Un Vínculo Inusual: Los Secretos de LazyTown

Capitulo 10: Bajo las Luces de Hollywood

Después de su reunión, Sportacus y Robbie continuaron trabajando arduamente en los preparativos para el baile de graduación. Durante los días que siguieron, compartieron ideas, se ocuparon de la decoración y coordinaron detalles logísticos. A medida que colaboraban, encontraron una sorprendente armonía en sus enfoques creativos.Los días previos al evento se llenaron de emoción y actividad en LazyTown. Los carteles y las invitaciones ya habían sido entregados con mucha anticipación, asegurándose de que todos los niños estuvieran emocionados por el baile de graduación. Ambos se encontraban en pleno proceso de decoración del gimnasio.

Las luces colgaban del techo, listas para iluminar la pista de baile, y los altavoces se encontraban estratégicamente ubicados para que la música se escuchara en cada rincón del lugar. Robbie sostenía un rollo de cintas de película doradas y negras mientras subía a una escalera para adherirlas alrededor de una de las columnas.

Sportacus, en tanto, verificaba que las luces parpadeantes estuvieran en su lugar y funcionando correctamente. Ambos trabajaban con una sincronización impresionante, como si hubieran estado organizando eventos juntos toda la vida. El gimnasio se llenaba de un ambiente festivo. Las luces multicolor daban un aspecto deslumbrante al lugar.

La fatiga y la distracción se entrelazaron en la mente de Robbie, llevándolo a un momento de vulnerabilidad. En un parpadeo, su pie resbaló, antes de que actuar, se vio envuelto en una caída inminente. Sportacus, siempre vigilante, detectó la situación y se lanzó hacia adelante con una velocidad sorprendente, listo para intervenir y evitar el desastre. La escena quedó suspendida en el aire, llena de anticipación y tensión.

En un rápido y ágil movimiento, Sportacus atrapó a Robbie antes de que llegara al suelo. Sus brazos fuertes rodearon el cuerpo del villano, impidiendo que sufriera daño alguno. La adrenalina latía en sus venas, y Robbie, un poco aturdido, se encontró seguro en los brazos del héroe.

Sus cuerpos estaban increíblemente cerca, los ojos del villano se encontraron con los del héroe. Una corriente de electricidad pareció pasar entre ellos en ese momento. Las pulsaciones de sus corazones resonaban al unísono, la proximidad de sus rostros añadía una capa adicional de tensión a la escena. La naturaleza de la situación los tenía atrapados, sin posibilidad de escape, pero ninguno de los dos parecía querer alejarse. Sus alientos se entrelazaron, y Robbie sintió el calor de la mano de Sportacus en su espalda.

Esos ojos lunares, lo miraban con una intensidad que lo dejaba sin aliento. En ese momento, los dos hombres parecían atrapados en una burbuja de tiempo, donde las reglas y las expectativas se habían desvanecido. Robbie decidió actuar, consciente de que la situación se estaba volviendo cada vez más intensa. Se apartó con cuidado de los brazos de Sportacus y retrocedió un paso, sintiendo cómo el aire fresco llenaba sus pulmones. Sus mejillas estaban ligeramente sonrosadas, y se pasó una mano por el cabello desordenado mientras intentaba recobrar su compostura.

Sportacus, por su parte, también pareció darse cuenta de la intensidad del momento y se alejó un poco, permitiendo que ambos se recompusieran. Con una sonrisa incierta, Robbie finalmente habló, rompiendo el silencio cargado de emociones.

-Creo que es suficiente por hoy- dijo, mientras miraba alrededor del gimnasio que habían estado decorando. -Debo admitir que esto está tomando forma.

Sportacus asintió, aunque sus pensamientos todavía parecían estar en otro lugar. La inminente celebración del baile de graduación parecía ser el escenario perfecto para descubrir qué les deparaba el futuro.

El día de la graduación finalmente había llegado, el parque de LazyTown estaba siendo transformado en un escenario de ensueño para la esperada celebración. Sportacus y Robbie se encontraban ocupados acomodando sillas frente al podio para la ceremonia. Los dos trabajaban en conjunto de manera sincronizada, a pesar de las tensiones y sentimientos no resueltos que seguían flotando entre ellos. Mientras ajustaban los últimos detalles como el micrófono, no debía tener interferencias, las sillas bien alineadas y el clima ponía de su parte por un día sin contratiempos.