4.- Alucinaciones

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Whis comenzaba a explicarle a Bills la situación y en media plática Shin se disculpó y se retiró con el permiso de ambas deidades. Bills lo miró de reojo y tenia la intensión de ir con el pero Whis lo detuvo.

—Dejelo...fue muchas emociones por hoy, señor Bills–Dijo Whis y luego agregó–Debe estar solo en este caso esa es la mejor solución.

Bills no dijo nada y solo obedeció a su asistente que esta vez estaba diciendo lo correcto y, que creía conveniente obedecer solo por esta vez.

El menor llegó a su habitación y se recostó en la cama  mirando el techo, sintió un fuerte frío ingresar por la ventana. Al levantarse se encontró con el ser esquelético sentado en la ventana sosteniendo una flor blanca.

—Por que no tomas mi vida si es lo que más deseas–Le decía Shin mientras caminaba hacia él.

—Con un toque bastaría para que tu vida sea mío, pero aún no puedo hacerlo. Hay algo que te ata a este mundo, tu amor por ello te salva para que tú no sucumbas a mis brazos.

—Me tienes aquí, tomame y acaba con mi dolor que es un martirio para mi.

—Muchos años te he observado, siempre me has deseado como lo último de tu vida. Y como aquella vez te dije decidí perdonarte como ahora lo estoy haciendo.

—Un toque tuyo bastará para que mi vida se acabe, ¿verdad?–Dijo y se acercó hacía el levitando y verlo cara a cara para abrazarlo y besarlo.

En el momento en que sus labios toco los de el, ya no sentía nada de lo que pasaba a su alrededor y entonces el cálido lugar en que se encontraba hizo mirar a todas partes notando abundante vegetación, flores silvestres y árboles con frutas. Un cielo azul con nubes y aves, escucho su nombre que lo llamaban y cuando volteo por encima de una pequeña colina se encontraba con las personas que no creía que volvería a ver. Corrió hasta ellos y cuando llego se lanzo abrazar a una Shin-jin que se llamaba Nishi.

—¿Pero cómo es que estas aquí?–Preguntó el supremo Kaiosama del norte.

—Debe estar muerto, esa es la única respuesta–Contestó el del sur.

—Me alegra volver a verlos nuevamente

—También me alegra volver a verte oeste–le dijo él del norte.

—Ahora mi nombre es Shin–Dijo.

—¿Por qué estas aquí Shin?–Esta vez preguntó Nishi

—Buen yo...

Shin no sabía que decir, tener la mirada de ellos tres le ponía nervioso y más por la respuesta que diría. Una voz llamo su atención y cuando los demás supremos Kaiosamas se apartaron vio al Gran Kaiosama que caminaba hasta él, sintió la mano de este encima de su cabeza y le hacia una leve caricia.

—Haz sido un buen Supremo Kaiosama–Le dijo apartando su mano–Haz hecho un buen trabajo con el universo.

—No, no lo hice Gran Kaiosama. No logre que el universo alcance un buen promedió entre todos los universos.

—Pero que dices Shin, si nuestro universo les patio el trasero a todos los universos en ese torneó del Rey del todo–Decía Nishi con alegría.

—Tal vez el universo no este en el promedio adecuado por que eres el único que de encarga de ello, también es culpa de Bills–Dijo el del norte.

—Sinceramente agradezco que yo no haya sido el supremo Kaiosama–Dijo el del Sur–Viendo el carácter de ese Bills no nos hubiéramos llevado bien, debo decir con toda sinceridad que Bills es el peor Dios de la destrucción.

—Estamos de acuerdo–Hablo el del norte.

—Shin, hiciste un buen trabajo pero... Lo que hiciste ahora no es correcto. Entregarte a la muerte no es algo que un Shin-jin como tú debe hacerlo. Debes regresar...yo confió en ti y lo seguiré haciendo Shin.

—Pero si regreso ya no los voy a volver a ver, y no quiero irme nuevamente de ustedes.

—Debes seguir adelante, debes dejarnos ir–Le dijo el del Sur

—Se que duele y mucho, Shin–Esta vez hablo el del norte

—Pronto nos volveremos a ver no te preocupes–Decia Nishi mientras lo abrazaba–te queremos y nunca olvides que tú eres y seras nuestro pequeño.

Shin cerro los ojos un momento y cuando los abrió notó que estaba en la habitación, la puerta se abrió dando paso a Bills que estaba muy agitado y cuando llego a su lado el lo abrazo. No dijo nada y simplemente lloro en los brazos de Bills.

—Todo esta bien Shin, yo estoy aquí.

Levó su vista a la ventana y vio la misma flor blanca que el ser esquelético sostenía.

Cerro los ojos un momento y los volvió abrir para darse cuenta que estaba en su habitación y por la puerta vio ingresar a Bills y a Whis. Entonces una decisión vino a su mente, dudo pero aun así lo dijo y vio el asombro de ellos y luego los vio mirarse y sonreír.

—Señor Bills y Señor Whis no voy a renunciar a mi cargo de supremo Kaiosama. No lo voy hacer, porque mis compañeros confían en mí y no planeó decepcionarlo.

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