Epílogo: Siempre sale el arcoiris

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Tal vez, entender que alguien que había prometido estar para siempre no estaría era difícil, no solo por los planes que no se cumplirían, si no por el recuerdo.

Riki había aceptado que Sunoo no sería para el, no todas las parejas de una historia deben ser felices para siempre. Jake y Sunghoon habían tenido la dicha de encontrar al amor de su vida en su primer intento.

Jay había batallado, pero era una historia aparte. Una historia, con final incierto.

Riki amaba los días de verano, por qué le recordaban a cuando aquel Omega les decía de ir a la playa.

La amistad de Riki, Jungwon y Sunoo fue genial. Pero las personas crecen, maduran y se alejan, a la mala lo aprendieron. El amor se interpuso en su amistad, pero Riki ya no se arrepentía de eso.

Le agradecía a Jungwon por haber estado con el, por haberlo consolado y por haberse puesto de su lado aunque ahora que lo veía, jamás debió hacer elegir a Jungwon.

Pero lo hecho, hecho estaba.

También agradecía a Sunoo. El Omega lo hizo conocer el sentimiento de la desilusión, de sentirse muerto y solo así, logro saber cómo era sentirse vivo.

Riki finalmente terminó la maestría, unos cuantos meses después la noticia de que Sunoo estaba en cinta le alegro sus días.

Riki sintió nostalgia por esos días en lo que siempre se imagino a Sunoo llevando sus cachorros. Pero cuando se entero, corazón no se encogió de tristeza.

Tal vez lo superó.

O solo lo acepto.

Riki tenía un buen puesto y extrañamente un Omega lo estaba cortejando. Aquello era tan raro se ver qué le pareció fascinante y no lo detuvo.

Nunca había visto a alguien tan apasionado como taki.

Taki era un lindo maestro de prescolar, demasiado tierno pero decidido. El Omega había pensado en un niño chiquito la primera vez que vio a Riki.

Y no se quiso separar de el.

Cuáles niños de kinder que no quieren ir a casa.

Poco a poco, Riki descubrió que tal vez, si tenía un hogar.

Tal vez su hogar era con Taki.

(...)

— Buenos días. — El Omega hablo mientras se sentaba junto a el alfa en el sillón. — Jay salió con Koga a desayunar.

Jay y K eran grandes amigos, salían en varias ocasiones. Aún más cuando querían dejar solos a la floreciente pareja.

Jake se había mudado, Sunghoon lo había todo por Jake.

Sin saber el idioma, sin tener un puesto establecido, retando a su familia. Se había mudado a América y tiempo después habían comenzado a planear su boda.

Finalmente Jake lucia una marca permanente y miles de recuerdos en su piel.

— Quieres desayunar? Quedó pizza anoche. — Riki dio un ligero beso en los labios del Omega, aquel se ruborizó ante ello.

Un día antes los dos alfas, el beta y el Omega habían tenido una especie de pillamada. Comer saludable un fin de semana no era opción.

Jóvenes adultos de casi 30 años teniendo una pillamada que consistía en ver películas de Marvel toda la noche, definitivamente, estaban envejeciendo en el lugar indicado.

Ambos se pararon, tomados de las manos.

Ese día taki se mostraba especialmente lindo. Tal vez por que la noche anterior finalmente Riki le había pedido ser su novio, de una manera tan ligero y sutil.

(...)

— Alfa, te demoras mucho? — Taki había llegado a la puerta viendo como el repartidor miraba de una manera indecente a Riki.

Lo besó en la mejilla.

Para marcar territorio.

Niki río.

— Si, solo el joven me estaba comentando que vive cerca.

— Oh, lástima que cuando sea nuestra moda nos mudaremos. — Taki fingió un puchero. — No es así, alfa?

Los ojos tiernos de taki invadieron a Riki quien sonrió nuevamente.

— Claro, pequeño.

El repartidor termino su trabajo tan pronto como pudo y huyo del lugar.

— Entonces "Cuando nos casemos", eh? — Riki había cuestionado cuando entraron.

— Te eh estado conquistando desde hace años, no puedo perder mi progreso. — Riki se acercó hacia el Omega agachando su rostro para quedar cerca de el rostro ajeno.

— Has estado esperando mucho por mi? — El Omega asíntio. — Ya no esperes más.

Riki lo besó.

Tan sutil y delicadamente como si temiera llevarlo por un mal camino, como si los delicados y dulces labios de Taki jamas hubieran tocado a ningún otro alfa.

Su mano se posicionó en el mentón del Omega intensificando el beso, tocando su piel con tanta delicadeza como si ardiera.

— Interrumpimos? — Una voz se hizo presente.

— Sabes, no es agradable verte besando a mi hermano de esa manera a mitad de la sala.

Taki parecía morir de la pena.

— El me besó! — Taki salió corriendo de la situación.

— No puedes culpar a tu alfa y salir corriendo! — Niki hablo entre risas.

"Tu alfa"

Riki no lo supo pero cuando taki iba corriendo aquello le hizo sacar una sonrisa involuntaria y fascinante.

(...)

— Aún creo que la pizza es mejor sin piña. — Taki reprochó mientras el alfa quitaba la piña de dos rebanadas de pizza. — Alfa tonto.

— Toma. — Taki tomo las rebanas de pizza con una sonrisa. — Tiene que comer de todo Taki, a veces deberás hacerlo.

El Omega negó con una sonrisa.

— No, te tengo a ti para que me hagas lo que me gusta.

Tal vez no fue como se planeo en un inicio.

Tal vez Niki jamás se imagino terminar con aquel chico y terminar siendo mejor amigo de Jay.

Niki en verdad odiaba a Jay.

Pero la vida siempre ah sido tan incierta.

Y estaba bien.

Confusion [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora