Jujutsu Kaise yandere.

Mahito.

Mahito como yandere puede variar mucho, recordemos que es una maldición nacida del odio y lo único que siente por los humanos es asco y quiere eliminarlos sin importar que eso también lleve su vida, pero en este caso tu será la excepción.

Por lo que hay dos opciones, la numero uno es que te torture hasta que termine volviéndote un humano modificado y la otra es menos sádica, pero no deja de lado lo despiadado que puede llegar hacer.

Te acosara y torturara, obvio sin llegar a matarte o hacerte tanto daño físico, pero si mental, hará que tu miedo se transforme en un grabe síndrome de Estocolmo.

Al principio cuando te ve, simplemente pensó que eras linda, pero sin dejar de lado sus asco por los humanos y en esos momentos tu no fuiste la exención.

El inconveniente fue cuando simplemente no dejo de pensar en ti, esto fue algo muy ridículo para él, ¿por qué no te podía sacar de su cabeza? Eres una simple y asquerosa humana.

Su desesperación lo llevo a un punto en donde no es muy consciente de su alrededor, se perdía en sus pensamiento teniendo uno que otros escenario donde te tortura y corrompía tu alma.
Por que seamos honestos, cualquiera que sea la amada de esta maldición estará muy cerca de la muerte, su pasatiempo favorito es torturar las almas de los humanos.

Cuando descubrió que eras hechicera una pequeña (muy grande) pulsada de enojo lo invadió, tu no debes estar del lado de ellos.

Después de eso te ira muy mal, durante su pela con Nanami y Itadori, para tu mala suerte te vio ayudando a escapar a unos de tus compañeros que estaba muy mal herido, su atención se concentró en ti, por lo que no dudo en usarte como ‘‘fugitiva’’.

Cuando te tomo en sus brazos, ya que para tu suerte se encontraba en su forma original, sintió que por un segundo el mundo se congelo y solo era tu y él.  Estabas tan asustaba temiendo que le te pudiera hacer algo, mientras que él te miraba con una sonrisa retorcida, extasiado con tu miedo, definitivamente no te dejara ir, eres su juguete a partir de ahora.

Escenario extra.

En tus hombros llevabas a tu compañero Shoyo que estaba gravemente herido por dicha maldición de grado especial, tú tampoco te encontrabas muy bien que digamos, pero tu estado era mucho mejor que el de él.

─Vamos Shoyo resiste un poco más. ─Suplicaste, no podías perder otro compañero.

Pero para tu mala suerte dicha maldición poso sus ojos en ti, no te habías dado cuenta y seguiste tratando de sacar a compañero del lugar lo más rápido posible, para luego poder ayudar a Itadori y a tu sensei el señor Nanami.

Unas manos se envolvieron en tu cintura provocando que tu compañero callera al suelo y tu fuera levantada por lo aries para quedar pegada al pecho de aquella maldición.

Tu piel se erizo y tu cuerpo empezó a temblar, por la gran cantidad de energía maldita que estaba detrás de ti, el miedo te carcomía y fue aún peor cuando el grito de Itadori te hizo salir de tu shock.

Querías hacer algún movimiento, pero estaba tan débil y asustada, que lo único que podías hacer era temblar.

─ ¿Te asuste? ─su cálido aliento choco en tu oreja, cosa que te hizo estremecer.
Respiraste profundo tratando de canalizar tu miedo y pensar en algo rápido para quitar su agarre, pero cuando hiciste el mínimo movimiento una fina hoja de metal estaba cerca de tu garganta.

─No lo pienses cariño, no quiero desperdiciar tanta belleza, por una estupidez tuya. ─Su agarre en tu cintura se volvió más fuerte y clavo sus uñas en ella. Reprimiste un gemido de dolor, buscaste ayuda con la mirada, pero los demás estaba casi igual de aterrorizados que tú.

─ Quería que nuestro encuentro fuera más bonito, pero las circunstancias no ayudaron, aun así, déjame presentarme soy Mahito, no tienes que decir tu nombre ya lo sé. Porque no te despides de tus amigos.─Frunciste el ceño, procesando sus palabras ¿Te conocía? ¿Cómo sabia tu nombre?

Nanami se abalanzo hacia él, pero Mahito fue más rápido y lo esquivo por completo aun sosteniéndote. En un ágil movimiento se alejó de los demás desapareciendo en la oscuridad llevándote a ti con él.