Capítulo 3: Verdaderos Sentimientos

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Han pasado varios minutos, le comunicamos a Ken que nosotras seguiríamos al siguiente piso primero y que llegaran cuando pudieran. Así que nos adelantamos solas, aún tomadas de la mano por la torre. La atmósfera no había cambiado mucho desde que nos tomamos la mano, nos topamos con un par de sombras, pero no ocurrió nada distinto. Aigis seguía tomándome de la mano, cada vez que cruzábamos una esquina sentía como su apretón se reforzaba, sentía en la fuerza de su mano lo mucho que se preocupaba por mí, y eso solo hacía que se me vinieran a la cabeza las muchas veces que me había dicho que me protegería, que quería estar a mi lado, todos estos pensamientos no paraban de pasar por mi mente cada segundo que pasaba tomando su mano me sentía más consciente del momento y me sentía más avergonzada, quería decirle algo, soltar lo que me venía molestando desde hace tiempo y hacerle llegar mis sentimientos... Y ser correspondida, aunque en estos momentos, eso era lo de menos.

- En este piso no se encuentran sombras más fuertes, ¡Tengan cuidado! – Fuuka nos advirtió de la dificultad del piso nuevo al que habíamos llegado, Aigis dudó por un momento, pero continuó por el piso aun sujetando mi mano firme.

Después de un rato caminando nos encontramos con una sombra, podía sentir su enorme fuerza apenas nos encontramos, sabía que sería un combate muy difícil, pero con Aigis a mi lado tenía confianza en que podríamos ganarle.

- ¡God Hand! – Con eso dicho, lancé mi primer ataque, mi determinación estaba al máximo, me sentía mejor que nunca. Entonces fue el turno de Aigis.

- ¡Marakukaja! – Aigis hizo de soporte y decidió por protegernos del ataque del enemigo, a pesar de la situación, su determinación por protegernos era grandiosa, esa era una de las razones que tanto me gustaban de ella... Espera, ¿gustar? ¿De qué estaba hablando? Tenía que concentrarme en el combate o los esfuerzos que estábamos haciendo podían ser en vano.

Y así seguimos combatiendo en una batalla muy complicada en donde ambas estuvimos cerca de caer, pero logramos vencer a la sombra, en realidad, fue Aigis quien dio el golpe de gracia cuando me encontraba en el suelo después de un golpe directo que recibí de la sombra, por suerte no me hizo mucho daño. Aigis corrió después de eso a mi lado como tenía previsto y me ofreció su mano para ayudarme a levantarme.

- ¿Te encuentras bien? – Aigis me preguntó, con una voz aliviada, seguro al ver que no tenía heridas.

- Si, estoy bien, ¿Seguimos? – Dije mientras le extendía mi mano a Aigis de nuevo para volver a continuar explorando juntas la torre.

- Claro – Dijo mientras una bella sonrisa se dibujaba en su rostro.

Con eso, decidimos seguir explorando el piso hasta que, por fin, encontramos las escaleras para el siguiente piso. En realidad, quitando un par de sombras, fuimos capaces de vencerlas con relativa facilidad. Con eso decidimos avanzar hacia el siguiente piso.

- No detecto enemigos en esta zona, pero igual tengan precaución – Fuuka nos había dado el mejor aviso de todos, un piso sin enemigos, un buen momento para tomar un descanso.

- ¿Quieres descansar un rato Aigis? – Le pregunté por si deseaba recuperar fuerzas, aunque aún no sabía si ella al ser un androide concebía el concepto de descansar muy bien.

- Me parece bien, además, presiento que deseas decirme algo desde hace rato. - ¿¡Qué!? ¿Lo había notado? Es cierto que llevo viéndola mucho desde que subimos la torre en realidad, pero... No creí que se daría cuenta.

- U-umm, S-sí, p-pero no sé si es el momento para eso – Mi tartamudeo estaba reflejando lo nerviosa que me encontraba tras la declaración de Aigis, ¿Qué hacía? O más bien ¿Qué preguntaba? No sabía que decir exactamente, ¿Le explicaba cómo me sentía? ¿Podría entenderme? Aigis aún está aprendiendo sobre ser una humana y, aun así, ni yo, siendo humana, sabía cómo me sentía exactamente. Aigis notó mi estado.

Kotone & AigisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora