La Vie en Rose [ BirdFlash ]

V. Conner

«Ustedes se arman unos dramas más fumados que la Rosa de Guadalupe».

YJ.

Pequeño HC: A Conner le gustan las telenovelas y algunas veces se desvela viendo la Rosa de Guadalupe.

* ੈ✩‧₊˚

—¡No fue para tanto!

     No, no fue para tanto. Conner negó con la cabeza, de acuerdo.

     —¡Pudiste salir herido! ¡Fuiste muy imprudente!

     Sí, fuiste muy imprudente. Ahora, Conner asintió, en silencio, también de acuerdo, siendo ignorado por Kid Flash y Robin, ambos muy absortos en su discusión "privada".

     Si es que gritarse en medio de la sala general podía ser considerado privado. No es que Conner buscara chismes, es que los chismes lo buscaban a él. Ahora, si el resto había huído, no era cosa suya; él era el que vivía en la cueva, prácticamente era su casa y eso le daba el derecho de sentarse donde quisiera.

     —Oh, ¿y tú eres Míster Prudencia? ¿De verdad crees que eres la persona más indicada para hablarme de prudencia? ¿Tú, a mí, Kid Flash? —espetó Robin, con los brazos cruzados. A pesar de ser pequeño, Conner admitiría que podía ser intimidante.

     —No desvíes el tema, esto es sobre ti, no sobre mí. Pudiste lastimarte, casi no lo logr...

     —¡Basta! —Robin gritó tan fuerte, que Conner casi dejó caer el tazón de galletas—. Que no tenga superpoderes como tú no significa que sea de cristal. Puedo patearte el trasero cuando quiera, puedo patearle el trasero incluso a Superboy si quiero.

     No es cierto, pensó Conner; incluso así, lo dejó pasar. Él no tenía nada que ver en esa discusión y no quería tener nada que ver.

     —¡Eso no me importa! ¿Por qué no entiendes lo mucho que me preocupas? —Wally tomó a Dick de los hombros y lo sacudió; Dick pudo ver que su expresión era de desesperación y no de enojo—. Yo solo... No quiero que nada malo te pase, no me gusta cuando te pones en ese tipo de situaciones porque si yo... si no soy lo suficiente veloz entonces...

     Robin suspiró y tomó el rostro de Kid Flash entre sus manos. Estaba bien, él comprendía lo que era la preocupación; él también se preocupaba por el idiota de Wally cada vez que tenían que combatir el crimen. La diferencia era que no estaba acostumbrado a demostrarlo, ni tampoco estaba acostumbrado a que demostraran tanta preocupación por él. No era así desde sus primeros días como el sidekick de Batman.

     —Tranquilo —susurró, juntando sus frentes—, eso no pasará. Estaré bien.

     —Promételo —pidió Wally, cerrando los ojos. Robin sonrió y tarareó.

     —Lo prometo, Wally.

     Entonces... El sonido de una lata de gaseosa abriéndose. Robin y Kid Flash se separaron, mirando por primera vez a Superboy. Ambos fruncieron el ceño, fastidiados.

     —Disculpa —dijo Wally, irritado—, estamos teniendo un momento aquí.

     —Pues yo estoy bebiendo una Pepsi, vive con eso —respondió Conner.

     Robin no pudo evitar soltar una carcajada. Bueno, era su culpa a fin de cuentas; nadie les había ordenado hacer todo su drama en un lugar tan público.