Capitulo 7: Mirando a través del cristal

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Robbie caminaba inquieto por su guarida, sumido en sus pensamientos tras el encuentro con Sportacus. Mientras se miraba en uno de sus espejos, su rostro reflejaba lo mal que lo estaba pasando. Se sentía atrapado en un dilema, como perro persiguiendo su cola, harto del silencio. Decidió hablar en voz alta consigo mismo, tratando de poner en palabras lo que le preocupaba.

-¿Por qué reaccioné así con Sportacus? ¿Por qué lo eché?- Se pasó la mano por el cabello desordenado, intentando despejar su mente -Es solo un tipo simpático, saludable y, ya sabes, todo lo que no soy. ¿Qué demonios podría ver en mí?

Mientras hablaba, Robbie buscaba respuestas en su propio reflejo, como si pudiera hallarlas mirándose a los ojos.

-No puedo quitarme de la cabeza que Sportacus y yo somos como el día y la noche. Él es el héroe radiante, lleno de energía y vitalidad, mientras yo...- suspira -soy el villano maestro de las artimañas. ¿Cómo podría alguien así estar interesado en alguien como yo?- Bajó la mirada, sintiéndose abrumado.

Robbie se sentía presionado por la incertidumbre y la inseguridad, cada palabra que pronunciaba parecía llevarlo más profundo en el laberinto de sus pensamientos. No podía evitar preguntarse si su reacción hacia Sportacus se debía al temor de que el héroe jamás pudiera sentir lo mismo por él. Estaba atrapado en la idea de que era imposible, y esa perspectiva lo atormentaba.

-Pero, ¿y si es cierto? ¿Y si... jamás sentirá algo por mí? ¿Qué probabilidad hay de que el héroe se enamore del villano? Probablemente solo me vea como su compañero de crímenes, ni siquiera sé si el canguro tiene pensamientos de ese tipo.

La confusión y la ansiedad lo invadían mientras seguía mirándose en el espejo, buscando respuestas que parecían esquivarse. El miedo lo mantenía en vilo, y la lucha interna que enfrentaba era más desafiante de lo que jamás hubiera imaginado. La luz tenue de la guarida apenas iluminaba su rostro preocupado,  su mente divagaba entre las imágenes de Sportacus y las sombras de sus miedos.

-Quizás lo más inteligente sea simplemente evitar este lío. Puedo ignorar esos sentimientos y seguir con mi vida como siempre. La idea de que Wilson pueda tener algún interés en mí, eso es simplemente... inimaginable. "Después de todo, nuestra compatibilidad sería tan improbable como un pingüino en el desierto.

La inquietante paz de la guarida lo rodeaba, y aunque la lucha interna no había terminado, Robbie comenzó a aceptar que, al menos por ahora, se limitaría a mantener sus sentimientos ocultos, manteniendo una fachada de indiferencia hacia Sportacus en público. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, la chispa de sus emociones seguía ardiendo, esperando encontrar un camino.

Dejando a Robbie en su guarida. El héroe de LazyTown también se debatía en un torbellino de pensamientos y emociones, aunque sus preocupaciones eran diferentes a las de Robbie.

Sportacus se encontraba solo en su gimnasio personal, inmerso en su rutina de ejercicios. Mientras saltaba y realizaba sus característicos movimientos acrobáticos, su mente divagaba, pero no sobre su próxima actividad física. En lugar de eso, sus pensamientos se centraban en las últimas interacciones con Robbie Rotten, el villano de LazyTown.

Estos pensamientos lo habían estado persiguiendo desde hacía algún tiempo. La conversación bajo la lluvia, las risas compartidas y las emociones inesperadas que habían experimentado juntos habían dejado una huella en su mente. Era un territorio desconocido para Sportacus, que normalmente estaba enfocado en mantener la salud y el bienestar de la ciudad.

A medida que levantaba pesas y hacía flexiones, Sportacus reflexionaba sobre Robbie de una manera que nunca antes lo había hecho. Las bromas y los planes malvados del villano eran solo una parte de la imagen. Comenzó a recordar momentos en los que Robbie había demostrado ingenio, más su gran creatividad, cualidades que admiraba en cualquier persona. Sus interacciones inusuales habían comenzado a revelar capas más profundas de la personalidad de Robbie que Sportacus no había notado anteriormente.

"Es solo... ¿amistad, verdad? No debería complicar las cosas. A veces, la mente tiende a imaginar cosas que no están ahí. Solo debo recordar que somos amigos y nada más.", se preguntó a sí mismo una vez más, intentando entender sus propios sentimientos. Pero en lo más profundo de su corazón, sabía que la respuesta no era tan simple. La confusión lo envolvía, y mientras continuaba su rutina de ejercicios, Sportacus no podía evitar sentir que algo había cambiado en su perspectiva sobre Robbie Rotten. Y eso le dejó con una confusión que no estaba seguro de cómo resolver.

Sportacus se detuvo un momento de sus ejercicios y miró hacia el suelo. En su mente, comenzaron a surgir imágenes y recuerdos de Robbie. A pesar de ser el villano de LazyTown, no podía evitar notar algunas características que le resultaban intrigantes, en lo que retomaba sus actividades.

Recordó momentos en los que Robbie había demostrado una creatividad impresionante, ingenio para elaborar planes malvados, es muy dedicado para llevarlos a cabo, revelaba una mente aguda y perspicaz. Además, no podía negar que Robbie tenía una personalidad única. Su sarcasmo envuelto en su sentido del humor a menudo lo hacían reír, con esos ojos, en particular, eran difíciles de ignorar. Eran de un gris profundo, como el cielo en un día nublado, y siempre parecían transmitir una chispa de travesura y misterio.

