Jujutsu Kaise yandere.

Suguru Geto.

A diferencia de Mahito este no sería un sádico de mierda que te torturaría por diversión, eso jamás. Pero eso no quiere decir que no te trate mal al principio, eres una humana sin energía maldita, por lo que los malos trato siempre estarán ahí.

Suguru se quiere deshacer de todos lo que no son hechicero, lo hizo con sus padres y tú no serás la exención. Bueno o eso piensa él y solo por una vez sus planes flaquearon.

Al principio simplemente ignora todos esos pensamiento, no le da cabida, el problema es que misteriosamente siempre te lo encuentras ya que él no es alguien que pueda pasar fácilmente desapercibido en el mundo de los humanos sin energía.

Después de que pase su etapa de negación, es un amor. Ignora totalmente el hecho de que no tenga energía maldita, incluso llego al punto de que en su mente tu si puedes ver maldiciones.

A pesar de lo lindo que puede llegar hacer no quita el hecho de que este obsesionado contigo, tu tiempo solo será para él quieras o no, por lo que te manipula de una forma muy enfermiza, pero con lo bueno que es contigo no te das cuenta a pesar de todas la señales.

Se conocieron cuando fue a comer crepas con Mimiko y Nanako. El hizo una gran excepción, porque si, él no come nada que provenga de no hechicero.

Para tu buena suerte o mala, como lo quieras ver, te toco atenderlos y bueno ahí fue donde salió esa pequeña semilla de amor que al final se convirtió en un gran árbol de obsesión llegando al punto de poner maldiciones a tu alrededor para que te torturaran y fueras a su culto a buscar ayuda.

No es tan mal yandere, solo no cruces la línea, porque su odio así los monos, puede ser dirigido hacia ti.

Escenario extra.

Viernes por la tardes, el lugar estaba repleto, no tenias tiempo para ponerle mucha atención a tus clientes. Tomabas sus pedidos y los llevaba, pero a pesar de no relacionarte con ellos siempre eras muy amable.

La campana de la puerta sonó dando señal de que llegaron nuevos clientes, esperante que se acomodaran y fuiste a hacer tu labor.

Te presentaste y le hiciste la típica pregunta sobre que querían ordenar. Mientras tomabas el pedido unos obres verdes no se apartaron de ti, no le diste importancia, estabas tan sumida en sus órdenes.

─Señor Geto, ¿quiere lo mismo que nosotras o quieres otra cosa? ─unas de las chicas para ser exactos Nanako, le pregunto a Geto.
Este por fin salió de sus pensamiento y se dio cuenta que se había quedado como un estúpido mirándote, haciendo que su estómago se removiera.

Tu mirada se dirigió a él esperando su respuesta, pero a cambio recibiste una mirada de odio y superioridad muy diferente a la de ante, cosa que te tomo desprevenida, por lo que solo frunciste el ceño y esperaste su respuesta.

─Lo mismo que ustedes. ─ su voz sonó con un desprecio muy notable, el cual claramente fue dirigido hacia ti.

─Si no desean nada mas con su permiso me retiro. ─ Las chicas solo asintieron por lo que te marchaste.

Mientras que por tu mente pasaba las ordenes de todos los cliente y el porque te miro mal el señor de ojos verdes, Geto seguía en las nubes recordando lo amables que fuiste al atenderlos.

En el fondo se sentía mal por el tono de voz que uso, pero al final eras igual de insignificante que los demás no hechiceros, tenías una maldición justo detrás de ti y nunca te diste cuenta.