VELOCIDAD A SETS (Adaptación Juliantina)

CAPITULO 41

"Uno no deja de amar de un día para el otro. Nadie se levanta una mañana, y dice "Qué curioso, ayer te amaba y hoy ya no"

-Walter Riso

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17 de diciembre de 2019

Woking, Inglaterra

POV VALENTINA

Miro el mensaje de Juliana sobre la barra de notificaciones y le contesto con una simple repuesta, para bloquear el celular y guardarlo en el bolsillo de mi pantalón.

Había pasado cerca de un mes desde aquel acontecimiento con Juls, y a pesar de que aún no arreglamos las cosas, me seguía preocupando por ella, así que de vez en cuando le mandaba mensajes para asegurarme que estuviera bien.

Cada vez que la miro no puedo evitar que el remordimiento y culpa de apodere de mi,suelto un sonoro suspiro y sigo escuchando a mi ingeniero que me explica lo nuevo del monoplaza para el
siguiente año.

La temporada había terminado. Ya no había más carreras, sin embargo, me mantenía ocupada en la fábrica con el equipo.

Cuando todo queda entendido, le agradezco a mi ingeniero y al resto del equipo que también se encuentran en la habitación.

Cuando salgo en el camino me encuentro a Carlos, quién viene en dirección opuesta pero en cuanto me ve, corre para alcanzarme.

-Valen, ¿qué tal? - saluda- ¿Ha terminado la reunión?

-Sí, recién terminó.

-¿Leiste el chat grupal? George organizó una reunión para que vayamos todos y pasemos un buen rato, ya sabes, por el término de la temporada.

Lo miro de reojo mientras presiono el botón del elevador.

-No estoy segura de ir.

El moreno hace una mueca.

-Oh, vamos-me da un empujoncito en el hombro- Nos vamos a divertir, sabes que puedes decirle a Juli

-No sé-hablo en voz baja.

Carlos frunce el ceño confundido por mi comportamiento. Ciertamente es que nadie me soporta últimamente, mi humor no es el mejor. Ni siquiera yo me soporto.

-Has estado bastante rara, Valentina- Carlos me saca de mis pensamientos, al mismo tiempo que subimos al elevador.

-Estoy normal-miento

-Pero por supuesto que no- contesta como si supiera todo lo que pasa por mi mente.

-¿Tú que sabes?- ironizo.

-Si estás de mal humor conmigo no te vienes a desquitar- me apunta - estoy aquí para aconsejarte.

-¿Aconsejarme de qué?

-De lo que sea que se te esté cruzando hacer por tu mente.

Me quedo callada como si hubiera descubierto mis planes.

-Todos sabemos que desde lo que ocurrió con el padre de Juliana, estás muy diferente.

-¿Y como quieres que me sienta?- encaro- No puedo evitar sentirme mal cada vez que la veo a los ojos, la culpa me carcome.

-Ella te ha repetido en numerales ocasiones que no tienes culpa de algo.

-Porque no lo entiende, ni ella ni nadie me entiende.

-En vez de estar cómo debería ser con Juli, sigues lamentándote- niega.

-No soy capaz de protegerla, ¿cómo puede estar con alguien como yo?