Caminábamos hacia la estación de Port Island para tomar el metro hasta el centro comercial Paulownia y tomar algo en la cafetería de allí cuando vi a mi lado el cine. ¿Y si Aigis prefiere ver una película? Al fin y al cabo, al no tener que comer o beber, quizá una actividad como ver una película le parezca aburrida. Lo mejor será preguntarle a Aigis qué prefiere.
- Aigis, ¿estás bien con ir a tomar un café o prefieres ver una película?
- Estoy bien con la decisión que tú desees tomar, Kotone.
Esa no era la respuesta que esperaba obtener en estos momentos. Mis nervios me estaban haciendo dudar y no sabía qué hacer. Tras pensarlo un rato, preferí ceñirme al plan original e ir por el café al Paulownia.
Ambas nos subimos al metro. No nos habíamos tomado de la mano en ningún momento desde que salimos del Gekkoukan. Era una situación vergonzosa; había muchas personas del instituto también en el metro. ¿Y si nos miraban mal? ¿Qué pensarán de nosotras dos? Lo más probable es que nada. Muchas chicas se toman de las manos solo siendo novias. ¿Por qué sería distinto con nosotras? O más bien, ¿por qué siquiera me debería importar lo que piensen de nosotras? Le estaba dando demasiadas vueltas al asunto. Debería únicamente pensar en mi cita con Aigis y en mi propuesta al final de esta.
Sin darme cuenta, por estar divagando en mis pensamientos, el metro estaba llegando a su destino. Había dejado desatendida a Aigis durante todo el trayecto; sin duda, estaba siendo una pésima cita para estos momentos. Volteé a verla para intentar crear una conversación, y fue cuando me di cuenta de que ella ya estaba viéndome a mí. Su mirada curiosa, fija en mí, me hizo no querer apartar la vista. Era hermosa. Todas mis dudas, mis nervios, se desvanecieron en ese momento. Solo podía pensar en Aigis y lo hermosa que se veía frente a mí. Fue entonces cuando un fugaz pensamiento pasó por mi mente: "Quiero besarla". ¿Qué? ¿Yo pensé eso? Pero, a diferencia de otras ocasiones, esta vez no di un paso hacia atrás, no me sonrojé ni me ganó la vergüenza. Estaba decidida a continuar y besarla. Empecé a acercarme lentamente hacia Aigis. Podía ver su mirada confusa al verme acercarme, pero al igual que yo, no dio un paso hacia atrás. En un momento, no existía nada más que Aigis y yo. La gente del metro, alumnos o adultos, ya no importaba; lo único que me importaba era Aigis. Fue entonces cuando el tren se detuvo. Caí hacia los brazos de Aigis por la inercia, y ella me atrapó y sostuvo. Fue entonces cuando todos mis sentidos volvieron a mí. ¿Qué estaba a punto de hacer? No pude evitar sonrojarme al darme cuenta de eso. Rápidamente retomé la compostura.
- Parece que llegamos a nuestro destino, jeje...
- Oh, sí. Será mejor bajarnos rápido antes de que el metro parta de nuevo.
Noté la cara de confusión en Aigis, pero ahora sería diferente. Extendí mi mano para ofrecérsela a Aigis.
- ¿Nos vamos? Aigis puso una gran sonrisa.
- Claro.
Ella tomó mi mano y así partimos hacia nuestro siguiente destino.
Una vez en el Paulownia, nos dirigimos hacia el café, honestamente no se que pediría Aigis, o si al menos pediría algo. Tomamos asiento en una esquina del establecimiento alejadas de la ventana.
- ¿Qué vas a pedir Aigis?
- No es necesari... um... creo que pediré un capuchino.
¿Ella estaba a punto de rechazar beber algo? Supongo que pensó que estaría mal rechazar lo que tu pareja te ofrezca.
- ¿Solo un capuchino?
- Si, gracias.
Me dirigí al mostrador para pedir nuestra orden.
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Kotone & Aigis
FanfictionEl S.E.E.S. se encuentra escalando la torre Tártaro para enfrentarse a Nyx. Puede ser la última aventura del grupo y Kotone tiene que aclarar sus nuevos sentimientos que surgieron hacia su compañera de grupo, Aigis. ¿Será amistad? ¿Admiración? o qui...