🐣¡Hazlo! ¡Muérdeme! 🐧

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Faith se sintió desorientada cuando abrió los ojos, pero no porque no supiera dónde estaba.
Al contrario, tenía la sensación de que por mucho que lo intentara, nunca podría olvidar este lugar.

Todavía estaba tendida en el enorme sofá, donde aparentemente había estado durmiendo todo el día. Lo último que recordaba era el cuenco humeante de estofado que Theo le había entregado en la mañana poco después de que el otro alfa se fuera.

El estómago de Faith se revolvió al recordarlo: Mars no era un "visitante", como Theo lo había llamado, sino el monstruo que había impregnado a su hermana.
El mismo destino que Theo le había dicho que planeaba para ellos.
Debería haberle arrojado ese cuenco de estofado a la cara. Pero había comido muy poco durante días, y su cuerpo se rebeló, exigiendo sustento. De hecho, rara vez había comido algo tan satisfactorio como la simple combinación de carne asada y tubérculos.

Después de eso, no tenía ningún recuerdo del tiempo que pasaba, ni sueños para marcar las horas. Era como si hubiera estado inconsciente. Nada de sol entraba por las ventanas; la noche había caído. Levantó la cabeza para encontrar la única fuente de luz, un brillo dorado tenue y parpadeante.
Un fuego ardía en el hogar, con troncos frescos apilados encima. Theo había estado recientemente aquí. También había encendido un par de lámparas de aceite y las había puesto sobre la repisa de la chimenea.

Faith se sentó el resto del camino, envolviendo la manta de lana alrededor de ella, observando la acogedora escena. En casa, su padre había instalado fuertes fluorescentes en el techo para que pudieran leer la escritura desde todos los asientos de la casa. Los muebles de madera noble, simples y profundamente veteados de Troy, eran tan diferentes como Faith podía imaginar de los sofisticados sofás tapizados y las otomanas atascadas en cada rincón de la sala de su familia.

Una canasta tejida a mano contenía conos de pino para encender, y en la pared había lo que parecía un antiguo esquema de motor enmarcado en corteza de abedul.

-¿Tienes hambre?

El sonido de la voz de Theo detrás de ella en la cocina sobresaltó a Faith. No debería haberlo hecho, esta era su casa, después de todo. ¿Dónde más estaría él después del anochecer?

Pero no importaba cuántas veces lo escuchara, la voz de Theo invocaba una reacción confusa dentro de ella, agitando una parte que nunca había sabido que existía hasta hace unos días.
Faith dudó antes de darse la vuelta para mirarlo. Su presencia no era inquietante, exactamente. No provocaba una respuesta razonada. En cambio, Theo tocó un acorde profundo dentro de ella, activando una sensibilidad nerviosa y desencadenante que era tan inquietante ahora como la primera vez que lo había escuchado hablar.

Que su reacción no haya disminuido lo hizo mucho peor.

...O mejor. Faith no estaba realmente segura.

Estaba esperando una respuesta. ¿Qué era lo que había preguntado de nuevo?

Faith sacudió la cabeza para despejar la niebla del sueño y se movió para poder mirar hacia la cocina, donde Theo estaba parada en el mostrador. Frente a él, su sencilla maleta azul yacía abierta, su contenido expuesto.

-¿De dónde sacaste eso? -exigió ella, saltando del sofá.

Mientras estiraba sus músculos por primera vez en horas, se maravilló de que todos los rastros de los dolores, el malestar y el agotamiento se hubieran desvanecido, y su cuerpo se sintiera renovado y fuerte.

-Fue en la parte de atrás de esa furgoneta de mierda que chocaste contra Evander.

Espera. ¿Su auto estaba aquí? Faith contuvo el aliento mientras absorbía las noticias. Tal vez ella podría irse después de todo.

🍂Theo🍃 "Finalizada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora