizo sentir mucho mejor a ambos.

Mi Lugar Seguro | Kyman/CartyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora