Lisa y Jennie caminaban por aquel parque donde hace más de tres meses, habían paseado la noche que se declararon.
Lisa le llevaban tomado de la cintura y Jennie simplemente disfrutaba de ese momento junto a su novia.
Estaban felices, pues aquel amor que se tenían era totalmente único y se lo demostraban la una a la otra de tantas maneras, que incluso en una sola mirada, se sabía que iba cargada de amor.
ㅡ¿De qué te ríes? ㅡle preguntó Lisa, quién aún la llevaba de la cintura.
La vió de una manera tan especial y bonita, por finalmente poderla llevar así a cualquier lugar y decir felizmente que ella era su chica.
ㅡEs que ㅡcomenzó a explicar la menor aún con una sonrisa en su caraㅡ. Hace tan sólo unos meses, yo quería ser Mingyu.
ㅡ¡Por Dios! ¡Qué horror! ¿Por qué querrías tal abominación? ㅡle preguntaba con una mueca después de que la otra dijera eso.
ㅡPues... yo quería que tú me vieras como la veías antes, que me abrazaras como a ella, incluso que-
Lisa posicionó sus labios sobre los de la menor, callándola de decir todas aquellas cosas que ella se encontraba enumerando.
No había nada mejor que callarle con un beso.
Por su parte, Jennie le siguió en aquel beso que Lisa le estaba proporcionando, de manera cálida, llegando a rodear también su cintura, mientras que Manobal le tomaba del mentón.
Al separar sus bocas, Lisa sonrió, pero sin haberse separado tanto de la castaña, y comenzó a hablar mientras la tenía cerca, aún.
ㅡNo digas esas cosas, bebé ㅡle dijo aún tomándola del mentón. Eres y serás mi único amor.
La rubia sonrió. Lisa sabía cómo hacerle sonreír fácilmente.
ㅡTe amo ㅡsusurró Kim con los ojos aún cerrados, mientras dejaba caer una lágrima.
Por supuesto, Lisa la notó y la limpió con su mano, preocupada.
ㅡ¿Por qué lloras? ㅡle preguntó confundida de aquella imprevista lágrimaㅡ. Esta cita es para celebrar nuestros cien días, no deberías estar llorando, Nini, además, si tú lloras, lloro yo también.
ㅡSon lágrimas de felicidad, Lisa ㅡdijo y esbozó una sonrisa algo tierna para la mencionada, por la cual ella también rióㅡ. Me recuerda como me enamoré de ti hace un tiempo.
ㅡ¿Ah sí? ㅡle dijo, y volvieron a caminar tomadas de la mano, admirando aquel bello paisaje que se les presentabaㅡ. ¿Cómo fue? ㅡJennie esquivó la mirada que la otra le estaba dando, pero era porque se había sonrojado. Lisa sabía cómo sonrojarla fácilmente tambiénㅡ. Dime, por favooooor ㅡsuplicó y la rubia dudó, pero al final accedió.
ㅡEs que tú siempre estabas ahí, siempre ㅡcomenzó a explicarㅡ. Siempre fuiste muy buena conmigo, atenta, no me dejabas sóla y además, Lisa, tú atraes a cualquiera, no lo dudes ㅡcontinuaba hablando Kim, teniendo toda la atención de su novia.
»Cuando me dí cuenta de que te gustaba Mingyu, me derrumbé y ese día en que me dijiste que eras su novia, lloré durante mucho tiempo, Jongdae dice que lloré toda la tarde, pero ahora te llevo de la mano, y soy más feliz que nunca.
»Además, Lisa, tú tienes el corazón más puro, los sentimientos más bellos, no cualquiera merece que entregues todo de ti, y yo...ㅡLisa alzó sus cejas, esperando lo inesperadoㅡ, te llevo aquí de la mano, y eres lo mejor que me pudo pasar.
Ahora la sonrojada era Lisa escuchando eso. Realmente ella nunca había notado aquello, pero también se sintió mal por haberla lastimado, jamás pensó llegar a hacerle daño a la persona que más amaba, pero lo hizo, y eso la puso un poco triste.
ㅡSiento mucho haberte hecho llorar, Jennie ㅡse disculpó.
ㅡNo tienes que disculparte por eso ㅡle decía mientras le acariciaba la mejilla, pues ahora Lisa la había abrazadoㅡ. Estamos de aniversario, ¿recuerdas?
Lisa asintió y le besó la mejilla. Se sentía completa, cálida y feliz ahora.
ㅡSabes ㅡdijo Lisa para caminar nuevamenteㅡ, yo me enamoré de ti porque, además de que eres muy linda y quitando el hecho de que eres un ángel, eres simplemente única y te amo por eso. Eres especial, bebé.
Jennie no dijo nada, simplemente se dedicó a sonreír, no tenía más que decir, pues estaba completamente feliz de lo que estaba viviendo ahora.
Estaba total y completamente segura de que Lisa sería parte de su presente y de su futuro, la amaba más que a nada, y ni hablar de Lisa para ella, Jennie era la niña de sus ojos, y la amaba infinitamente y estaba segura de que eso sería para siempre.
Al menos ahora Jennie, ya no desearía ser un chico, específicamente, él, pues tenía lo que más amaba, y Lisa también, se tenían la una a la otra, y eso las completaba.
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