la vida de Jimin en sí no era fácil por ser un omega, se volvió el triple cuando decidió estudiar para volverse "azafata", como la gente solía llamarle de manera despectiva por el simple hecho de ser hombre.
las cosas cambian mucho cuando comienza a...
Yoongi entró en la habitación casi a las siete y media de la mañana. Se recostó en la cama, verificando que su pareja aún dormía. Claro que Jimin sabía fingir muy bien, pues estuvo alerta desde que su alfa había pasado por aquella puerta.
Su olor se sentía agrio. Jimin sintió nauseas de él.
El alfa soltó un fuerte suspiro, mirando hacia arriba.
-¿Como se supone que puedo contarte esto?-Parecía que hablaba con él, pero siguió fingiendo estar dormido.-Esa mujer simplemente vino a dañarlo todo. ¿Como puedo decirte que abandoné a una mujer embarazada?
Se congeló en ese mismo instante. Pudo estar seguro de que su corazón dejó de latir por un buen rato, tanto así que sintió a su cachorro moverse. Su patada había sido leve, pero sabía que debía recuperar el aire o podría dañarlo. Su respiración se volvió entrecortada, fingió demencia cuando Yoongi le llamó, simplemente se volteó, dandole la espalda.
-Amor...¿Estás bien?-Yoongi le abrazó, levantando un poco las sábanas para poder tocar su vientre. Jimin no quería, pero su omega ansiaba tener al alfa cerca. Lo dejó tocarle sin devolver el gesto ni responder a la pregunta.
Cuando Yoongi se acercó un poco más para poder besarlo, Jimin le esquivó olímpicamente, sintiéndose asqueado de él, por sus palabras, por todo; necesitaba pensar.
Se levantó de la cama, arreglando la bata que tenía puesta bajo la atenta mirada de aquel alfa. Yoongi no se veía venir lo que el omega le preguntaría.
-Yoongi, ¿quién es Soyeon?-El lazo que les unía dio un tirón, dejando alerta a Jimin, tras percibir que el alfa estaba acelerado.
-¿Estabas escuchando nuestra plática?
-¿Esperabas que no lo hiciera? Por Dios, Yoongi, te pusiste a repartir regaños mientras gritabas como un loco, ¿así quien no te iba a escuchar? Además, estoy en mi casa y tengo todo el derecho de saber que pasa dentro de ella.-Se defendió, pues aunque si, había espiado, no estaba haciendo nada malo, pues se trataba de su hogar.
-Si te pedí que te fueras, era precisamente porque no quería que escucharas.
-Yoongi, estabas gritando, creo que hasta los vecinos pudieron oírte.. Porfavor responde lo que te estoy preguntando.
-No.-Dijo sin más, sobando su cien, mirando hacia cualquier lugar de la habitación menos a él.
-¿Porqué no?
-Porque no, Jimin. No te incumbe.-Escuchó al omega reír incrédulo, mientras caminaba por la habitación tratando de entender.
-¿Que no me incumbe, Yoongi?-Dijo, acercándose peligrosamente a él.-¿Me puedes explicar que es lo que sí me incumbe, entonces?-Le dijo, muy cerca de su rostro.-Que yo sepa, ¡ser tu omega predestinado, prometido y padre de tu futuro hijo, me hacen lo suficientemente importante como para que me digas quien es la jodida dueña de ese nombre!-Masculló, tratando de mantener la calma, pues su paciencia se estaba acabando.
-No puedes saber esto, yo no sé si tú...
-¿Si yo qué? Maldita sea, Yoongi.-Se detuvo para cerrar los ojos un momento, procesando.-Te he dado todo de mí, creí que lo mínimo que podías hacer era conocerme.-Le miró dolido, Yoongi nuevamente se sentía contra la espada y la pared, no sabía que hacer.-Supongo que si desconfiabas de mi, no debiste poner este anillo en mi dedo.
Se detuvo a observarlo, adornando su dedo anular, se veía precioso, aunque el valor sentimental ya estaba perdido. No podía verlo de otra manera que como una pieza de joyería más. No podía estar con alguien que a pesar de todo, ya no confiaba en él.
-Me voy.-Dijo, caminando hacía el armario.
-Jimin, regresa aquí.
-Dije que me voy, Yoongi. No vas a detenerme. Búscame cuando ya puedas hablar.
-¡Que no vas a ningún lado, carajo!-Su voz de mando se hizo presente. Haciendo que el omega se detuviera en seco. Al voltear, sintió su corazón romperse al ver a Jimin con sus ojos llenos de lágrimas, y rojos debido al esfuerzo. Aferrándose a no dejar caer ninguna. Quiso abrazarle, pero este nuevamente se alejó.
-No me toques, mierda.-Dijo en un tono bajo, tratando de mantener la tranquilidad. Si ese desalmado no se preocuba por su bebé, el si lo haría. Sabía que exaltarse le haría mal.
Se recostó otra vez en la cama, Yoongi no pudo hacer más que tomar su ropa de trabajo, calzarse la misma y salir de la casa, no sin antes dejarle el desayuno preparado a Jimin.
Los errores estaban volviendo a repetirse, ¿y que más podía hacer? Eran adultos y parecían un par de adolescentes, con inmadurez y sin siquiera poder hablar de algo que no debería afectar a ninguno. Jimin estaba cansado de eso, el no tenía la culpa. ¿Acaso el haberse bajado de ese avión había sido un error?
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Cada vez estamos más cerca del final de esta historia (creo) Si, si, ya sé que dije eso antes, pero es que no quiero alargarla demasiado, no les quiero aburrir. Muchas gracias por leer, les agradecería que voten, eso ayuda mucho, y comenten mucho también, si gustan.
