24. Saber manejar

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El día en la escuela no es demasiado interesante, en realidad es lo mismo de siempre, materias aburridas y maestros enojados. Pero al final solo agradecí que mi jornada en la escuela no fue relativamente eterna. En un abrir y cerrar de ojos, estoy en el auto junto a mi hermano y él Vargas mayor en la parte trasera. Vamos a camino a casa, porque Juan Pablo invitó a cenar a sus amigos como es costumbre con la excusa de que van a ensayar para el musical, que cada día más se aproximaba más.

— ¿Entonces vas a ayudar a Nathalia con sus tutorías? —pregunté viendo a Simon por el retrovisor. Él despega su vista del celular en el momento en que mencione a la pelirroja y se acomoda los lentes asintiendo.

— Si, ¿desde hace cuanto tiempo la conoces? Que no me había enterado —.

— Hace poco ¿Por qué tanta curiosidad, Moncho? —escuché la risa burlona de mi hermano quien iba conduciendo, pero nos iba escuchando.

— Nada, solo quería saber —alza sus hombros restando importancia.

— Presiento que Moncho tiene novia próximamente —dice Juan Pablo viéndolo por el retrovisor. El de lentes suelta una risa pero al final niega.

— Al final solo Martin va a quedar soltero —responde Simon con una sonrisa divertida.

— Y Villa, no se olvide de él —agrega mi mellizo.

— Pues dudo que lo de estar soltero le dure mucho a Villaco —Simon me lanza una miradita que evite carraspeando mientras me acomode en mi lugar.

Es cuestión de minutos cuando ya estamos en casa, el auto negro de Villamil llega unos minutos después y todos entramos. Salude a mamá con un beso en la mejilla, me senté en el sofá junto a Angela y ella recarga su cuerpo junto a él mío.

Mi hermano y sus amigos deciden dónde acomodarse y al poco tiempo, Alejo llega y se les une. Prendí la televisión y me dispuse a ver una película junto a mi hermana menor mientras los cinco chicos se encuentran en el jardín tocando música.

— Quiero un ratón —suelta Angela cuando vemos cómo "chefsito" prepara algo. Si, estaba viendo Ratatuoille con mi hermana.

— Lamentó informarte que no todos son como Remy —acaricié su suave cabello un poco ondulado.

— ¡Melissa! —.

Cuando escuché la voz de mamá desde la cocina, me levante dejando a mi hermana viendo la película. En cuanto entre a la cocina, el delicioso aroma de lo que mamá estaba cocinando golpea mi rostro. Mi estómago rugió y una sonrisa nerviosa apareció en mi rostro.

— ¿Que pasa, mami? —me apoye en uno de los muebles.

Ella se acerca y acaricia mi rostro, dejando un beso en mi frente— hazme un favor, Meli —alce mi ceja y me cruzo de brazos, esperando que siga hablando— necesito que vayas a recoger a Susi —.

— ¿Donde está? —.

— Fue a casa de unos compañeros a terminar un trabajo. Le dije que iría por ella antes de la cena. Pero no quiero descuidar la cocina —mamá camina hasta tomar las llaves de nuestro auto y me las extiende. Estoy perpleja ante su acto, ni siquiera tenía licencia y mucho menos las agallas de manejar por ahí como si nada.

— ¿Estás bromeando, cierto? —.

Ella niega— no, ve por tu hermana. Por favor —deja las llaves sobre mis manos y se gira a seguir con sus cosas.

10 consejos para enamorarlo ||Juan Pablo Villamil ||MoratDonde viven las historias. Descúbrelo ahora