Testimonio 11

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Los dedos húmedos de Caesar, se deslizaron de arriba a abajo, marcando la columna de Lee-won, que se estremecía con el constante roce. Intentaba contener la respiración y calmar sus impulsos, pero le era imposible cada vez que los labios del rubio, ahogaban el calor de su cuerpo con su saliva. 

__Hmm__ Sus gemidos cobraban intensidad con cada beso. 

__Lee-won...__ Dijo Caesar susurrando cerca de su oído __... Necesito tu permiso__ 

__Qué?__ Se notaba aturdido, pero aún ponía algo de resistencia para evitar la situación. 

Caesar besó los hombros de Lee-won __...Déjame hacerlo__

El pelinegro no pudo soportar más el calor que lo invadía, e inconscientemente asintió con su cabeza concediendo la petición del otro, que respiraba agitadamente cerca de él. 

Caesar lo tendió sobre su camisa que estaba en el suelo y empezó a besar cada parte de su abdomen, lenta pero apasionadamente. Pellizcó sus pezones que estaban enrojecidos y erectos y luego volvió a su parte baja, agitando levemente su miembro y humedeciendo sus dedos. 

Lee-won no podía contenerse y gemía con más fuerza cada vez. De repente abrió los ojos con sorpresa, cuando notó que algo empezó a introducirse lentamente dentro de él. 

Caesar sacaba y metía uno de sus dedos, asegurándose con cuidado, de lubricar lo suficiente para no lastimarlo. Cada vez iba más y más profundo y con los movimientos y sonidos de Lee-won, se excitaba más y más. 

Después introdujo otro dedo y su mente se llenó de lujuria a medida que ese agujero húmedo se dilataba. El rubio trataba de relajarse, pero Lee-won se aferraba con fuerza de su espalda, arañándolo con cada sacudida que chapoteaba entre sus piernas. 

__°°°Esto es tan extraño... pero... no... no quiero que se detenga°°°__ Lee-won observó como Caesar tiritaba un poco ante el éxtasis y cómo trataba de conservar la calma. 

Por un momento su mente tomó claridad y divagó __°°°Él... se está conteniendo? A pesar de las feromonas tan fuertes que desprende, que someterían a cualquier omega... no... a cualquier persona... él no está perdiendo el control°°°__

Caesar notó la ligera distracción de Lee-won y retiró sus dedos, alejándose por un momento __Entonces, mis dedos ya no son suficientes?__ Dijo sonriendo, y se colocó entre sus piernas, apuntando su miembro palpitante a la entrada de su agujero, haciendo presión con suavidad. 

El cuerpo del asiático se crispó. A pesar del juevo previo y de sus abundantes fluidos que lubricaban aquella zona, el tamaño de Caesar seguía siendo demasiado grande y le provocaba dolor.

__Es, espera... no... no va a entrar__ Dijo asustado mientras intentaba levantarse.

Caesar se acercó en silencio, apoyando una de sus manos en el suelo y empujando delicadamente a Lee-won con el peso de su cuerpo. Con la otra, dirigió su miembro más adentro, presionando firmemente. 

Soltó un pequeño gemido. Estaba apretado. Levantó la mirada y susurró __Costará un poco más de lo que pensé...__

__Tus feromonas...__ Tenía el rostro tapado con su brazo.

__Qué?__ Levantó una ceja.

__Sí... Sí las usas, eso ayudará con el dolor__

El rubio se quedó en silencio un momento __Estás seguro que quieres esto?__

__...__

Intentó apartar el brazo de Lee-won y observó su rostro. Unas lágrimas rodaron por sus mejillas que estaban sumamente rojas. __Abogado... estás bien?__ Dijo con preocupación.

__Sólo hazlo...__ Su voz era entrecortada. 

Caesar cerró los ojos y suspiró fuerte y lentamente. Una potente ola de feromonas se extendió por su cuerpo y el del abogado. Luego tomó a este por la espalda y lo levantó poniéndose de rodillas. 

__Me aseguraré de no lastimarte...__ Besó su barbilla. 

Acto seguido, empujó con fuerza el cuerpo de Lee-won sobre su enorme miembro, haciéndolo soltar un grito. 

__Es... es de...masiado__

__Lo sé, relájate un poco... te sentirás mejor después de un rato__

Poco a poco el cuerpo de Lee-won fue cediendo y el miembro de Caesar se abría paso con ayuda del abundante líquido que lo remojaba. Ambos se estremecieron por la mezcla de sensaciones. 

Por un segundo, sus miradas se encontraron con sus respiraciones agitadas de fondo. Era el momento. Caesar empezó a mover sus caderas, dando suaves embestidas mientras sostenía al pelinegro por la cintura. 

__Ah...ah... mmmh__ Lee-won se aferró más, mientras poco a poco sus ojos se perdían en el placer y su mirada blanqueaba. 

__Mmm__ Caesar sintió el calor en su interior y empezó a moverse más, al observar las expresiones que hacía. 

Movimientos fuertes y precisos, el sonido de los chapoteos era cada vez más rápido. Caesar aprovechó el momento de tener el pecho de Lee-won a la altura de su boca y empezó a dar suaves mordidas alrededor de sus pezones. 

El asiático se estremecía con cada embestida, su mente estaba totalmente en blanco, inundada del placer de las feromonas y el miembro de su compañero, que sacudía sus entrañas con más fuerza cada vez. 

De pronto, sintió como si su interior abrazara el pene del ruso y en una ola de calor, los chorros de esperma recorrieron toda su parte trasera y se escurrieron entre sus piernas. 

Lee-won estaba agotado y se apoyó sobre el hombro de Caesar intentando recuperar fuerzas. Pero unos segundos bastaron, para sentir nuevamente la tensión del enorme pene dentro de su cuerpo otra vez. 

__Qué ra...?__ Dijo levantando el rostro.

__No creíste que eso era todo o sí?__ Sonrió de forma maliciosa dándole un suave beso en la frente.

__°°°Este tipo... de verdad°°°__

***









Pheromone Bullet - Bala de FeromonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora