La luz de un nuevo día me despierta sin quererlo. El mismo hermoso sueño se apoderó de mi otra noche más. Un sueño que anhelo tanto sea realidad pero que sé que no lo será, no mientras siga viviendo. Una promesa me mantiene pegado a este mundo y por tratarse de ella no puedo romperla, no puedo fallarle a quien siempre confió en mí.
Sunha mi querida hermana mayor ya no está conmigo, hace seis meses su enfermedad terminó por alejarla de mi lado y yo no pude hacer nada por evitarlo.
Desde que nuestros padres murieron hemos crecido solos. Ella al mando del hogar, abandonando los estudios para darme a mí una educación. Lamentablemente no pude corresponderle como quería. Por ser demasiado tímido y tener una especie de trauma en mi forma de hablar sufrí constantes abusos por parte de mis compañeros. Lo soporté por algunos años pero después me pareció imposible continuar.
Ella no me recriminó, al contrario, me consoló y me dijo que podía dedicarme a lo que quisiera. Opté por la pintura, era lo único para lo que en realidad era bueno y que según ella, tenía talento de sobra.
Dedicaba mis días enteros en pintar paisajes o lo que viniera a mi cabeza. Mi hermana me alentó a llevar uno a una galería. Lo hice con toda la confianza puesta en mi pintura. Pero lo único que recibí de la encargada fueron esperanzas rotas. No le agradó y dijo que necesitaba continuar practicando más y tal vez algún día lograría ser alguien en ese mundo de la pintura.
Llegué a pensar que mi hermana me había mentido, que en realidad no era tan bueno como ella decía. Tal vez solo lo dijo para hacerme sentir bien. Me molesté conmigo mismo por creer en sus palabras y al llegar a casa rompí todas y cada una de las pinturas que me habían costado días y noches enteras realizar.
—No debes darte por vencido, nunca te mentiría —dijo tomando mi rostro entre sus suaves manos cuando estuve más tranquilo—, en verdad tienes talento y no porque una persona haya dicho lo contrario quiere decir que sea la verdad.
—Q-Quiero volver a la escuela —dije desviando la mirada, era obvio que no lo quería pero debía de ocuparme en algo y sabía que eso era lo que ella deseaba, tenía que darle gusto.
—De acuerdo —sonrió, esa sonrisa que tanta falta me hace ahora, esa que hacía olvidar todo mi sufrimiento y que me daba la fortaleza que necesitaba—. Siempre estaré apoyándote.
Para mi mala fortuna los abusos continuaron aunque fuer otro colegio, los chicos son malos en todas partes y no tienen el corazón bueno y amable que Sunha. Decidí callarme, no era necesario que ella lo supiera, no quería causarle más desilusiones. Debía de ser fuerte y fingir que todo estaba bien.
Lo logré por los tres años de la preparatoria pero casi al graduarme la presión pudo más que yo. Esta vez los abusos de mis compañeros llegaban hasta los golpes diarios. Me cansé y al no poder desquitar mi enojo con ellos quise hacerlo conmigo mismo. Mi mente se nubló y no pensé con claridad lo que estaba a punto de hacer.
Tomé un cuchillo de la cocina y coloqué la parte filosa sobre mi garganta. Quería terminar con todo de forma rápida, la más rápida que encontré. Deslicé mi mano con la que sujetaba el cuchillo lentamente. Sentí dolor, pero era menor en comparación al que ellos me hacían sentir con sus abusos y agresiones. Sentí fluir líquido de la herida que se estaba formando y mis ojos se comenzaron a nublar.
No estaba en mis cinco sentidos cuando logré sentir que alguien me arrebataba el chuchillo y lo arrojaba lejos. El rostro de Sunha apareció delante de mí, estaba preocupada, sus ojos liberaban gran cantidad de lágrimas y sus labios soltaban palabras que no lograba comprender. Mis ojos se cerraron y no supe más.
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LOSER (ONE SHOTS)
Fiksi PenggemarCinco One Shots referentes a la canción "Loser" de Big Bang.