Tattoed Heart ♡ LS

Conquista

Perdón, entre la falta de inspiración y cosas de la universidad no he podido escribir :(

Pero ya estoy aquí.

               
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Silencio.

Eso es lo que se escuchaba en medio del pueblo de la Tribu de Louis.

Algún pájaro rozaría ese silencio mientras el alba se levanta haciendo que los rayos de sol entraran haciendo reflejo en los comercios cerrados de la plaza principal.

Pero este día no sería calmado, o no debería.

La Tribu de Louis finalmente se prepararía para luchar contra los lobos pardos.

Los padres de Louis estaban ansiosos por lo que podría pasar, pero querían finalmente la paz en su territorio y no tener problemas con otras Tribus.

En el fondo Yahir pensaba que era todo una profunda nube de agonía y dolor que pasaría en algún momento, y Abigail...Abigail solo quería tener a su pequeño con ella y la paz de vuelta.

A estas tempranas horas, todo el mundo dormía.

Pueblo que duerme, no teme.

No fue hasta levantada un poco la mañana, cuando los pájaros cantan más fuerte, y se escuchan por todo el territorio, que la Tribu empezó a despertarse e iniciar sus rutinas que acostumbraban desde siempre.

Fingían normalidad para tratar de alcanzarla.

Todo paró cuando empezaron a escuchar susurros, ligeros murmullos que provenían de la plaza central.

Todos corrieron para allá de forma silenciosa, con miedo de decir algo que pudiese afectar el curso de lo que iba a suceder ese día.

Y aunque no entendieran muy bien lo que pasaba, tenían fe en la Tribu, pues es lo que les hacía continuar cada día a pesar de la incertidumbre.

Yahir estaba nervioso, no lo iba a desmentir. No había cenado mucho y sentía por el lazo como Abigail tenía miedo, pero tenía que ser más fuerte.

Tenía que ser fuerte por su mujer y su cachorro.

Cuando llegaron a la plaza central todos, el silencio era roto por algún débil susurro, y la incertidumbre reinaba en el ambiente.

Ahí se postraba, como un ser extraño y de otra tierra no conocida, un emisario de la Tribu de los lobos pardos.

Todos tenían en la punta de la lengua la pregunta de qué hacía ese chico, que miraba todo con un tanto de miedo, pero a la vez curiosidad.

Y claro que iba a sentirse un poco abrumado, pues todos los ojos estaban puestos sobre él.

Yahir entró en la plaza decidido, dejando a un lado a Abigail con un par de mujeres de la Tribu que la abrazaron reconfortandola, sabiendo bien que no era fácil tener tan lejos a su cachorro y sufrir como líder.

Yahir miró al emisario con duda, pero al ver las caras de todos los presentes con ansiedad y miedo, decidió resolver esto lo antes posible:

- Habla emisario...Estamos, como ves, todos esperando por tu mensaje. - Dijo Yahir con toda la seguridad que pudo reafirmar en una postura de claro diálogo con el emisario.

Este miró hacia todos lados antes de empezar a leer el papel arrugado que había entre sus manos casi blancas por la presión que hacía con el papel.

- Yo, Adir, Emisario de los lobos pardos, situados más allá de la colina norte, se me ha concedido el poder de comunicar el siguiente mensaje : " Los pardos, en conjunto tras reunirnos,  hemos decidido no luchar. Los motivos son los siguientes: En primer lugar, no queremos que se derrame más sangre de nuestra Tribu, por que no queremos que el Lobo Negro nos arrebate más vidas. En segundo lugar, la acción del Lobo Negro nos ha hecho reflexionar sobre la necesidad real de luchar contra su Tribu, pues creemos que nuestros sentimientos han nublado nuestra razón, y consideramos esto una falta que deberíamos remediar. En último lugar, el motivo que creemos también importante es que se lleve a cabo una relación cordial para comerciar entre las dos tribus y de esta forma arreglar lo sucedido, si les parece bien. Arrepentidos y dando gracias por darnos esta oportunidad para hablar, Los lobos pardos. ".

Al terminar de leer el emisario, hubo un silencio tenso en el que se mezclaban varios sentimientos.

Tristeza, por recordar lo sucedido, empatía, por tratar de entender a la Tribu de los Pardos, y también una sensación de alivio por pensar en que los tiempos de guerra y tensión ya habían pasado.

Yahir, tratando de resumir lo que había sentido y pensado en primer lugar, recitó en alto lo siguiente:

- Creo que estamos de acuerdo todos los reunidos aquí presentes que lo mejor es poner la paz por encima de el estado en el que nos hemos encontrado recientemente. Es importante destacar la reflexión que han hecho los pardos, y... - Mirando Yahir al emisario directamente.- Estamos de acuerdo en que se reanuden las relaciones comerciales, sabiendo lo importante que puede ser y lo beneficioso para ambas tribus. Queremos dejar el pasado atrás para aprender y mejorar las condiciones para nuestro futuro.

Al terminar de hablar Yahir, la multitud empezó a aplaudir tímidamente para después empezar a aplaudir y gritar victoriosamente.

El gran murmullo se hizo general con el paso nímeo de los segundos.

Era efervescencia pura.

La gente empezaba a sonreír de forma efusiva y alguna lágrima, sobretodo de alguna madre, se sintió en este ambiente totalmente liberador y diferente a las semanas pasadas.

- Silencio, por favor, silencio. - Mandó Yahir, con la mirada emocionada pero consciente de lo que venía ahora.

Cuando la multitud se calmó un poco, Yahir procedió a terminar de  decir :

- Ahora necesitamos saber del Lobo Negro y de nuestro pequeño Louis, es lo más importante ahora que la paz se ha restaurado.