Tattoed Heart ♡ LS

Movimiento

Ya estamos a la mitad de la historia ♡.

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- Quiero mantenerte a salvo.

- ¿ A salvo de qué ? - Louis preguntó literalmente molesto. - ¿ De mis padres ? ¿ De mi comunidad ?

- Aunque no lo creas, conmigo o sin mí, los problemas en las tribus iban a llegar. - Harry lo miró con seriedad - Estoy en todos lados, puedo escuchar todo. ¿ Sabes lo qué dicen sobre tu comunidad y sobre tus padres ?

Mirando sus manos, Louis negó.

- Sé que toda la comodidad que tienen ustedes es por su buen trabajo, pero los demás no piensan eso. Lo que hice con los cachorros... Solo empeoró las cosas. Pero esto estaba siendo planeado de antes.

- ¿ Qué está planeado ?

Harry hizo unos ademanes con las manos . - Algún tipo de ataque hacia tu comunidad.

Louis suspiró pasando sus menos por su cabello. Entendía cada vez menos lo que estaba haciendo en este ¿ Refugio ?.

- ¿ Quieres decir qué me has estado llevando a lugares desconocidos por mi bien ?

- Solo quiero que estés seguro. - Dijo Harry mirando por la ventana distraído, como si repitiera un mantra.

- ¿ Por qué ?

Harry sonrió un poco, una sonrisa que tenía un toque de dolor en palabras agrias que no quería endulzar.

Acercándose un poco, volvió a preguntar con esa amabilidad firme que tenía Louis.

- Harry, responde.

- No lo vas a creer si te lo digo en este momento. Te hará estar más confundido.

- ¿ Aún más ? ¿ Por qué siempre estoy... ? No sé...

- Si hay momentos en los que te sientes mal... puede ser por la altura del lugar -. Con un claro interés, se acercó un poco. - ¿ Te sientes mal ?

- Estoy bien -. Louis se alejó un poco al ver la mano de Harry acercarse a su frente. - Quiero pensar un poco más. - Dijo Louis cruzandose de brazos.

- Bien. Tendré algo de comer para cuando despiertes. - Suspiró rendido Harry.

Lo miró acostarse de lado, no podía evitar ver lo hermoso y pequeño que se veía, quería cuidarlo. Solo quería una cosa en este momento de su vida y era poder cuidar a Louis, y poder darle una confianza llena de cariño.

- ¿ Y por qué hay tan poca luz ? - Louis preguntó dándole la espalda y mirando hacia el frente que era más oscuridad que otra cosa.

- Prefieres la luz entonces...¿ sí ?

- Sí. Es mejor. -. Asintió Louis.

- Bien, lo tendré presente.

Louis no respondió, lo escuchó caminar hacia la puerta y escuchar el pestillo cerrarse.

No sabía que pensar sobre todo lo que estaba sucediendo.

¿ Qué lugar podría ser mejor ? Su casa era el lugar más seguro para él.

¿ Y por qué tendría qué ser un lobo desconocido quien lo quisiera mantener seguro ? Era demasiado extraño, y era aún más extraño el sentir una ligera seguridad al estar rodeado del aroma de ese alfa.

Pensaba en sus padres también.

Sus padres también pensaban en él. Yahir tenía un gesto molesto constante ; no había encontrado a su hijo.

Abigail tenía lágrimas quemando su garganta.

Él estaba por decir algo, pero unos gritos fuera de la casa.

- Quédate aquí -. Yahir se levantó de la mesa y se acercó a una ventana, observando como todas las familias de su tribu corrían a esconderse.

Al ver eso, salió de su casa, Abigail lo siguió.

- ¡ Yahir Tomlinson Othón ! - Uno de los alfas levantó su voz. - ¡ Es momento de hacerte pagar ! ¡ Hemos venido hoy para ver si eres un líder o solo te gustan los privilegios que eso te da !

Yahir salió un poco más de su casa. Detrás de ese alfa, había una mediana nube de otros alfas, todos con antorchas en sus manos.

- ¿ Óscar qué significa esto ?

- Estamos cansados. Cansados porque alguien decidió que serías el protegido entre todas las tribus, llevándote lo mejor, teniendo a la mayoría de tribus dispuestas a defenderte. Cansados por las muertes de nuestros cachorros. ¡ No has hecho nada por ellos, y ahora pones a tu mejor equipo, pides a los mejores de cada tribu para buscar a tu hijo !

Entre gritos, se podía distinguir el dolor del alfa. Una voz con lágrimas y furia.

Palabras que fueron vacías en el pasado pero llenas de ira en el presente.

- Sé que no he logrado darles justicia para sus hijos -. Yahir suplicó. - Pero, por favor, deben entender que mi hijo está en peligro, su vida...

- ¡ Su vida vale lo mismo que las de nuestros cachorros ! - El mismo alfa lo interrumpió. - Prende fuego para aceptar nuestro ataque, veamos si eres un verdadero líder que defiende su tribu o solo a quien es cercano a ti. Mañana en el campo abierto.

El alfa dejó caer su antorcha, rápidamente un camino de fuego se fue creando.

Todas las miradas siguieron ese fuego, al parecer alguien había dejado un camino de aceite, ya que el fuego llegó rápidamente a una casa.

Esa casa era lo más sagrado que tenían, ese lugar representaba su vida. En ese lugar la mayoría de las omegas daban a luz.

El fuego rápidamente creció, dando una luz gigante y peligrosa. Todos sentían esa preocupación en su pecho.

Incluso Louis sentía algo, pero su atención estaba en ese lobo.

- En ocasiones siento que es venganza o una línea que me toca cumplir.

- ¿ Línea ? - Louis preguntó confundido, mientras comía un tipo de sopa que le había entregado Harry.

- Tal vez hubo alguien antes de él, después seguí yo .- Admitió Harry con su mirada en el piso.

- No entiendo. ¿ Cuál él ?

- Un lobo cómo yo -. Respondió serio. En su interior, había un rechazo gigante hacia lo que se había convertido. - Se fueron todos mis hermanos... menos yo.- Sonrió.

Louis inclinó su rostro, podía ver culpa en sus ojos, ¿ pero sería verdad ? Ahora podía verlo ya que había despertado con la novedad de tener todo el lugar con velas para dar más iluminación.

- Tenías la oportunidad de cambiar, no tenías que ser cómo él.

Harry respondió molesto. - Lo siento, no todos podemos tener a nuestros padres toda la vida. Algunos tenemos padres que no les importa dejar abandonado a su único cachorro vivo.

- ¿ Tus padres... ?

- Mira, ¿ Por qué no dejas de hacerme preguntas ? - Harry se levantó incómodo y lo miró. - Tal vez él tenía razón, voy a estar mejor solo.

Louis trató de decirle algo para que se quedará. Pero no salieron palabras de su boca.

Su pecho sentía una pequeña presión. Estaba tan solo y sólo las dudas llenaban su cabeza en todo momento.

Ruido incesante que no parecía parar ni con los latidos frenéticos de la ansiedad.

Sentía que esto no tenía fin, a menos que se pusiera en movimiento.