Incertidumbre

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La alarma que había programado para que sonara antes del amanecer lo puso en alerta.

Era sorprendente que su teléfono siguiera funcionando aún después de haber terminado mojado con la lluvia.

No había dormido nada. El miedo y la culpa se lo estaban comiendo vivo.

Después de algunos intentos consiguió despertar a Vanya. El teléfono de la chica también se había salvado y pudo ver que tenía notificaciones de mensajes de su tía Danika.

—Demonios, me excedí a lo bruto anoche—se quejó Vanya, sujetando su cabeza y tratando de soportar las ganas de vomitar.

—No tanto como yo.

—¿No? No te vez tan mal. Y nos trajiste enteros a tu casa. No creo que estuvieras peor que yo.

—Besé a Heavy.

—...¡¿Tu qué?! —susurró alterada la chica, consiente de que no debía hacer mucho ruido. —Ay no puede ser. ¿Estás seguro de que fue real? Tal vez lo soñaste con la borrachera y todo eso.

Dee señaló a la entrada de su habitación. Marcas de lodo cubrían el piso.

—Ahí fue donde lo besé y le dije que lo amo.

Vanya contuvo un grito y apretó las manos como si fueran garras.

—Y estás seguro que no era yo otra vez—. Era más afirmación que pregunta.

—No te levantaste del suelo luego de caer dentro. No creo que hubieras podido siquiera. Te tuve que cargar para ponerte en mi cama.

—Chingadamadre, no no, ay no no ya, a ver­—dijo con pánico y luego tomó una bocanada de aire que soltó lentamente. —Calmémonos—dijo más para sí misma que para Dee— ¿Qué hizo Heavy?

—Me empujó y salió corriendo. Creo que se encerró en nuestro baño.

—Su baño...Entonces tus padres tienen otro baño. Quiere decir que no usan ese baño y no han visto a Heavy y Heavy no ha ido con ellos. Bien, eso es bueno.

—¿Ahora qué? —preguntó el rubio después del vómito de conclusiones de la chica.

—Ahora...empaca. Empaca una mochila pequeña con cosas esenciales.

—¿Qué? ¿Y a dónde iré?

—A ningún lado, al menos no aún—comenzó a explicar la chica. —Te quedarás aquí. Bajarás a desayunar con tu familia y fingirás que nada pasó. Espera a ver qué hace Heavy. Si, en el peor de los casos, Heavy te delata y tus padres te echan o te tratan de llevar a un loquero, escapas y vas a mi casa. Yo me voy a llevar tus cosas en caso de que no tengas tiempo de recoger nada. Danika nos dará la regañada de nuestras vidas y seguro nos hará buscar empleos de medio tiempo, pero estoy segura que te recibirá.

—¿Y si Heavy no dice nada?

—Entonces esperarás. Le darás espacio y, cuando estén solos, tratarás de hablar con él. Te disculparás y dirás que todo fue porque estabas borracho.

—¿Y si me odia? —preguntó Dee con un nudo en la garganta.

—Hey. Espera lo mejor, pero prepárate para lo peor, ¿Sí?

—Si...

—Anda, empaca algo que me pueda llevar antes de que se despierten tus padres.

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Era evidente que Heavy no había hablado con sus padres pues lo seguían tratando como siempre. No había nada que indicara que ellos supieran algo de lo que pasó esa noche.

Irresistible PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora