🎀 Ú𝓁𝓉𝒾𝓂𝒶 🍩𝓅💍𝓇𝓉𝓊𝓃𝒾𝒹𝒶𝒹 《𝒲𝒶𝓈𝒽𝒾𝓃𝑔𝓉𝓸𝓃 𝓍 𝐿𝒾𝓂𝒶》🎀

♥️CAPÍTULO 7🖤

Caminaron por la orilla del mar, oír el sonido del agua golpear bruscamente las rocas y chocar entre si mismas era relajante de cierto modo, y más si tenías a aquella persona especial a tu lado.

No habían dicho nada desde que bajaron de aquel auto, pero a diferencia de otras ocasiones, este escenario no era incómodo, simplemente no se necesitan palabras, estar uno al lado del otro, escuchar sus pasos y leves risas provenientes del contrario de vez en cuando, era suficiente.

Washington sonrió al ver al limeño dar saltitos como un niño pequeño.

— Tú...eres tierno

Lima miró a Washington algo sorprendido durante unos segundos y después sonrío.

— Mira, ya llegamos, aquí probaras el mejor ceviche del mundo!

— Sorpréndeme

Lima solto una risilla y tomó la mano de Washington para luego correr rumbo a la entrada del restaurante

El ambiente era cálido, tenía una decoración tropical, plantas, palmeras y luces colgantes.

— It's beautiful (Es hermoso) – dijo Washington observando cada detalle del lugar.

— Aún no haz visto nada

Aún tomados de la mano, Lima lo guió a través del restaurante, buscó con la mirada hasta dar con su objetivo.

— ¡Señora Marthita!

Washington pudo ver a una mujer de aproximadamente 50 años acercarse a ellos con una gran sonrisa

— ¡Oh mi niño! – dijo abrazando al limeño, dándole un beso en la frente – ¿Cómo haz estado?

— ¡De maravilla! Por lo que veo el lugar a crecido bastante, me alegro

— ¡Sí!, las cosas han mejorado mucho gracias a tu ayuda, como agradecértelo

— Oh! no es para nada, no tiene de qué preocuparse – sonrió y miró a Washington – Tengo que presentarle a alguien, él es Washington D.C., Washington ella es Martha

— Es un placer poder conocerla –habló extendiendo su mano la cual fue rápidamente tomada entre las manos de la mujer con mucho entusiasmo –

— ¡Ya veo! Mucho gusto Washington, tu haz de ser la pareja de mi chico eh! ¡Ya se me estaba tardando!

— E-Enrealidad nosotros...

— No tienes que explicarmenada nada, ya me contarán todo luego, pero vengan vengan!, los guiaré a su mesa – comenzó a caminar rápidamente hacia una de las gradas que daban hacia la azotea –

Washington y Lima no pudieron explicar nada, a lo que Lima solo atinó a sonreír y seguir a Martha junto con Washington detrás suyo.

Subieron y al ver el paisaje Washington  sonrió y cerrar los ojos, era tan cálido, con tanta paz y con una brisa fresca pero leve golpeándolo.

— Bien, pueden quedarse aquí, nadie subirá ¿desean algo de comer?

— ¡Por supuesto! A eso vinimos – dijo el limeño –

— En ese caso, les traeré lo mejor de la casa – dijo moviendo el índice en círculos mientras se retiraba

Lima río ante ello, y miró a Washington  quien ya se había sentado al borde de uno de los muros bajos

— Parece que te ha gustado – camino hacia él sentándose a su lado –

— Me encantan estos lugares, amo la naturaleza