Un chico sentía sentimientos hacia un pelinegro pero era incapaz de expresarse mediante palabras así que lo hacía por medio de cartas.
-Historia hecha de fan para fans.
-habrán escenas obscenas (+18)
-Se shipean a los cubitos, no a los streamers!
-p...
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En una noche bastante tranquila Aquino se encontraba sentado en una mesa escribiendo, tomándose la molestia de decorar y cambiar el tipo de letra para que no sea tan evidente que la carta esta escrita por el, esa misma noche no pudo dormir muy bien por los nervios.
A la mañana siguiente fue a la secundaria mas temprano que los demás y dejo la carta junto a una pequeña flor morada en el casillero de Duxo, para luego caminar por la escuela, pasaron unos minutos y Duxo ya había llegado a la secundaria así que fue a buscarlo.
—Aquino: ¡Buenos días Dux!
—Duxo: ¡Buenos días Aquino!
Duxo le mostró una sonrisa cálida a Aquino mientras comenzaba a acercarse a su casillero al abrirlo la carta cayó al suelo llamando la atención de Duxo, dejo su mochila y recogió la carta, la abrió con curiosidad y leyó el escrito.
Al parecer era un poema y tenía que admitir que le encantó, todo estaba delicadamente decorado, la letra era casi perfecta, pero no tenía autor.. Eso lo confundía y lo hacía sobre pensar.
Aquino dio un pequeño suspiro alegre porque Duxo no recordaba que el escribía cartas y parecía de buen humor.
—Duxo: Aquino mmh.. ¿Sabes quien puso esta carta aquí?
El castaño negó con la cabeza de inmediato se sintió un poco nervioso pero se tranquilizó rápidamente para no ser evidente.
—Duxo: Bueno..
El azabache dejo la carta en el casillero y siguió caminando junto a Aquino hasta el patio donde se sentaron junto a su grupo de amigos a charlar hasta que las clases empezarán..
Durante su charla Duxo no puedo evitar dejar de pensar en la carta, y eso hacia que sus mejillas se volvieran de un tono rojizo, y claro sus amigos no pasaron por alto el comportamiento del azabache.
—Natalan: ¿Qué fue mano? estas todo rojo.
El azabache rápidamente apartó la mirada viéndose aun mas nervioso.
—Duxo: Eh no, no es nada...
—Lucasta: ¿De verdad? Porque no parece.
Y así todo se quedó en un silencio incomodo mientras todos veían al azabache quien solo miraba al suelo, para su suerte la campana sonó así que tuvieron que ir a sus respectivos salones.
Duxo al llegar a su mesa suspiro y saco lo que usaría en la clase, mientras Aquino solo estaba en silencio mirando hacia la nada.
La clase fue bastante aburrida y como era de esperarse no paso nada interesante...
Cuando ya era tiempo de receso el castaño y el azabache caminaron hasta el patio de la secundaria donde se sentaron en debajo de un árbol como suelen hacerlo.
