Quinto año no estaba siendo uno bueno para el trio de oro, no es que tuvieran buenos años en sí, ninguno era demasiado bueno si lo pensamos, pero siempre se hacían esperar, este no, desde el juicio de Harry y la insistencia por parte del ministro de magia de dejarlo como un loco no comenzó bien.
Si queremos agregar algo más a la mezcla, la inminente guerra con Voldemort o su insistencia para acabar con Harry los tenia a todos de los nervios, no mencionemos las TIMOS siquiera.
Y hablando de problemas
-Umbridge está a la espera para poder castigarme, que digo probablemente expulsarme si pudiera. – El pelinegro agitaba las manos enojado tratando de remarcar su punto, ya se estaba cansando de tener que lidiar con la profesora y su discurso anti Dumbledore.
-Por eso debes evitar el conflicto, sé que es difícil Harry, ¿Crees que yo quiero escucharla decir estupideces? Pero debemos ser inteligentes y no dejar que gane. –Hermione parecía ser la única que abogaba por la paz
-Dejaremos que gane si no hacemos nada
-Dejaremos que gane si nos expulsa y te deja como un loco, no vamos a permitir eso, pero hay que ser pacientes.
-Bien, lo que sea.
Esta conversación parecía llegar siempre al mismo punto entre los dos amigos, pues no era extraño que pelearan por lo mismo todo el tiempo.
Los profesores que ocupaban el puesto de defensa contra las artes oscuras siempre terminaban trayendo más problemas de los que solucionaban, exceptuando a Remus Lupin, que si bien era un hombre lobo, en su trabajo destacaba. Este año no queriendo romper esta tradición contrataron a la que Harry consideraba una de las peores, incluso por encima de Quirrell, al menos él no negaba la vuelta de Voldemort.
Lidiar con ella llevaba a todos a un gran dolor de cabeza, no se les permitía hacer nada y encima estaba tras el puesto de directora, arrasando todo a su paso y queriendo imponer su autoridad siempre.
Algunos alumnos estaban de su lado, obviamente ellos solo lo hacían porque u odiaban a Harry o estaban en contra de Dumbledore.
Y hablando de profesores que los odian, los chicos se dirigieron a su primera clase del día. Pociones con el profesor Snape definitivamente no eran la forma de empezar bien la semana que Harry y sus amigos querrían, pero era así. No solo el profesor parecía odiarlos sino que compartían aula con los Slytherin, causando que algo malo se convirtiera en insoportable.
Si querías fingir que no los notabas, cosa que intentaron hacer los Griffyndor un par de veces, se esforzaban en que no los olvidaras. Sus molestos insultos, constantes comentarios mordaces, lograban irritar hasta a la persona más paciente.
El profesor parecía hacer oídos sordos a cuando ellos hablaban, pero no permitas que escuche a alguien de otra casa haciendo lo mismo, porque automáticamente eras señalado y ridiculizado por él, sin contar obvio el descuento de puntos.
Como todos los lunes se acomodaron en sus asientos y, tratando de hacer el menor ruido, esperaron las instrucciones del día.
-Anoten lo que está en el pizarrón y comiencen, tienen hasta el final de la clase.
Sin hacer ninguna mueca o comentario todos comenzaron con la tarea, para algunos resultaba más difícil que otros, pero siempre que pudieras salir sin ser el objeto de burlas, era una victoria.
Harry probablemente no tendría tantos problemas en esta materia si no fuera por el profesor Snape, quien parecía tenerle un odio especial, valla a saber uno porqué.
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Dos es un exceso
Romance¿Qué pasaría si Draco y Harry beben amortencia por error y terminan enamorados el uno del otro? Surgiría la pareja mas adorable del mundo. Esperando por ayuda Ron y Hermione tratan inútilmente de aleja a Harry de Draco hasta que la poción pase, ali...