Yuji Itadori

568 50 8
                                    

Antes de comenzar quiero aclarar que ambos personajes son mayores de edad, que es contenido explícito, así que si no es de tu agrado te invito a no leerlo y que Yuji es un híbrido conejo, pero ustedes no

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Antes de comenzar quiero aclarar que ambos personajes son mayores de edad, que es contenido explícito, así que si no es de tu agrado te invito a no leerlo y que Yuji es un híbrido conejo, pero ustedes no.

Antes de comenzar quiero aclarar que ambos personajes son mayores de edad, que es contenido explícito, así que si no es de tu agrado te invito a no leerlo y que Yuji es un híbrido conejo, pero ustedes no

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Llegó esa temporada de apareamiento para los conejos y tú en ningún momento pensaste que Itadori tuviera intenciones de hacerlo. Pero hoy se notaba algo extraño en él, estaba muy sensible, agitado, todo le molestaba o le apretaba, pero decidiste no darle mucha importancia.

Hoy era su día libre. Gojo lo dejó varios días sin clases, por el hecho de que estábamos en esa época del año en la que los híbridos buscan parejas, y tú, al ser una humana cualquiera, eras presa fácil.

Estabas muy concentrada leyendo un libro y cómo ese día hacía mucho calor, optaste por llevar una camiseta corta y unos shorts.

Sumida en el libro, no te diste cuenta de cuándo Itadori apareció detrás de ti, ni de lo inquieto que estaba ni la forma en la que te miraba hace rato.

—Amor…—, dijo con voz ronca, y levantaste la mirada topándote con un Itadori muy sonrojado y temblando ligeramente.

Rápidamente te sentaste y dejaste el libro para mirarlo preocupada.

—¿Estás bien, amor? —Te pusiste de rodillas en el sofá para inclinarte y tocarle la frente. —Dios, tienes fiebre —intentaste alejar tu mano, pero la tomé y la acerqué más a él. —¿Te tomaste los supresores? —Asintió—. ¿Y probaste con las inyecciones que te dio Gojo? —

—Sí. —Dijo con voz ronca, pegándose más a ti. Tenías que alejarte de él, porque, aunque tú quisieras, no eras muy capaz de soportar su celo, ya que él era un híbrido de conejo y ya saben lo que dicen de los conejos. Tu solo eras una humana y, en esta ocasión, el objetivo era claro: preñar a su hembra.

Llevó una de sus manos a tu cintura y te pegó con fuerza a él.

—Yuji... Lo mejor es que me vaya —dijiste con tristeza. No te gustaba verlo así y lo que más te dolía es que él te dejaría ir porque no se atrevería a hacerte daño o algo que tú no querías.

Jujutsu Kaise yandere.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora