Jujutsu Kaise yandere.

Lugares públicos.

Contiene contenido explícito, si no te gusta puede pasarlo y los personajes son mayores de edad.

Maki Zenin.

Respiré profundamente tratando de calmar mis temblores y evitar que de mi boca saliera algún sonido. Cada vez que Maki aumentaba la velocidad era más difícil contener mis gemidos.

Los accionistas seguía hablando y hablando, en realidad no me importa en lo absoluto lo que decían, solo quería que esta tortura terminará pronto.

Sentía la mirada penetrante de Maki en mí, sentí una de sus manos en mis muslos dando le un ligero apretón.

—Te notó muy distraída, presta atención. No quiero que dejes pasar ninguno detallé de las opiniones de los accionistas.— solamente asentí, maldigo ser su secretaria.

Sentí como la velocidad de los vibradores aumentaban haciendo que apretara el borde de mi falda con  fuerza.

—¿Está bien, señorita _________?— preguntó uno de los ejecutivos a lo que yo solo asentí con el rostro rojo. —¿Segura?— los ojos de Maki estaban en mí, si no contestaba me irá peor cuando esto terminé.

—Sí... estoy bien-… Bien, no se preocupe.— dije tratando de sonar lo más convincente posible.

—No se preocupe, se pone así en la reunión, pero aun así es una muy buena secretaria.— comentó la peli verde mientras colaba una de sus manos sin que nadie se dieran cuenta debajo de mi falda.

Toji Fushiguru.

Me sujeté con fuerza el lavado, tratando de mantenerme firmé antes las embestidas de Toji. Una de sus manos sujetaba mi cadera y con la otra tapaba mi boca para que no soltara ningún ruido y nadie nos detuvieran.

Estábamos en uno de los baños del supermercado. Arquee mi espalda a sentir como llegaba más profundo y como eran más fuerte.

Sentí que fallecía y no solo porque sus embestidas, si no por los pasos afuera de nuestro cubículo.

—¿Hay alguien usando él bañó?— preguntó una voz dulce e infantil que me hizo captar rápido que era una niña y mi desesperación aumento al sentir como se acercaban a nuestro cubículo.

Las embestidas de Toji se volvieron más rápidas y descontrolada haciéndome perder la cabeza, era un hijo de puta.

Se inclinó pegando su torso a mi espalda y me susurro al oído.

—

¿Hay alguien ahí?— preguntó una voz infantil.

—Vamos contéstale a la mocosa, si lo hago yo se asustará, recuerda que es un baño de chicas.— quito su mano de mi boca y la llevo a unos de mis pechos apretándolo con fuerza haciéndome soltar un gemido bajo sin poder reprimirlo.

—¿Hay alguien?— volvió a preguntar sus pasos se habían detenido.

Respiré hondo y traté de sonar lo más normal posible.

—Sí...— dije tratando de sonar lo más calmada posible, sabiendo que estaba a punto de correrme.

—¿Le falta mucho, señorita?— respiré profundo e iba a responder, pero Toji apretó mis dos pezones fuertes y dio una fuerte estocada haciendo que llegará al clímax y dejará salir un fuerte gemido.

Ante de que pudiera soltar otro, Toji tapó mi boca y me sostuvo por la cintura y me levanto pegándome a su torso aun dentro de mí.

—¿Señorita, está bien?— la mano de Toji se quitó de mi boca.

—Si cariño estoy... bien en unos minutos salgo.— dije agitada.

—Está bien, gracias.— dijo y escuché como se alejaba y me pude desplomar. La risa de Toji se escuchó por todo el baño.

—¿Segunda ronda?— preguntó.

Hola, ¿Cómo están? Yo viva y desangrandome, me dio el periodo por un mes, y me volvió a bajar ahora.

Mi gata se fue para el campo con dos de sus hijos, la regalaron. Estoy mal, pero ajá.

Ya inicié el colegio, me tienen harta todos.

¡Quiero un novio o una novia!

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