Sportacus recordó los momentos en que se había encontrado atrapado en la mirada de Robbie. Esa mirada intensa y penetrante que a veces se suavizaba con un destello de diversión. Los ojos de Robbie eran un reflejo de su mente aguda, y él no podía evitar sentirse atraído por la forma en que parecían ocultar secretos y sorpresas.

También consideró su sonrisa, que aunque rara vez se mostraba, tenía un encanto peculiar. No era la típica sonrisa que uno esperaría de un villano, pero eso era lo que la hacía especial. Era una sonrisa que parecía reservada para momentos excepcionales, y Sportacus se había sorprendido a sí mismo esperando verla en más de una ocasión.

En los recuerdos de Sportacus, se dio cuenta de que cuando hablaban o trabajaban juntos, a menudo levantaba la mirada para encontrarse con los ojos de Robbie, que estaban por encima de los suyos debido a la diferencia de altura de que tenía con el villano. La diferencia de altura le generaba cierta curiosidad y le hacía notar lo imponente que Robbie podía parecer en ciertas situaciones. La forma en que Robbie destacaba físicamente lo dejaba intrigado.

A medida que Sportacus continuaba pensando en sus interacciones con Robbie, comenzó a notar sutiles matices que iban más allá de la amistad. Las risas compartidas, los momentos de complicidad, las conversaciones que se extendían más de lo necesario... todo ello comenzaba a cobrar un significado diferente en su mente.

Sportacus, finalmente se enfrentó a la verdad que se había estado resistiendo a aceptar. No era solo amistad lo que sentía hacia Robbie. Había algo más, algo que no podía ignorar. La confusión se cernía sobre él mientras seguía con sus ejercicios, tratando de comprender la verdadera naturaleza de lo que estaba experimentando.

Sportacus terminó sus ejercicios con una mente más relajada pero aún llena de preguntas sin respuesta. Decidió que lo mejor para aclarar sus pensamientos era patrullar LazyTown, como lo hacía cada día. Mientras recorría las calles, observando a los niños jugar y a los adultos ocuparse de sus tareas diarias, pensaba en cómo las cosas habían cambiado recientemente.

La ciudad parecía vibrante y llena de vida, y Sportacus se dio cuenta de que su papel como héroe de LazyTown nunca había sido más importante. Pero al mismo tiempo, también era consciente de los sentimientos que ahora albergaba por Robbie, sentimientos que no podía ignorar. La dualidad de su vida, la lucha contra el villano en público y la confusión de sus emociones en privado, lo llenaba de inquietud.

Sportacus se prometió a sí mismo que resolvería sus sentimientos de la mejor manera posible. Pero por ahora, continuó patrullando la ciudad, protegiendo a sus amigos. Pero al pasar las horas y la inactividad que parecía una constante en el día dio por terminado su patrullaje, dedujo que hoy era otro día tranquilo, con los niños tomando precauciones en sus actividades y Robbie en sequía de planes malvados se encontró con el alcalde de LazyTown mientras este caminaba por la plaza del pueblo.

-¡Sportacus, qué alegría verte!- exclamó el Alcalde, acercándose con una sonrisa.

-¡Hola, Alcalde!- respondió Sportacus, también sonriendo.

-Ha sido interesante ver cómo has estado pasando más tiempo con Robbie últimamente. - comentó el Alcalde.

Sportacus, sorprendido por el comentario, asintió.-Sí, hemos estado ocupados en diferentes proyectos.- respondió vagamente.

El alcalde continuó, tratando de expresar su punto de vista. -Sabes, Sportacus, Robbie Rotten no es precisamente la mejor influencia para los niños de LazyTown. Sus planes malvados y su actitud perezosa no son lo que necesitamos aquí.

Sportacus entendió que el pasado de Robbie no lo dejaba bien parado, pero no estaba listo para hablar de su relación con Robbie en ese momento. -Entiendo tus preocupaciones, Alcalde, las tendré en consideración. - dijo con diplomacia.

El alcalde asintió, aunque claramente no estaba convencido. Dio una rápida despedida y se marcho a sus deberes. Sportacus se quedó reflexionando sobre las palabras del alcalde. La relación con Robbie era complicada, y estaba tratando de comprenderla por sí mismo. Sabía que debía tomar decisiones importantes en el futuro, pero por el momento, estaba determinado a seguir siendo un amigo y mentor para todos en LazyTown, incluido Robbie.

Sportacus se dirigió a la guarida del villano y lo encontró ocupado en uno de sus intrincados planes. Robbie lo miró con hostilidad cuando entró.

-Sportacus, ¿qué demonios haces aquí? - gruñó Robbie, sin rodeos.

Sportacus respiró hondo, preparado para enfrentar la resistencia de Robbie. -Robbie, sé que hemos tenido nuestras diferencias, pero eso no significa que no podamos superarlas. Valoramos nuestra amistad, ¿verdad?

Robbie frunció el ceño y se cruzó de brazos. -¿Amistad? No sé de qué estás hablando.

-No te hagas el duro, Robbie. Sabes que disfrutamos de estar juntos. Y no quiero que esa amistad se desvanezca debido a nuestros desacuerdos.

Rotten lo miró con suspicacia. Era evidente que estaba luchando con sus propios pensamientos y emociones.

Un Vínculo Inusual: Los Secretos de LazyTownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora