02| Lowi.

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Lowi, era el narcotraficante más buscado, pero no era el más grande, de aquel no se tenía registros ni nombres, Lowi era más como una tapadera para desviar del verdadero peligro, Demon, el era el narcotraficante más grande de Alemania, lo raro es que nadie sabía como era su rostro ni su verdadero nombre.

Yo, Jennifer Wagner, era una victima más de Lowi, hace unos meses él me había secuestrado, ahora era una puta, según el "su puta" pero no era así, en todo el tiempo que estuve ahí ideé un plan para escapar y funcionó, gracias a ese chico, sabía que si ese día Lowi me atrapaba estaría muerta.

Janne estaba involucrada en este mundo hace mucho más tiempo por lo que casi nunca la veía, vivíamos juntas en el mismo departamento pero más bien vivía sola, no sabía que era la vida de mi hermana hace bastante tiempo.

Leipzig-Alemania
08:30 pm

No había pensando en ese chico hasta ahora, como conocía a Lowi, le di la dirección de mi departamento, si trabaja para él vendrá a buscarme en cuando lo sepa, no le dije por que huía, entonces cuando se enterara de que soy una de "sus putas" vendrá por mi.

Agarre mi celular y las llaves de la moto de Janne, total, ella nunca estaba aquí, salí rápidamente del departamento pero al cerrar la puerta, ahi estaba.

—Te dije que me debes una.—Trague grueso y sentí como mi piel se erizo por completo.

Me miro de arriba abajo y observo la mochila que traía.

—Ahora de quien huyes?—

—De ti.—Lo hice a un lado y comencé a caminar rápidamente, subí al ascensor y antes de cerrarse por completo este entro también.

—Supuse que eras una mal agradecida, pero no pensé que tanto.—Se paró a un lado mío y tocó el botón de sub suelo.

—También vas a querer matarme, lo sé.—Dije bajando la mirada.

—Por que lo haría? no te conozco.—Elevó sus hombros.

—Aun.—Dije bajándome del ascensor rápidamente, escuché su celular sonar y acelere el paso.

—EY!—Grito detrás mío y comencé a correr, subí rapido a la moto la encendí y me fui.

Aun no sabía donde, no tenía otro lugar donde ir así que solo conduje sin destino, cuando ya estaba lejos y vi un hotel, pare en el y reservé una habitación.

—Solo para usted? —Pregunto la chica frente a mi.

—Si.—Dije mirando a los costados.

—Solo tengo una habitación con cama matrimonial, le sirve?—Escuchaba el sonido de las teclas y eso me desesperaba aun mas.

—Como sea, solo dámelo.—Dije estresada, esta sacó la llave, le pague y subí.

Me tire en la cama mientras suspiraba, no tenía idea de que haría, busque en mi teléfono el número de Janne y lo marqué.

—Hola linda, todo bien?—

—Janne, necesito ayuda.—No termine la frase cuando alguien golpeó la puerta de la habitación, joder no...

—Estas bien?—Escuche detrás del teléfono mientras miraba por la abertura de la puerta.

—Mierda...no...—Dije.

𝐄𝐅Í𝐌𝐄𝐑𝐎 | Tom kaulitz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora