Cap 6

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Empecé a hacer lo que dijo, practiqué durante los próximos días delante del espejo, empecé a tratar de llorar, pero claramente no podía. Ya conocía mi diálogo de memoria, pero faltaba emoción, faltaba ese toque de tristeza, ese toque de desesperación de no poder tener completamente a alguien que deseas realmente.

Hoy era el último día de castings, no he visto a Elizabeth, he estado practicando y no he podido ir a sus tutorías. Así que hoy me acerqué al salón de su tutoría y al abrir la puerta la vi pegada al escritorio con un hombre trigueño (mi profesor de canto), delante de ella besándola.

Dolía tanto que creí que mi corazón se había roto en pedazos, mis piernas querían correr e irse de ahí, pero a la vez no se movían del lugar, mis manos temblaban de repente, mis mejillas se llenaron de lágrimas.

Lizzie empujó al hombre y se giró hacia mi viendo mi estado devastador.

— ¿Alma?...—

Esta vez si corrí, no haría ese casting, solo quiero ir a mi casa y no volver a esta escuela, no volver a verla. Corrí hasta llegar afuera, estaba lloviendo y enseguida quedé toda mojada. Miré a todos lados, de repente sintiéndome desorientada, el aire me faltaba y creía que moriría de asfixia en ese momento.

Sentí unas manos en mi cintura y me giré empujando a la persona, vi que era Lizzie cuando bajé la mirada y la vi en el suelo. Ella se paró y se trató de acercar a mi y yo negaba.

— ¿por qué estás así? No entiendo...—

— ¿no entiendes? —

— no, no lo entiendo Alma...—

— no lo podrías entender...no puedes entender que...me gustas— dije en llanto y ella puso una cara triste.

— Alma...lo siento mucho, eres una chica increíble...pero el también es un chico increíble, no sabes cuán bien me hace sentir, y a demás tu mereces a alguien mejor...alguien que si te quiera...— esa última frase hizo que mi mundo entero se derrumbara.

— Elizabeth...tú...tú me besaste en la fiesta...tú dijiste que no querías olvidar...yo creí que inconscientemente...—

— ¿me gustabas?...estaba borracha linda—

— los borrachos dicen la verdad —

— los borrachos dicen tonterías...una vez más lo siento si te hice pensar que quería algo contigo...pero no es así...no de esta manera...aún así podemos ser amigas ¿no? —

— creo...creo que mejor me voy—

— ¿y tú casting? —

Entré a la escuela, sin mirarla a la cara de nuevo. Estaba despeinada, empapada en agua, con los ojos hinchados y un rostro lleno de dolor.

— ¿Alma que ocurrió?— dijo Hermès yendo hacia mi.

— ella...ella tiene a alguien...— dije llorando abrazándolo.

— ay linda...—

— ya no quiero sufrir más...¿porque todos los que amo me dejan? ¿porque?...¿acaso soy una mala persona? yo solo quiero ser amada Hermès...—

— lo eres nena...lo eres— dijo besando mi cabello.

Pasé un rato en el baño de la escuela. Evelin me trajo ropa de repuesto y cuando me cambié, me calmé y me puse maquillaje para evitar verme tan muerta.

Llegué al casting, viendo a todos los actores y algunos maestros. Era la última que iba a participar, así que estaba más nerviosa aún. Me di cuenta que Lizzie estaba ahí, pero no la había mirado, era incapaz de mirarla a los ojos.

Me paré en el escenario y todos esperaban a que yo dijera mi diálogo.

—¿por qué dios?...— dije mirando al techo y poniendo una mano en mi pecho— ¿por qué darme este castigo? El de amar a alguien a quien no debo amar...¿por qué dejar a tu hija sufrir de esta manera?...me estoy hundiendo en mis pecados...no puedo evitar sentir mi corazón latir tan fuerte al verla...¿dime señor? ¿Que fue lo que hice para merecer peor sufrimiento que el de no poder amar de la manera que quiero amar...que el de pecar, en el fondo sin arrepentimientos?...— bajé la mirada, en el camino topándome con la de Lizzie, mi corazón dolió de nuevo, mis mejillas se llenaron de lágrimas una vez más y un quejido salió de mi boca, mis manos fueron a mi pecho y me encogí de tristeza, así que decidí hablar de nuevo—yo...yo la amo...— otro quejido salió de mi boca y mas lágrimas salían—¿acaso es esa una razón para merecer el infierno? ¿Acaso usted castiga el hecho de amar tan intensamente al punto de mover cielo y tierra por esa persona?— dije aún agachada y luego lentamente subí mi cabeza mirando el techo de nuevo, sequé mis lágrimas y di un suspiro — ¡Pues castígueme! Asumiré las consecuencias de mi amor por ella...— susurré  y ahí acabó la escena.

Me paré del escenario y todos estaban en un silencio algo incómodo para mi. Así que tomé mis cosas y salí de ahí. Hermes y Evelin me preguntaron como me había ido todo y yo les respondí que no sabía realmente, así que decidimos irnos a casa.

Cuando me dejaron en mi casa odié estar sola en esa enorme casa, mis padres nunca estaban, y yo usualmente amaba la soledad, pero a veces deseaba tener a alguien a mi lado que me abrazara y que me dijera que todo estaría bien.

Este capítulo representa mi estado de ánimo y realmente no es por un chico/a, es por no tener a nadie jejejejej

Dulce obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora